The Substance, terror hermoso, grotesco y estúpido
POR: DE MONSTERMASH
24-09-2024 12:43:10
Existen películas incómodas de ver, retorcidas, sádicas, graciosas, arriesgadas, sangrientas y absurdamente inteligentes; The Substance (La sustancia, 2024), de la directora Coralie Fargeat, es todo esto y más es una misma obra.
Antes de mencionar la sinopsis y posterior reseña, deben estar advertidos de que, lo que verán en esta cinta no está hecho para cualquiera. No queremos sonar pretenciosos ni altivos, para nada; sino que, ciertamente, es un filme que los hará experimentar diversas y muy potentes sensaciones. Desde lo grotesco hasta lo hilarante, su sed de sangre quedará saciada, pero su mente también sufrirá un impacto que permanecerá bastante tiempo.
Una celebridad (Demi Moore) se encuentra en su peor momento de decadencia física y anímica al ver cómo es desechada por Hollywood y su público, quienes, obsesionados por la belleza y la juventud, la relegan al olvido. Desesperada, la mujer se somete a un proceso quirúrgico/biológico experimental que hará brotar, literalmente, su mejor lado, pero con nauseabundas y fatídicas consecuencias.
Coralie Fargeat nos entrega la cinta más arriesgada, maravillosa y extraña del año. Un filme que se idolatra o se aborrece. No hay punto medio. Todo esto, y por increíble que parezca, mediante el más interesante body horror contemporáneo que, ni el mismo David Cronenberg, ha realizado en sus cintas más recientes.
The Substance es extraña, bizarra, incómoda y shockeante. Por un lado, cuenta con un maquillaje y efectos especiales que duelen en la carne propia del espectador; por otro, presenta una crítica social bastante cruda y directa (al grado de llegar al absurdo en forma de una excelente sátira) ante la obsesión de la juventud y la belleza, conceptos sádicamente instaurados y mantenidos por la industria fílmica y televisiva, pero, también, por la sociedad.
Narrativamente, el filme es un brutal retrato de los excesos, la hipocresía y las obsesiones. Un claro ejemplo de hasta dónde puede lastimarse uno mismo con tal de no perder aquello que lo hace ser amado ante los demás, aunque ese amor sea falso y peligroso. Tanto Moore como la joven estrella Margaret Qualley ejemplifican muy bien esto. Una, representando el ocaso y decadencia del éxito y la vida; la otra, el clímax de la juventud y los placeres.
La contraposición física y mental de ambas mujeres, nos entrega un choque, no cultural, sino psicológico ante el miedo a la vejez y al olvido. Claro, no sin olvidarse de un duro señalamiento contra la cosificación y sexualización del género femenino. La gran actuación de ambas actrices nos hace empatizar con ellas, amarlas y, también, odiarlas. Será su lucha constante y sus acciones la una contra la otra el principal elemento de tensión durante las casi 2 horas con 30 min de metraje. Un excelente retrato de hasta dónde podemos llegar a aborrecernos.
Todo esto acompañado del body horror en su máxima expresión; un terror corporal sublime e interesante que equilibra a la perfección el asco con la magistralidad de los efectos especiales prácticos. Laceraciones, brotes, bultos, pus, malformaciones y partes crecientes en lugares donde no deberían crecer, hacen que “The substance” sea un exquisito platillo que uno no puede dejar de comer a pesar de su mal sabor y aspecto.
Técnicamente, si hay algo que no se le puede menospreciar a La sustancia, es su increíble fotografía, paleta de colores y puestas en escena; algo que se disfruta a cada segundo de sus más de dos horas. Narrativamente, es su tiempo total lo que le juega en contra, pues su duración la vuelve bastante tediosa y pareciera que, en determinado punto, ya es innecesario lo que muestra.
No obstante, son sus últimos 15 minutos los que harán que sea alabada u odiada; unos instantes finales repletos de una locura sin sentido como ninguna otra cosa vista desde hace muchos años. Este tramo final provocará enojo, desconcierto, extrañeza y un cúmulo de otras emociones al no saber qué demonios es lo que estamos mirando.
En pocas palabras, su desenlace roza lo sublime o lo estúpido, depende de la mirada. Y, sin embargo, no dejará indiferente a nadie, pues, para bien y para mal, es la película más arriesgada y propositiva en lo que va de la década. Un filme que les hará experimentar una mezcla de placer y aversión que, si no manejan con cuidado, podría hacerles supurar algo monstruoso de todos sus orificios.
¡Estrenó The Substance! La película más grotesca, asquerosa y nauseabunda de este año. Si eres amante del body horror, no te puedes perder esta extrañeza fílmica. Te compartimos nuestra reseña SIN SPOILERS. ¡Ya en cines!
