La comedia ha demostrado ser un medio efectivo para abordar índoles sociales que generan revuelo y divisiones entre las personas cuyas posiciones se contraponen entre ellas y Un año difícil (Un année difficile) aprovecha esta cualidad del género para hablar de varios temas consiguiendo llegar a una gran y variada audiencia además de conseguir la empatía del público a través de la premisa del criticar hasta entender.

Albert y Bruno son la dupla protagónica de esta película que se vuelve super digerible gracias a la increíble química entre ellos, ambos son hombres con problemas financieros graves, personas que no han sabido auto gestionarse hasta el límite de quedar sin un techo donde vivir.

La historia que narra esta película tiene como intención demostrar la importancia de auto regularse y lo hace utilizando la relevancia actual del movimiento ecológico que busca educar a la gente sobre el daño del consumismo desmedido, para conseguir el impacto debido la película se burla de sí misma criticando y caricaturizando a su causa con la intención de que a través de la comedia y sus personajes el espectador llegue a la conclusión de que efectivamente el capitalismo tiene gran parte de la culpa de la desgracia de varios y que siempre podemos hacernos conscientes y responsables de nuestras acciones. 

Representando a este movimiento como personaje tenemos a la maravillosa Noémie Merlant que demuestra no solo saber desarrollarse en el drama si no que es una gran exponente de la comedia francesa; este personaje encarna la sátira de lo extrapolado del movimiento, ella no utiliza su nombre de pila si no que junto a todo su colectivo se hacen llamar por apodos y hablan sobre una higiene casi espiritual que endiosa la auto consciencia de su paso por la tierra llevándolos a situaciones francamente exageradas (perfectas para la comedia) como solo consumir alimentos expirados con el fin de que no se desperdicien o vivir en espacios sin muebles indispensables como lo podría ser una cama, todo esto con el fin de ver este movimiento desde la perspectiva de los protagonistas que es totalmente opuesta, la pareja de amigos principales ven todo este proyecto como un sin sentido y toda la trama de la película se desarrolla con ellos utilizando el movimiento social para sacar provecho para sí mismos hasta que por azares del destino y por sus propias consecuencias a sus acciones entienden la verdadera relevancia del proyecto ambientalista.

Con un guion y una dinámica impecable la película te saca risas todo el tiempo, el llamado ‘timing’ en su comedia está perfectamente cronometrado y además consigue generar consciencia social simple y sencillamente a través de saber burlarse de sí mismo, en algún punto o para ciertos espectadores podría tratarse de ‘humor negro’ pero no es así, de nuevo, para afrontar un problema primero hay que reconocerlo y entonces sabremos después incluso reírnos de ello, y sinceramente, el mensaje nos llega a todos porque esfrancamente inevitable (gracias a la gran desarrollo que les dan) salir sin identificarse con alguno de los personajes (resaltando lo gracioso que es decir que te sientes como Cactus o como Pollito). 

Un año difícil forma parte del Tour de Cine Francés y es ampliamente recomendable tanto para pasar un muy buen rato como para lanzar una indirecta con guante blanco.