AMACC hace un llamado de apoyo al cine mexicano ante COVID19
POR: ENCUADRES
14-04-2020 11:09:08
Conscientes de que la industria cinematográfica en México se verá considerablemente afectada por el COVID19, miembros de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) han hecho un llamado a la solidaridad colectiva y lanzan una serie de acciones necesarias para enfrentar este desafío sin precedentes en el cine nacional.
En el documento que han titulado Nuestro Cine en Contingencia. Apoyo al Cine Mexicano ante el Covid-19 –el cual está dirigido al presidente de México y a los secretarios de Hacienda, de la Función Pública y de Cultura- la AMACC busca trabajar de la mano con las autoridades en las estrategias que se establezcan para hacer frente a las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas que se deriven de la pandemia.
“Es necesario diseñar acciones que permitan mitigar el efecto negativo que causarán la suspensión de rodajes, la cancelación de proyectos, la postergación de festivales, el cierre de todas las salas y todos los centros culturales independientes (teatros, museos, cine clubes, cines alternativos de exhibición), muchos de los cuales no tendrán la posibilidad de reabrir sus espacios cuando se supere la contingencia sanitaria”, señala el documento en el que proponen siete acciones a seguir:
- Que se tomen medidas específicas que atiendan a la naturaleza del sector cinematográfico y audiovisual.
- Que se ejerza en su totalidad el presupuesto destinado al cine y el audiovisual en el PEF 2020.
- Que no se reduzcan más los limitados presupuestos de la cultura en todas sus expresiones y se estudie la manera de reasignar dichos recursos en las áreas prioritarias.
- Que se cree un Fondo de Emergencia del Sector Cinematográfico, con capital público y privado, para apoyar económicamente, durante el periodo de contingencia sanitaria, a creadores, trabajadores técnicos y manuales de todas las etapas de la producción, así como a centros de exhibición alternativa, cineclubes, y micro y pequeñas empresas independientes del sector que estén en peligro de desaparecer debido a la suspensión de actividades.
- Que bajo ninguna circunstancia se elimine cualquiera de los Fideicomisos y Estímulos de apoyo a la producción y distribución cinematográfica.
- Que no se reduzcan ni eliminen los apoyos ya existentes a creadores, artistas, y micro y pequeñas empresas dedicadas a crear empleo en el sector.
- Que se establezcan líneas de crédito destinadas específicamente a las micro y pequeñas empresas independientes del sector.
En el documento que la AMACC ha difundido en su página oficial y redes sociales advierte que la recesión que se ha desatado a raíz de la contingencia sanitaria es más grave que cualquier otra en los últimos años, y genera un panorama sumamente difícil para el cine nacional. “Estamos ante una crisis económica inesperada de alcance mundial, pero, en una industria como la nuestra cuyos insumos se adquieren en dólares, se ve acrecentada por el drástico aumento de la paridad cambiaria”.
Esta recesión, agrega, se da en un momento en que el cine ya enfrentaba una crisis derivada de la convergencia tecnológica y la irrupción en el mercado de las plataformas digitales de exhibición, que modifican toda la cadena de valor de esta industria, concentrando la producción y la exhibición audiovisual con productos financiados y producidos en otros países, además de que los mecanismos que han permitido dotar de cierta fortaleza al cine en los últimos 20 años, están hoy en peligro de desaparecer debido al reciente decreto de extinción de fideicomisos.
Ante este panorama, la AMACC enfatizó que como lo establece el Artículo 4º de la Constitución establece que los mexicanos tenemos el derecho al disfrute de la cultura, “pero también a su creación. No queremos ser únicamente consumidores de contenidos ajenos, sino también creadores de contenidos propios”, por ello la necesidad de políticas públicas para impulsar y garantizar el acceso a la expresión cinematográfica.
La precarización de las condiciones laborales del sector cinematográfico y audiovisual, evidenciada por la crisis sanitaria que vivimos y que ha detenido en seco la actividad productiva, contrasta paradójicamente con el alto consumo de productos audiovisuales que se realiza en estos momentos de confinamiento y distancia social.
“Las únicas herramientas con las que los cineastas mexicanos contamos para resistir el embate de esta globalización de contenidos, son aquellas emanadas de la gestión de numerosos actores sociales, que en medio de la profunda crisis económica de los 90, lograron que se estableciera el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) en 1998, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) en 2002, y el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (EFICINE) en 2006”.
Por lo anterior, la AMACC solicita la intervención del Estado para propiciar las condiciones para que el cine nacional pueda llegar a las pantallas en condiciones de equidad y por ello, desde hace meses, el gremio cinematográfico trabaja con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, en la redacción de la iniciativa de reformas a la Ley de Cinematografía que permitan solucionar este problema y generar medios para que el público tenga acceso a las películas mexicanas.
