La mítica celebración del Día de Muertos en el cine
POR: RAQUEL MENDOZA
02-11-2019 12:32:17
Se encuentra a media noche dentro del panteón. Le llora a la tumba de su marido que murió hace 3 años. De pronto una mano del más allá le toca el hombro, ella no lo ve pero lo siente, sabe que está ahí. Un ser del más allá está junto a ella. Un portal se abrió. Los muertos tienen permiso de venir al mundo de los vivos.
Podría parecer que esta escena es el clímax de una película de terror pero no es así. Forma parte de una de las tradiciones mexicanas más antiguas, en donde cada 1 y 2 de noviembre los difuntos visitan a sus seres queridos.
Los panteones dejan de parecer tétricos y se convierten en el punto de convergencia entre vivos y muertos. El cempasúchil guía el camino que deben de seguir los difuntos y las velas alumbran su recorrido. Esta tradición llama la atención de un sin fín de personas, tan es así que la industria cinematográfica ha dedicado varios films para retratar estas celebraciones.
En el imaginario colectivo, el Día de Muertos representa un momento privilegiado en el que convergen vivos y muertos, un reencuentro deseado por todos aquellos que han perdido a un ser amado.
Esta tradición tiene su origen en la época prehispánica. En este periodo, las etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte. Entre los rituales realizados, destacan el de los mexicas quienes veneraban a Mictecacihuatl y Mictlantecuhtli, señores del Mictlán,encargados de definir el destino de las almas. Sin embargo, llegar al Mictlán no era tan sencillo.
Para ello, los vivos se encargaban de realizar una serie de rituales que los ayudarían en su trayecto al descanso eterno. Posterior a ellos y a la cremación del cuerpo, cada año durante los siguientes cuatro años se realizaban ceremonias en el lugar donde se encontraban los restos del difunto. De esta forma, el complejo ritual prometía guiar a las almas al descanso eterno y facilitaba el proceso de duelo a los familiares.
Además, a lo largo del año se dedicaban altares a distintas deidades, sin embargo, los dedicados al Señor de los Muertos Mictlantecutli se ofrecían en noviembre, esta coincidencia fue aprovechada por los evangelizadores durante la colonia para hacer un sincretismo entre el cristianismo y las creencias religiones autóctonas.
Con la llegada de los europeos, estos rituales sufrieron un proceso de aculturación unificando la celebración de la muerte con los rituales de los difuntos, dando pie a la celebración como actualmente se conoce.
Los elementos y colores que simbolizan estas celebraciones permiten un sinfín de composiciones visualmente impactantes que deleitan a quien esté frente a la pantalla. Pero si además de una serie de composiciones visuales contamos con un mundo posible que celebra la muerte y permite el tránsito de las almas hacia el mundo de los vivos, el resultado puede ser exquisito.
Esta tradición llena de colores, aromas y sabores ha conquistado a un sinfín de personas, incluyendo a diversos directores y productores cinematográficos que se han inspirado en estos festejos para crear sus filmes.
Cuenta la leyenda que la primera película en hacer referencia a esta temática la hizo el cineasta soviético Sergei Eisenstein quien se impresionó con los grabados de José Guadalupe Posada. El proyecto fue cancelado pero quedó el material rodado. Unos años más tarde, el cineasta soviético Grigori Aleksandrov trabajó el material creando una versión de acuerdo a lo que se había trabajado anteriormente, así nació ¡Que viva México!
Esta versión se conformaba por 4 episodios: Sandunga, Maguey, Fiesta y Soldadera además de un prólogo y un epílogo. En éste último, Eisenstein enfatizó su interés por el Día de Muertos y los diseños de Posada.
Posteriormente en 1960 se estrenó Macario dirigida por Roberto Gavaldón quien nos presenta un diálogo y reflexión sobre la muerte representado por Ignacio López Tarso y Enrique Lucero quienes entre veladoras, cempasúchil y ofrendas desarrollan la historia que inicia un Día de Muertos.
Casi una década después se estrenó Mictlán (1969) dirigida por Raúl Kamffer quien gracias al peyote, nos lleva a un mítico viaje por el Mictlán para enseñar a quienes no creían en estas tradiciones, a honrar a los difuntos.
En 1987 llega Día de Difuntos que nos lleva, junto con un grupo de desconocidos, a coincidir en un panteón y celebrar el Día de muertos. Pese a las diferencias aparentes que presentan los personajes, las conexiones entre ellos se van fortaleciendo cada vez más. Un filme con la actuación de Manuel Ibáñez, Carmen Salinas, Fernando Luján y Héctor Suárez que nos lleva a reflexionar sobre idiosincrasia mexicana.
