Sauvage, una estrujante forma de hablar de la soledad
POR: MARÍA DEL CARMEN VARELA
21-09-2019 15:13:59
El gancho es fuerte, la prostitución masculina es un tema atractivo por morbo o por originalidad, pero quien se acerca a Sauvage(Salvaje) podría no salir ileso, pues esta ópera prima de Camille Vidale-Nauquet es mucho más que un recorrido erótico por las entrañas del parís promiscuo, es una mirada profunda al vacío y a la soledad que se ha instalado en las sociedades, a la deshumanización y la falta de comprensión hacia el otro.
Precedida de excelentes críticas, la cinta fue filmada en 2018 y estrenada en junio pasado durante la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, ahora llega a México y se exhibe en algunas salas del grupo Cinépolis, para llamar la atención a un asunto que parece no existir, pues la prostitución es un fenómeno más bien asociado con las mujeres y no con los hombres.
Su protagonista es Félix Maritaud, quien recibió ya premios como la Estrella Naciente y el Lumiére como Mejor Actor revelación, y no es para menos, con esa convincente interpretación de Leo, un joven de 22 años en situación en calle, teniendo sexo para vivir, siendo frágil, pero a la vez un tipo consciente de sus necesidades vitales, incapaz de traicionar su idea de libertad a cambio de la comodidad de una situación estable.
Se trata de un drama contado en 90 minutos, a partir de una excelente fotografía, que logra captar la sordidez del presente pero al mismo tiempo la luminosidad del porvenir; capaz de reflejar una realidad abrumadora, lo mismo desde panorámicos planos que en atrevidos close ups que llegan a la entraña, al sudor y la sangre de los actores, especialmente de Maritaud, quien encarna una joven generación aparentemente desorientada y sin propósito, pero llena de una fuerza rebelde capaz de transformar las convenciones.
Una variopinta muestra de la sociedad francesa contemporánea, donde al lado de la cosmopolita y desarrollada ciudad luz coexiste el bajo mundo con su particular escoria, es captada por la cinta de Vidale-Nauquet, quien ha sabido sumergirse en un problema complejo como es el de la prostitución masculina que ocurre en todos los estratos, a plena luz del día y en sitios públicos, para ir más lejos, saltar el índice acusador, y develar una verdad más devastadora.
Cierto que Leo es un desposeído, pero la prostitución no es en él una forma de ganarse la vida, sino más bien de sobrevivir en su empeño de encontrar el amor, la comprensión y al mismo tiempo de seguir siendo, a su manera, un ser libre, capaz de tomar sus propias decisiones, la única posibilidad que conoce de ser él mismo, de no sujetarse a un plan establecido por alguien más.
En esta radiografía de prostitutos, donde los riesgos a la salud y el menoscabo de la integridad física y emocional es el pan de cada día, hay de todo, el macho, el drogadicto, el cínico o el ladrón y del lado de los clientes también, los promiscuos, los experimentales y especialmente los ancianos, sin mayor esperanza de encontrar un amor, pero también los sucios, los pervertidos y los sádicos. Todos son parte de un cuadro, sin que se pretenda juzgar a nadie por sus razones, porque no se trata de un filme moralista o moralino, sino de una valiosa reflexión sobre una arista de la sociedad que le ha tocado vivir al cineasta.
Al final, en un mundo tan incierto, donde hoy vives y al siguiente segundo quizá estés muerto, ¿para qué ser un lobo domesticado si, aunque sea por un momento puedes ser un potro salvaje; qué importa la estabilidad o la comodidad de una relación sin sobresaltos, cuando puedes ser libre, desnudarte y dejar que la vida entre en ti por cada poro de tu piel?
El gancho es fuerte, la prostitución masculina es un tema atractivo por morbo o por originalidad, pero quien se acerca a Sauvage(Salvaje) podría no salir ileso, pues esta ópera prima de Camille Vidale-Nauquet es mucho más que un recorrido erótico por las entrañas del parís promiscuo, es una mirada profunda al vacío y a la soledad que se ha instalado en las sociedades, a la deshumanización y la falta de comprensión hacia el otro.
Precedida de excelentes críticas, la cinta fue filmada en 2018 y estrenada en junio pasado durante la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, ahora llega a México y se exhibe en algunas salas del grupo Cinépolis, para llamar la atención a un asunto que parece no existir, pues la prostitución es un fenómeno más bien asociado con las mujeres y no con los hombres.
Su protagonista es Félix Maritaud, quien recibió ya premios como la Estrella Naciente y el Lumiére como Mejor Actor revelación, y no es para menos, con esa convincente interpretación de Leo, un joven de 22 años en situación en calle, teniendo sexo para vivir, siendo frágil, pero a la vez un tipo consciente de sus necesidades vitales, incapaz de traicionar su idea de libertad a cambio de la comodidad de una situación estable.
Se trata de un drama contado en 90 minutos, a partir de una excelente fotografía, que logra captar la sordidez del presente pero al mismo tiempo la luminosidad del porvenir; capaz de reflejar una realidad abrumadora, lo mismo desde panorámicos planos que en atrevidos close ups que llegan a la entraña, al sudor y la sangre de los actores, especialmente de Maritaud, quien encarna una joven generación aparentemente desorientada y sin propósito, pero llena de una fuerza rebelde capaz de transformar las convenciones.
Una variopinta muestra de la sociedad francesa contemporánea, donde al lado de la cosmopolita y desarrollada ciudad luz coexiste el bajo mundo con su particular escoria, es captada por la cinta de Vidale-Nauquet, quien ha sabido sumergirse en un problema complejo como es el de la prostitución masculina que ocurre en todos los estratos, a plena luz del día y en sitios públicos, para ir más lejos, saltar el índice acusador, y develar una verdad más devastadora.
Cierto que Leo es un desposeído, pero la prostitución no es en él una forma de ganarse la vida, sino más bien de sobrevivir en su empeño de encontrar el amor, la comprensión y al mismo tiempo de seguir siendo, a su manera, un ser libre, capaz de tomar sus propias decisiones, la única posibilidad que conoce de ser él mismo, de no sujetarse a un plan establecido por alguien más.
En esta radiografía de prostitutos, donde los riesgos a la salud y el menoscabo de la integridad física y emocional es el pan de cada día, hay de todo, el macho, el drogadicto, el cínico o el ladrón y del lado de los clientes también, los promiscuos, los experimentales y especialmente los ancianos, sin mayor esperanza de encontrar un amor, pero también los sucios, los pervertidos y los sádicos. Todos son parte de un cuadro, sin que se pretenda juzgar a nadie por sus razones, porque no se trata de un filme moralista o moralino, sino de una valiosa reflexión sobre una arista de la sociedad que le ha tocado vivir al cineasta.
Al final, en un mundo tan incierto, donde hoy vives y al siguiente segundo quizá estés muerto, ¿para qué ser un lobo domesticado si, aunque sea por un momento puedes ser un potro salvaje; qué importa la estabilidad o la comodidad de una relación sin sobresaltos, cuando puedes ser libre, desnudarte y dejar que la vida entre en ti por cada poro de tu piel?