“Resulta fundamental conservar los fondos y estímulos fiscales existentes para el cine. FIDECINE y FOPROCINE no son fondos que duplican sus funciones: son dos mecanismos de fomento distintos, con objetivos claramente diferenciados y complementarios entre sí. El cine es, y siempre ha sido, una industria y un arte a la vez. Para que pueda existir un cine artístico, es necesario que exista una industria que vuelva viables y accesibles los insumos; en sentido inverso, el cine de arte suele ser la punta de lanza de donde surgen los cineastas y las propuestas de los que se nutrirá la industria para renovarse y seguir siendo competitiva”
Podría decirse que FIDECINE estimula un cine con vocación más industrial y comercial, y FOPROCINE fomenta el cine autoral, aquel que toma más riesgos narrativos y creativos. Ninguno de los dos fondos, por sí solo, es suficiente para garantizar el funcionamiento de esta actividad híbrida, que requiere de sus dos pilares fundamentales, industria y arte. Su coexistencia garantiza además la pluralidad y libertad de expresión, que luego se traduce en la necesaria libertad de elección de los consumidores nacionales en toda la diversidad de pantallas.
En cuanto al EFICINE, aunque no entra dentro del ámbito del citado decreto de extinción de fideicomisos, sí se vería afectado de manera indirecta, tanto por la recesión (pues depende de que las empresas tengan utilidades sobre las cuales pagar impuestos) como por la posible desaparición de cualquiera de los dos fondos antes descritos; mismos que representan el primer financiamiento para muchos proyectos que atraerán inversión privada y después serán autorizados por el EFICINE, con el que se consolidan financieramente.
Por lo anterior, “La desaparición de cualquiera de ellos generaría un efecto dominó que restaría efectividad a los otros mecanismos que sobrevivan. Gracias a estas herramientas de fomento productivo, el cine mexicano ha ido ganando cada vez mayores espacios en el mercado aún cuando todavía son insuficientes, inequitativos y desregulados”.
“Hacemos un llamado urgente al Estado Mexicano para que se establezca un plan de rescate que, mediante la inyección de recursos y la articulación de medidas que alienten su desarrollo, permita sobrevivir a la industria cinematográfica, y a todos los que participamos de ella, durante el confinamiento obligatorio causado por el virus; y que facilite, en cuanto sea posible, una rápida reactivación que le permita recuperar en el corto o mediano plazo, el crecimiento sostenido de los últimos años”.
Conscientes de que la industria cinematográfica en México se verá considerablemente afectada por el COVID19, miembros de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) han hecho un llamado a la solidaridad colectiva y lanzan una serie de acciones necesarias para enfrentar este desafío sin precedentes en el cine nacional.
En el documento que han titulado Nuestro Cine en Contingencia. Apoyo al Cine Mexicano ante el Covid-19 –el cual está dirigido al presidente de México y a los secretarios de Hacienda, de la Función Pública y de Cultura- la AMACC busca trabajar de la mano con las autoridades en las estrategias que se establezcan para hacer frente a las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas que se deriven de la pandemia.
“Es necesario diseñar acciones que permitan mitigar el efecto negativo que causarán la suspensión de rodajes, la cancelación de proyectos, la postergación de festivales, el cierre de todas las salas y todos los centros culturales independientes (teatros, museos, cine clubes, cines alternativos de exhibición), muchos de los cuales no tendrán la posibilidad de reabrir sus espacios cuando se supere la contingencia sanitaria”, señala el documento en el que proponen siete acciones a seguir:
- Que se tomen medidas específicas que atiendan a la naturaleza del sector cinematográfico y audiovisual.
- Que se ejerza en su totalidad el presupuesto destinado al cine y el audiovisual en el PEF 2020.
- Que no se reduzcan más los limitados presupuestos de la cultura en todas sus expresiones y se estudie la manera de reasignar dichos recursos en las áreas prioritarias.
- Que se cree un Fondo de Emergencia del Sector Cinematográfico, con capital público y privado, para apoyar económicamente, durante el periodo de contingencia sanitaria, a creadores, trabajadores técnicos y manuales de todas las etapas de la producción, así como a centros de exhibición alternativa, cineclubes, y micro y pequeñas empresas independientes del sector que estén en peligro de desaparecer debido a la suspensión de actividades.
- Que bajo ninguna circunstancia se elimine cualquiera de los Fideicomisos y Estímulos de apoyo a la producción y distribución cinematográfica.
- Que no se reduzcan ni eliminen los apoyos ya existentes a creadores, artistas, y micro y pequeñas empresas dedicadas a crear empleo en el sector.
- Que se establezcan líneas de crédito destinadas específicamente a las micro y pequeñas empresas independientes del sector.