Para el siguiente siglo los realizadores vieron en la animación otra forma de expresarse a través de trazos más amigables y coloridos que destaquen la belleza de los símbolos de esta tradición. Enfatizando los colores, las texturas y la grandeza de esta manifestación cultural.
Para el año 2001 Rene Castillo realizó Hasta los huesos, un cortometraje en stop motion que inicia mostrando el sufrimiento de quien despide a un ser querido y posteriormente se desarrolla desde la perspectiva del que se fue, mostrando el miedo y la incertidumbre en esta trascendencia a la muerte.
Entre huesos se desarrolla esta animación con calaveras y formas grotescas, Aunque este corto se muestra a través de colores oscuros y fríos, destaca la intensidad de los colores característicos de la temporada como el morado, naranja y rosa mexicano que intensifican cada encuadre animado.
Para 2007 se estrenó La leyenda de la Nahuala, dirigida por Ricardo Arnaiz, que entre calaveritas de azúcar, alebrijes, papel picado, flores y demás objetos de dicha festividad, nos muestra la travesía de Leo San Juan para rescatar a su hermano Nando de la Nahuala. Con ayuda de su abuela y un fraile franciscano se adentrarán en esta aventura para solucionar el problema antes del Día de Muertos.
En 2014 se estrena El libro de la vida, una producción estadounidense con talento mexicano, dirigida por Jorge Gutiérrez, producida por Guillermo del Toro (entre otros) y con voces como las de Diego Luna y Kate del Castillo, te llevan de excursión a un museo en donde cinco niños castigados se encuentran con una guía de museo que les cuenta sobre el Libro de la vida.
Esta historia sobre un triángulo amoroso, y la disputa por el poder entre La Catrina -Gobernante de la Tierra de los Recordados- y Xibalba - Gobernante de la Tierra de los Olvidados- quienes aparecen en el pueblo de San Ángel el Día de muertos. Éstos dos hacen una apuesta de la cual dependerá el futuro de los reinos.
Vivos y muertos se unen para luchar juntos y defender lo que más quieren. Esta convivencia entre vivos y seres del más allá se torna pintoresca y amigable gracias a que se desarrolla dentro del mundo posible de las celebraciones del Día de Muertos además de que se traduce a trazos bien definidos con una mezcla de colores intensos capa sobre capa que dan como resultado un largometraje animado nominado al Globo de Oro en 2014.
Años más tarde, uno de los estudios cinematográficos de animación más reconocidos del mundo, vió en dicha tradición una gran oportunidad por lo que decidió retratar la celebración del Día de Muertos. Siendo así que para el 2017 Pixar estrenó Coco.
A través de la observación por muchos meses, lograron recrear, a su manera, dicha celebración, tomando como referencia las plazas, mercados, calles, personas y lugares más emblemáticos como: San Andrés Mixquic, la Ciudad de México, Pátzcuaro, Michoacán, La Plaza del Ropero en Guanajuato, las Pirámides de Teotihuacan e incluso la tumba de Pedro Infante que inspiró la tumba de Ernesto de la Cruz.
De la misma manera se inspiraron en personalidades como: Frida Kahlo, Pedro Infante, Jorge Negrete, El Santo, María Félix, Cantinflas y hasta Emiliano Zapata, mostrando cómo se vive esta celebración a través de trazos amigables y característicos de cada una de las personalidades, colores intensos y cientos de texturas.
Aunque para muchos esta película está alejada de lo que realmente son las celebraciones mexicanas del Día de Muertos, lo cierto es que el trabajo visual que realizaron los animadores de Pixar es maravilloso, además de que logran tocar el corazón de niños y adultos a través de la historia de Miguel.
Miguel es un niño de 12 años que pertenece a los Rivera, una familia de zapateros en la que prohíben la música ya que creen hay una maldición en ella. Sin embargo, Miguel siempre ha soñado con convertirse en músico, su principal ídolo es Ernesto de la Cruz, un reconocido cantante que se hizo famoso por la canción “Recuérdame”.
Miguel enfrenta continuamente su deseo por convertirse en músico y el respeto que le tiene a su familia. Sin embargo, para su familia la música está prohibida desde que su tatarabuelo abandonó a su tatarabuela Mamá Imelda y a su hija Coco para convertirse en un músico famoso.
