El cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios regresó al Festival Internacional de Cine de Berlín -la Berlinale-, para presentar su película La Cocina, protagonizada por Rooney Mara y Raúl Brito, donde habla de una inquietud largamente acariciada: qué sucede con los migrantes una vez que cruzan la frontera con Estados Unidos.

La historia de La Cocina y Alonso tiene una larga data, pues el cineasta mexicano fue el responsable de adaptar el texto dramatúrgico de Arnold Wesker y montarlo en el Centro Universo de Teatro (CUT), donde dirigió a Raúl Briones, sin embargo, en esta versión cinematográfica Alonso echó mano de sus experiencias cuando, como estudiante, trabajó en un restaurante, además de su inquietud por abordar en una película, lo que sucede cuando los migrantes cruzan la frontera en búsqueda del sueño americano.

“Yo quería hacer una película que hablará sobre lo qué pasa después del cruce, hay muchas películas mexicanas, casi es un género mexicano, como la película del migrante pero hay pocas que hablan de qué pasa cuando llegas allá, al otro lado, ¿se cumple el sueño o no se cumple el sueño? y eso me interesaba como punto de partida”, compartió Alonso durante la conferencia de prensa realizada previo a la premier mundial de su cuarto largometraje.

Para poder hablar de este tema Alonso realizó una profunda investigación en la que pudo charlar con migrantes mexicanos que trabajaban en las cocinas de diferentes restaurantes en Nueva York lo cual, sumado a su experiencia en las cocinas cuando era estudiante, le permitió tener un panorama mucho más amplio de cómo viven estas personas.

“Hice un viaje de investigación profunda, cuando estaba escribiendo la película, entrevisté a muchos cocineros y muchas de sus historias acabaron ahí (en la película) en particular la de Estela, la tomé mucho de una chica que se llamaba Jackie”, contó Alonso, quien reveló que muchos de estos cocineros son originarios del estado de Puebla.

Y es que la presencia de los mexicanos en las cocinas de Nueva York es tan fuerte que el propio Alonso cuenta que un cocinero tenía un chiste en el que explicaba que en aquella ciudad toda la comida es mexicana pues no había comida china o japonesa que no haya sido realizada por mexicanos.

Para Alonso la realización de esta película fue una gran experiencia pues pudo conocer de cerca las experiencias de vida de los migrantes mexicanos. “Fue muy hermoso conocer a toda esta gente, hablar con ellos y ver cuáles de sus sueños se habían cumplido, que siempre hay un costo muy grande para el sueño”, apuntó.

En su oportunidad Anna Cruz, quien da vida a Estela, conmovida al punto del llanto, destacó la oportunidad que La Cocina le permitió para retratar la soledad del migrante.

“Me pongo así porque mi mamá hace años salió de su país y está viviendo en un país donde no conoce el idioma y para mí eso es la soledad pura, no poder compartir tu cultura, no poder compartir estas palabras y entonces aprendí a verlo con ternura también, o sea, la valentía está por hecho cuando dejas atrás todo lo que amas por ir y seguir un sueño, un sueño, creo que queda esta ternura que me hizo mirar a estos personajes, que son personajes con miedos con muchas heridas pero que también tienen muchos sueños y no habría porqué quitarles a las personas la posibilidad de soñar, entonces para mi este acercamiento fue especial”, mencionó Anna.

La Cocina, coproducción entre México y Estados Unidos, compite en la sección oficial de la Berlinale este año y es la tercera vez que su director, Alonso Ruizpalacios, compite por el máximo galardón en Berlín, tras Museo en 2018 y Una película de policías, que en 2021 fue premiada con el Oso de Plata a la contribución artística.

La cinta filmada en blanco y negro, retrata la vida de migrantes en la cocina de un restaurante de Nueva York donde se mezclan culturas de todo el mundo durante la hora del almuerzo.