Eso: capítulo 2 se convirtió en la cinta de terror más esperada de este año, pues no sólo su primera parte se consagró como la cinta de género más taquillera en la historia, sino que también resultó ser una adaptación del libro de Stephen King. Por ello lo menos que se esperaba de esta secuela era un gran final que emocionara y aterrorizara al público, algo que por fortuna el director Andy Muschietti consiguió en esta continuación que, aunque con ciertos detalles, resulta ser una buena película.

En los aspectos positivos de Eso capítulo 2, encontramos que varios (más no todos) de los momentos más emocionantes de la novela están plasmados en ella, incluso algunos que no se retomaron en la primera parte y que eran de suma importancia durante la infancia de cada uno de los miembros del Club de los perdedores. Es gracias a estas secuencias que se logra profundizar un poco mejor tanto en la niñez como en la vida adulta de Bill, Beverly, Richie, Mike, Ben, Eddie y Stan.

Ahora, refiriéndonos concretamente a las escenas clave, sobre todo a aquellas que se enfocan a explicar el origen de Pennywise, éstas serán más satisfactorias para aquellos que estén familiarizados con la novela, pues son momentos que se mencionan y se muestran fugazmente, por lo que resultan bastante grato para quienes conozcan su trasfondo, pero que podrían ser confusos (y casi sin sentido) para quienes no conozcan la historia detrás de esas secuencias, ya que no otorgan la información suficiente para explicar qué es y de dónde viene Pennywise.

En cuanto a este diabólico personaje maravillosamente interpretado por Bill Skarsgård, es importante mencionar que no aparece más que unos cuantos minutos en pantalla, al menos en su forma de payaso, lo que resulta lamentable tomando en cuenta la gran personalidad que Skarsgård le imprime a su papel. Sin embargo, esto es compensado con unas cuantas y nuevas transformaciones más de Pennywise, retomando algunas de la primera parte y mostrando también otras diferentes.

También es justo mencionar que aunque las nuevas apariencias son monstruosas e interesantes, tienen una gran falla: están retocadas con un CGI tan pero tan excesivo que en algunas partes termina por verse pésimo.

Hablando ahora del Club de los perdedores, son un grupo con bastantes altibajos, ya que aunque personajes como los de Richie y Bill (Bill Hader y James McAvoy, respectivamente) tienen un gran peso y una gran interpretación, otros como los de Beverly y Mike son muy desaprovechados en la historia y en las actuaciones al no aportar demasiado ni ser tan bien personificados por Jessica Chastain e Isaiah Mustafa.

La mayor falla de Eso: capítulo 2 termina por ser su duración, ya que independientemente de que es imposible adaptar un libro de casi 2 mil páginas en tan sólo dos cintas, las 2 horas con 45 minutos de esta secuela se sienten bastante pesadas, sobre todo por el hecho de profundizar demasiado en diversas secuencias en las que no eran necesario invertir tanto tiempo. Esto provoca que la película tenga  algunos cuantos tropiezos en su ritmo que se ven intercalados con momentos de sustos y otros de comedia, lo que al menos hacen más llevaderas las casi tres horas.

Por fortuna los altibajos se ven compensados en los últimos minutos de la cinta, donde atestiguamos una más que interesante batalla final que no sólo está llena de acción y terror, sino también de melancolía gracias a que los protagonistas no sólo deben sobrevivir a una gran pelea, sino también a sus propios demonios, los cuales hasta cierto punto resultan más interesantes que el enfrentamiento decisivo entre el Club de los perdedores y Eso.

En pocas palabras, aunque Eso: capítulo 2 no está al nivel de su antecesora, termina por ser una cinta que cumple con lo que prometía: unos cuantos sustos de sobresalto, una historia trepidante y una emocionante batalla final que, sin ser épica, es lo suficientemente entretenida como para darle un cierre a esta historia.