Durante las celebraciones del Día de Muertos Miguel se enfrenta a una serie de aventuras que lo llevan a recorrer el mundo de los muertos. Ahora tiene algunos obstáculos a los cuales enfrentarse para poder regresar a salvo con los suyos.
En este trayecto va descubriendo secretos sobre su familia que cambiarán su destino.
Durante todo el largometraje se muestran los elementos característicos de esta celebración como las flores de cempasúchil, el papel picado, calaveras, veladoras, ofrendas y colores como el rosa mexicano, morado, naranja y rojo que caracterizan estas fiestas.
Coco, una película para niños pero que lleva la melancolía a través de los recuerdos a cualquier adulto, hacer recordar a aquellos seres amados que ya no están, que se vuelven protagonistas de nuestras ofrendas y son esperados con ansias año tras año.
Después de varios años de estar en espera y tras una disputa con el IMPI (Instituto Mexicano de Propiedad Industrial) y Disney quien intentó registrar la película de Coco inicialmente con el nombre de “Día de Muertos”, llega a las salas de cine el primero de noviembre del 2019 un largometraje animado con dicho nombre: Día de Muertos.
Nos muestra la historia de Salma una joven de 16 años que en medio de las celebraciones, no puede traer estos días a ningún ser querido del más allá pues desconoce la identidad de sus familiares. Aunque por mucho tiempo ha buscado, no ha logrado tener éxito. Sin embargo, este año cuenta con la ayuda de dos amigos y un libro hechizado que puede ser lo único que faltaba para conseguir su objetivo. No obstante se enfrentará a una serie de obstáculos, aventuras y peligros para lograrlo.
Esta película había sido pensada mucho antes que Coco, sin embargo, el equipo de producción encabezado por el director Carlos Eduardo Gutiérrez Medrano, se enfrentó a muchas problemáticas, entre ellas la falta de presupuesto, por lo que tuvieron que esperar más de 10 años para ver su proyecto terminado.
Éstas son sólo algunas de las películas que retratan las tradiciones del Día de Muertos ya que hay un sin fin de historias inspiradas en esta mítica celebración que permite el reencuentro de vivos y muertos.
El panteón se cierra, se apagan las veladoras, se recoge la comida, las bebidas y los recuerdos, sólo queda la esperanza de un reencuentro con los seres amados el próximo año hasta que se pueda estar juntos nuevamente en la eternidad.
Se encuentra a media noche dentro del panteón. Le llora a la tumba de su marido que murió hace 3 años. De pronto una mano del más allá le toca el hombro, ella no lo ve pero lo siente, sabe que está ahí. Un ser del más allá está junto a ella. Un portal se abrió. Los muertos tienen permiso de venir al mundo de los vivos.
Podría parecer que esta escena es el clímax de una película de terror pero no es así. Forma parte de una de las tradiciones mexicanas más antiguas, en donde cada 1 y 2 de noviembre los difuntos visitan a sus seres queridos.
Los panteones dejan de parecer tétricos y se convierten en el punto de convergencia entre vivos y muertos. El cempasúchil guía el camino que deben de seguir los difuntos y las velas alumbran su recorrido. Esta tradición llama la atención de un sin fín de personas, tan es así que la industria cinematográfica ha dedicado varios films para retratar estas celebraciones.
En el imaginario colectivo, el Día de Muertos representa un momento privilegiado en el que convergen vivos y muertos, un reencuentro deseado por todos aquellos que han perdido a un ser amado.
Esta tradición tiene su origen en la época prehispánica. En este periodo, las etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte. Entre los rituales realizados, destacan el de los mexicas quienes veneraban a Mictecacihuatl y Mictlantecuhtli, señores del Mictlán,encargados de definir el destino de las almas. Sin embargo, llegar al Mictlán no era tan sencillo.
Para ello, los vivos se encargaban de realizar una serie de rituales que los ayudarían en su trayecto al descanso eterno. Posterior a ellos y a la cremación del cuerpo, cada año durante los siguientes cuatro años se realizaban ceremonias en el lugar donde se encontraban los restos del difunto. De esta forma, el complejo ritual prometía guiar a las almas al descanso eterno y facilitaba el proceso de duelo a los familiares.
Además, a lo largo del año se dedicaban altares a distintas deidades, sin embargo, los dedicados al Señor de los Muertos Mictlantecutli se ofrecían en noviembre, esta coincidencia fue aprovechada por los evangelizadores durante la colonia para hacer un sincretismo entre el cristianismo y las creencias religiones autóctonas.
