El mundo está por irse al carajo, el aire ya no es respirable y la humanidad está condenada, un viejo científico sabe lo que está a punto de suceder y si quiere que nuestra raza tenga una esperanza, deberá contactar a una misión espacial que regresa a la Tierra luego de haber concluido la exploración de una de las lunas de Saturno, donde se cree la vida puede continuar su camino. Es una premisa interesante pero la ejecución a cargo de George Clooney hace de Cielo de Medianoche (The Midnight Sky) un filme increíblemente aburrido que hasta te puede curar el insomnio.

Clooney, quien también actúa en la cinta, no logra darle un ritmo interesante para que el filme pueda ser lo suficientemente entretenido para verse un sábado por la noche, luego de darle un vistazo al catálogo de Netflix, la cinta es abrumadoramente plana y con unas actuaciones que te hacen sufrir de lo inexpresivas y hasta acartonadas que son. Clooney se repite, ni el hecho de saberse solo en el mundo, moribundo y concluir su vida sabiendo que despreció a su novia, lo mejor que le pasó en la vida, por su adicción al trabajo, logran hacer un poco emocional al personaje que interpreta. De Felicity Jones mejor ni hablar, su trabajo en la cinta hace que su papel en Rogue One, una historia de Star Wars sea digna de un premio de la Academia gringa y si ella no bastaba, Demian Bichir termina siendo cuota racial, su personaje es tan olvidable como la cinta misma.

Seamos claros, no es echarle "hate" a la película pero los momentos climáticos son prácticamente inexistentes, fuera de la lluvia de objetos espaciales que bombardean la nave y la "angustiosa" salida de Clooney de una construcción que se hunde, no hay otros momentos medianamente emocionantes, y aunque alguien podría objetar diciendo que la película busca un reflexión profunda, esto es totalmente falso, no hay tales pretensiones, es solo un filme aburrido. Tan es aburrido que la muerte de una de las astronautas es poco emocional y fácilmente predecible, sin contar la compañerita de viaje de Clooney que basta poco tiempo de para descubrir quién es y cuál es su función en la cinta.

Ni la música de Alexandre Desplant le da el empujón que necesita para lograr los momentos emocionales que requiere el espectador para conectar con cada uno de los personajes, el filme es tan pobre que la música termina siendo un obstáculo, el trabajo de Desplant es tan superior que no checa con lo que vemos en pantalla, parece una caricatura mal hecha que en cualquier momento será abandonada.

No se puede negar que hubo presupuesto para el diseño de producción, los ambientes y los interiores, así como exteriores, tanto de la nave como del observatorio y la estación climatológica son impecables pero son solo un mero accesorio que hacen que luzca bonita la película pero no más, pues la adaptación cinematográfica de la novela que da origen al filme es muy literaria, el trabajo de los guionistas o fue mediano o simplemente fue ignorado, solo Clooney y la producción sabrán, lo que sí es cierto es que la cinta no cumple con un principio básico del cine, y más del cine de plataformas de streaming: Entretener.

Así, The Midnight Sky se convierte en una más de las películas olvidables de Netflix que ni el marketing pudo salvar, cof, cof The prom, cof, cof, o ustedes ¿qué opinan?.