Cuando le preguntaban a Chavela Vargas porque decía que era mexicana si había nacido en Costa Rica, ella con la voz firme que la caracterizaba respondía: “Los mexicanos nacemos donde se nos da la chingada gana”. La personalidad y los claroscuros de Isabel Vargas Lizan (1919-2012)  en su propia voz fueron capturados por las cineastas Catherine Gund y Daresha Kyi en el documental Chavela, que obtuvo el Premio del Público y una mención especial del Jurado en el pasado Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz.

Basado en declaraciones de la propia Chavela Vargas a través de una entrevista nunca antes vistas, realizada 20 años antes de su muerte, y guiado por las historias de sus canciones, este documental retrata a la mujer que se atrevió a vivir como quiso y amar a quien le dio la gana “porque si no amas entonces no has vivido”.

“Si eres lesbiana estás marginada, yo me puse pantalones, el público se quedó callado y se paró la historia un segundo… mujeres y hombres tenían que ver conmigo, todos”, señala en la cinta la propia Chavela, quien también solía decir que jamás revelaría el nombre de sus verdaderos amores.

También habla de su alcoholismo, el cual consideraba una enfermedad, “es una dependencia del alma, una enfermedad de soledad, de abandono, de estar rodeada de mucha gente y al final nada”.

La mujer, la intérprete, la amante, la que canta con el alma herida y la que solía decir que “al final la verdad de la vida siempre se impone”, se muestra en este documental al denudo, fuerte y con convicciones firmes, porque como también aseguraba “la Chavela es cabrona”.

Y si, a Chavela la recordamos como la mujer fuerte, a contraposición de la feminidad según los cánones establecidos del amor y el romanticismo, como la eterna amante de Lorca, la discípula de José Alfredo Jiménez,  quien estaba convencida de que nadie muere de amor y quien al final de sus días decidió quedarse y morir en el país que adoptó como suyo y al que amo como ninguno: México.

Además, este trabajo recupera comentarios y anécdotas de personalidades que la quisieron y la admiraron como el cineasta Pedro Almódovar, quien conoció a Chavela detrás del escenario en el que debutó en España, era 1992, “y me quedé sorprendido (…) la voz de Chavela me ha hecho llorar muchas veces, y en esa voz he encontrado a una de mis mejores interlocutoras”.

Para Eugenia León, Chavela Vargas sintetiza la festividad de la canción mexicana y lo convierte en el canto del alma, es la intérprete que rompió el esquema de las cantantes de ranchero, mientras que para Miguel Bosé fue la mujer que peleó por libertades desde la música hasta las sexuales, sin ningún miedo, que cuando terminaba una canción dejaba un vacío en todo aquel que la escuchaba.

El documental Chavela -una coproducción entre México y Estados Unidos- ha sido premiado por el público en la Berlinale, en el Outfest de Los Ángeles y en el San Francisco International LGBTQ Film Festival, Ambulante Gira de Documentales, Biarritz, en el Out Shine Fil Festival y en el LGTBT Fil Festival de Rusia, tendrá su estreno comercial en cines mexicanos el próximo 2 de agosto.