Con la llegada de los europeos, estos rituales sufrieron un proceso de aculturación unificando la celebración de la muerte con los rituales de los difuntos, dando pie a la celebración como actualmente se conoce.
Los elementos y colores que simbolizan estas celebraciones permiten un sinfín de composiciones visualmente impactantes que deleitan a quien esté frente a la pantalla. Pero si además de una serie de composiciones visuales contamos con un mundo posible que celebra la muerte y permite el tránsito de las almas hacia el mundo de los vivos, el resultado puede ser exquisito.
Esta tradición llena de colores, aromas y sabores ha conquistado a un sinfín de personas, incluyendo a diversos directores y productores cinematográficos que se han inspirado en estos festejos para crear sus filmes.
Cuenta la leyenda que la primera película en hacer referencia a esta temática la hizo el cineasta soviético Sergei Eisenstein quien se impresionó con los grabados de José Guadalupe Posada. El proyecto fue cancelado pero quedó el material rodado. Unos años más tarde, el cineasta soviético Grigori Aleksandrov trabajó el material creando una versión de acuerdo a lo que se había trabajado anteriormente, así nació ¡Que viva México!
Esta versión se conformaba por 4 episodios: Sandunga, Maguey, Fiesta y Soldadera además de un prólogo y un epílogo. En éste último, Eisenstein enfatizó su interés por el Día de Muertos y los diseños de Posada.
Posteriormente en 1960 se estrenó Macario dirigida por Roberto Gavaldón quien nos presenta un diálogo y reflexión sobre la muerte representado por Ignacio López Tarso y Enrique Lucero quienes entre veladoras, cempasúchil y ofrendas desarrollan la historia que inicia un Día de Muertos.
Casi una década después se estrenó Mictlán (1969) dirigida por Raúl Kamffer quien gracias al peyote, nos lleva a un mítico viaje por el Mictlán para enseñar a quienes no creían en estas tradiciones, a honrar a los difuntos.
En 1987 llega Día de Difuntos que nos lleva, junto con un grupo de desconocidos, a coincidir en un panteón y celebrar el Día de muertos. Pese a las diferencias aparentes que presentan los personajes, las conexiones entre ellos se van fortaleciendo cada vez más. Un filme con la actuación de Manuel Ibáñez, Carmen Salinas, Fernando Luján y Héctor Suárez que nos lleva a reflexionar sobre idiosincrasia mexicana.
Para el siguiente siglo los realizadores vieron en la animación otra forma de expresarse a través de trazos más amigables y coloridos que destaquen la belleza de los símbolos de esta tradición. Enfatizando los colores, las texturas y la grandeza de esta manifestación cultural.
Para el año 2001 Rene Castillo realizó Hasta los huesos, un cortometraje en stop motion que inicia mostrando el sufrimiento de quien despide a un ser querido y posteriormente se desarrolla desde la perspectiva del que se fue, mostrando el miedo y la incertidumbre en esta trascendencia a la muerte.
Entre huesos se desarrolla esta animación con calaveras y formas grotescas, Aunque este corto se muestra a través de colores oscuros y fríos, destaca la intensidad de los colores característicos de la temporada como el morado, naranja y rosa mexicano que intensifican cada encuadre animado.
Para 2007 se estrenó La leyenda de la Nahuala, dirigida por Ricardo Arnaiz, que entre calaveritas de azúcar, alebrijes, papel picado, flores y demás objetos de dicha festividad, nos muestra la travesía de Leo San Juan para rescatar a su hermano Nando de la Nahuala. Con ayuda de su abuela y un fraile franciscano se adentrarán en esta aventura para solucionar el problema antes del Día de Muertos.
En 2014 se estrena El libro de la vida, una producción estadounidense con talento mexicano, dirigida por Jorge Gutiérrez, producida por Guillermo del Toro (entre otros) y con voces como las de Diego Luna y Kate del Castillo, te llevan de excursión a un museo en donde cinco niños castigados se encuentran con una guía de museo que les cuenta sobre el Libro de la vida.
Esta historia sobre un triángulo amoroso, y la disputa por el poder entre La Catrina -Gobernante de la Tierra de los Recordados- y Xibalba - Gobernante de la Tierra de los Olvidados- quienes aparecen en el pueblo de San Ángel el Día de muertos. Éstos dos hacen una apuesta de la cual dependerá el futuro de los reinos.