Existen películas incómodas de ver, retorcidas, sádicas, graciosas, arriesgadas, sangrientas y absurdamente inteligentes; The Substance (La sustancia, 2024), de la directora Coralie Fargeat, es todo esto y más es una misma obra.
Antes de mencionar la sinopsis y posterior reseña, deben estar advertidos de que, lo que verán en esta cinta no está hecho para cualquiera. No queremos sonar pretenciosos ni altivos, para nada; sino que, ciertamente, es un filme que los hará experimentar diversas y muy potentes sensaciones. Desde lo grotesco hasta lo hilarante, su sed de sangre quedará saciada, pero su mente también sufrirá un impacto que permanecerá bastante tiempo.
Una celebridad (Demi Moore) se encuentra en su peor momento de decadencia física y anímica al ver cómo es desechada por Hollywood y su público, quienes, obsesionados por la belleza y la juventud, la relegan al olvido. Desesperada, la mujer se somete a un proceso quirúrgico/biológico experimental que hará brotar, literalmente, su mejor lado, pero con nauseabundas y fatídicas consecuencias.
Coralie Fargeat nos entrega la cinta más arriesgada, maravillosa y extraña del año. Un filme que se idolatra o se aborrece. No hay punto medio. Todo esto, y por increíble que parezca, mediante el más interesante body horror contemporáneo que, ni el mismo David Cronenberg, ha realizado en sus cintas más recientes.
The Substance es extraña, bizarra, incómoda y shockeante. Por un lado, cuenta con un maquillaje y efectos especiales que duelen en la carne propia del espectador; por otro, presenta una crítica social bastante cruda y directa (al grado de llegar al absurdo en forma de una excelente sátira) ante la obsesión de la juventud y la belleza, conceptos sádicamente instaurados y mantenidos por la industria fílmica y televisiva, pero, también, por la sociedad.
Narrativamente, el filme es un brutal retrato de los excesos, la hipocresía y las obsesiones. Un claro ejemplo de hasta dónde puede lastimarse uno mismo con tal de no perder aquello que lo hace ser amado ante los demás, aunque ese amor sea falso y peligroso. Tanto Moore como la joven estrella Margaret Qualley ejemplifican muy bien esto. Una, representando el ocaso y decadencia del éxito y la vida; la otra, el clímax de la juventud y los placeres.
La contraposición física y mental de ambas mujeres, nos entrega un choque, no cultural, sino psicológico ante el miedo a la vejez y al olvido. Claro, no sin olvidarse de un duro señalamiento contra la cosificación y sexualización del género femenino. La gran actuación de ambas actrices nos hace empatizar con ellas, amarlas y, también, odiarlas. Será su lucha constante y sus acciones la una contra la otra el principal elemento de tensión durante las casi 2 horas con 30 min de metraje. Un excelente retrato de hasta dónde podemos llegar a aborrecernos.
Todo esto acompañado del body horror en su máxima expresión; un terror corporal sublime e interesante que equilibra a la perfección el asco con la magistralidad de los efectos especiales prácticos. Laceraciones, brotes, bultos, pus, malformaciones y partes crecientes en lugares donde no deberían crecer, hacen que “The substance” sea un exquisito platillo que uno no puede dejar de comer a pesar de su mal sabor y aspecto.
Técnicamente, si hay algo que no se le puede menospreciar a La sustancia, es su increíble fotografía, paleta de colores y puestas en escena; algo que se disfruta a cada segundo de sus más de dos horas. Narrativamente, es su tiempo total lo que le juega en contra, pues su duración la vuelve bastante tediosa y pareciera que, en determinado punto, ya es innecesario lo que muestra.
No obstante, son sus últimos 15 minutos los que harán que sea alabada u odiada; unos instantes finales repletos de una locura sin sentido como ninguna otra cosa vista desde hace muchos años. Este tramo final provocará enojo, desconcierto, extrañeza y un cúmulo de otras emociones al no saber qué demonios es lo que estamos mirando.
En pocas palabras, su desenlace roza lo sublime o lo estúpido, depende de la mirada. Y, sin embargo, no dejará indiferente a nadie, pues, para bien y para mal, es la película más arriesgada y propositiva en lo que va de la década. Un filme que les hará experimentar una mezcla de placer y aversión que, si no manejan con cuidado, podría hacerles supurar algo monstruoso de todos sus orificios.
¡Estrenó The Substance! La película más grotesca, asquerosa y nauseabunda de este año. Si eres amante del body horror, no te puedes perder esta extrañeza fílmica. Te compartimos nuestra reseña SIN SPOILERS. ¡Ya en cines!