En el documento que la AMACC ha difundido en su página oficial y redes sociales advierte que la recesión que se ha desatado a raíz de la contingencia sanitaria es más grave que cualquier otra en los últimos años, y genera un panorama sumamente difícil para el cine nacional. “Estamos ante una crisis económica inesperada de alcance mundial, pero, en una industria como la nuestra cuyos insumos se adquieren en dólares, se ve acrecentada por el drástico aumento de la paridad cambiaria”.
Esta recesión, agrega, se da en un momento en que el cine ya enfrentaba una crisis derivada de la convergencia tecnológica y la irrupción en el mercado de las plataformas digitales de exhibición, que modifican toda la cadena de valor de esta industria, concentrando la producción y la exhibición audiovisual con productos financiados y producidos en otros países, además de que los mecanismos que han permitido dotar de cierta fortaleza al cine en los últimos 20 años, están hoy en peligro de desaparecer debido al reciente decreto de extinción de fideicomisos.
Ante este panorama, la AMACC enfatizó que como lo establece el Artículo 4º de la Constitución establece que los mexicanos tenemos el derecho al disfrute de la cultura, “pero también a su creación. No queremos ser únicamente consumidores de contenidos ajenos, sino también creadores de contenidos propios”, por ello la necesidad de políticas públicas para impulsar y garantizar el acceso a la expresión cinematográfica.
La precarización de las condiciones laborales del sector cinematográfico y audiovisual, evidenciada por la crisis sanitaria que vivimos y que ha detenido en seco la actividad productiva, contrasta paradójicamente con el alto consumo de productos audiovisuales que se realiza en estos momentos de confinamiento y distancia social.
“Las únicas herramientas con las que los cineastas mexicanos contamos para resistir el embate de esta globalización de contenidos, son aquellas emanadas de la gestión de numerosos actores sociales, que en medio de la profunda crisis económica de los 90, lograron que se estableciera el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE) en 1998, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) en 2002, y el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (EFICINE) en 2006”.
Por lo anterior, la AMACC solicita la intervención del Estado para propiciar las condiciones para que el cine nacional pueda llegar a las pantallas en condiciones de equidad y por ello, desde hace meses, el gremio cinematográfico trabaja con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, en la redacción de la iniciativa de reformas a la Ley de Cinematografía que permitan solucionar este problema y generar medios para que el público tenga acceso a las películas mexicanas.
“Resulta fundamental conservar los fondos y estímulos fiscales existentes para el cine. FIDECINE y FOPROCINE no son fondos que duplican sus funciones: son dos mecanismos de fomento distintos, con objetivos claramente diferenciados y complementarios entre sí. El cine es, y siempre ha sido, una industria y un arte a la vez. Para que pueda existir un cine artístico, es necesario que exista una industria que vuelva viables y accesibles los insumos; en sentido inverso, el cine de arte suele ser la punta de lanza de donde surgen los cineastas y las propuestas de los que se nutrirá la industria para renovarse y seguir siendo competitiva”
Podría decirse que FIDECINE estimula un cine con vocación más industrial y comercial, y FOPROCINE fomenta el cine autoral, aquel que toma más riesgos narrativos y creativos. Ninguno de los dos fondos, por sí solo, es suficiente para garantizar el funcionamiento de esta actividad híbrida, que requiere de sus dos pilares fundamentales, industria y arte. Su coexistencia garantiza además la pluralidad y libertad de expresión, que luego se traduce en la necesaria libertad de elección de los consumidores nacionales en toda la diversidad de pantallas.
En cuanto al EFICINE, aunque no entra dentro del ámbito del citado decreto de extinción de fideicomisos, sí se vería afectado de manera indirecta, tanto por la recesión (pues depende de que las empresas tengan utilidades sobre las cuales pagar impuestos) como por la posible desaparición de cualquiera de los dos fondos antes descritos; mismos que representan el primer financiamiento para muchos proyectos que atraerán inversión privada y después serán autorizados por el EFICINE, con el que se consolidan financieramente.
Por lo anterior, “La desaparición de cualquiera de ellos generaría un efecto dominó que restaría efectividad a los otros mecanismos que sobrevivan. Gracias a estas herramientas de fomento productivo, el cine mexicano ha ido ganando cada vez mayores espacios en el mercado aún cuando todavía son insuficientes, inequitativos y desregulados”.
“Hacemos un llamado urgente al Estado Mexicano para que se establezca un plan de rescate que, mediante la inyección de recursos y la articulación de medidas que alienten su desarrollo, permita sobrevivir a la industria cinematográfica, y a todos los que participamos de ella, durante el confinamiento obligatorio causado por el virus; y que facilite, en cuanto sea posible, una rápida reactivación que le permita recuperar en el corto o mediano plazo, el crecimiento sostenido de los últimos años”.