Vivos y muertos se unen para luchar juntos y defender lo que más quieren. Esta convivencia entre vivos y seres del más allá se torna pintoresca y amigable gracias a que se desarrolla dentro del mundo posible de las celebraciones del Día de Muertos además de que se traduce a trazos bien definidos con una mezcla de colores intensos capa sobre capa que dan como resultado un largometraje animado nominado al Globo de Oro en 2014.
Años más tarde, uno de los estudios cinematográficos de animación más reconocidos del mundo, vió en dicha tradición una gran oportunidad por lo que decidió retratar la celebración del Día de Muertos. Siendo así que para el 2017 Pixar estrenó Coco.
A través de la observación por muchos meses, lograron recrear, a su manera, dicha celebración, tomando como referencia las plazas, mercados, calles, personas y lugares más emblemáticos como: San Andrés Mixquic, la Ciudad de México, Pátzcuaro, Michoacán, La Plaza del Ropero en Guanajuato, las Pirámides de Teotihuacan e incluso la tumba de Pedro Infante que inspiró la tumba de Ernesto de la Cruz.
De la misma manera se inspiraron en personalidades como: Frida Kahlo, Pedro Infante, Jorge Negrete, El Santo, María Félix, Cantinflas y hasta Emiliano Zapata, mostrando cómo se vive esta celebración a través de trazos amigables y característicos de cada una de las personalidades, colores intensos y cientos de texturas.
Aunque para muchos esta película está alejada de lo que realmente son las celebraciones mexicanas del Día de Muertos, lo cierto es que el trabajo visual que realizaron los animadores de Pixar es maravilloso, además de que logran tocar el corazón de niños y adultos a través de la historia de Miguel.
Miguel es un niño de 12 años que pertenece a los Rivera, una familia de zapateros en la que prohíben la música ya que creen hay una maldición en ella. Sin embargo, Miguel siempre ha soñado con convertirse en músico, su principal ídolo es Ernesto de la Cruz, un reconocido cantante que se hizo famoso por la canción “Recuérdame”.
Miguel enfrenta continuamente su deseo por convertirse en músico y el respeto que le tiene a su familia. Sin embargo, para su familia la música está prohibida desde que su tatarabuelo abandonó a su tatarabuela Mamá Imelda y a su hija Coco para convertirse en un músico famoso.
Durante las celebraciones del Día de Muertos Miguel se enfrenta a una serie de aventuras que lo llevan a recorrer el mundo de los muertos. Ahora tiene algunos obstáculos a los cuales enfrentarse para poder regresar a salvo con los suyos.
En este trayecto va descubriendo secretos sobre su familia que cambiarán su destino.
Durante todo el largometraje se muestran los elementos característicos de esta celebración como las flores de cempasúchil, el papel picado, calaveras, veladoras, ofrendas y colores como el rosa mexicano, morado, naranja y rojo que caracterizan estas fiestas.
Coco, una película para niños pero que lleva la melancolía a través de los recuerdos a cualquier adulto, hacer recordar a aquellos seres amados que ya no están, que se vuelven protagonistas de nuestras ofrendas y son esperados con ansias año tras año.
Después de varios años de estar en espera y tras una disputa con el IMPI (Instituto Mexicano de Propiedad Industrial) y Disney quien intentó registrar la película de Coco inicialmente con el nombre de “Día de Muertos”, llega a las salas de cine el primero de noviembre del 2019 un largometraje animado con dicho nombre: Día de Muertos.
Nos muestra la historia de Salma una joven de 16 años que en medio de las celebraciones, no puede traer estos días a ningún ser querido del más allá pues desconoce la identidad de sus familiares. Aunque por mucho tiempo ha buscado, no ha logrado tener éxito. Sin embargo, este año cuenta con la ayuda de dos amigos y un libro hechizado que puede ser lo único que faltaba para conseguir su objetivo. No obstante se enfrentará a una serie de obstáculos, aventuras y peligros para lograrlo.
Esta película había sido pensada mucho antes que Coco, sin embargo, el equipo de producción encabezado por el director Carlos Eduardo Gutiérrez Medrano, se enfrentó a muchas problemáticas, entre ellas la falta de presupuesto, por lo que tuvieron que esperar más de 10 años para ver su proyecto terminado.
Éstas son sólo algunas de las películas que retratan las tradiciones del Día de Muertos ya que hay un sin fin de historias inspiradas en esta mítica celebración que permite el reencuentro de vivos y muertos.
El panteón se cierra, se apagan las veladoras, se recoge la comida, las bebidas y los recuerdos, sólo queda la esperanza de un reencuentro con los seres amados el próximo año hasta que se pueda estar juntos nuevamente en la eternidad.