Christopher Reeve. El hombre detrás de Superman

POR: NANCY MORA

10-10-2023 18:52:17

Christopher Reeve


“La mayor cualidad de Superman no es que pueda volar o que sea musculoso, su mayor cualidad es que las personas se sienten identificados con él, Superman es un caballero, es un amigo y eso es lo importante”, así concebía Christopher Reeve al personaje que lo catapultó en la industria cinematográfica, que lo convirtió en una estrella de Hollywood, en el hombre detrás de Superman, el mejor de la historia.

Este 10 de octubre recordamos a Christopher Reeve, el actor que interpretó a Superman en su primera versión cinematográfica en 1978, que sorprendió a todo mundo por si carisma y profesionalismo, lo que lo llevó a ser convocado para protagonizar las siguientes tres entregas fílmicas: Superman II. El montaje de Rochard Donner (1980), Superman III (1983) y Superman IV. En busca de la paz (1987).


En una entrevista realizada en 1990 Revee compartía que no fue sencillo ser elegido para interpretar al superhéroe de capa roja, pues aunque ya había participado en algunas obras de teatro y algunas películas, consideraba que no tenía la experiencia necesaria para dar vida a uno de los personajes más icónicos de los comics, “los productores vieron a más de 500 actores, consideraron a Robert Redford y a Sylvestre Stallone, por mencionar solo algunos, lo cual hubiera sido bastante divertido”.


Sin embargo, decidieron que no iba a funcionar un actor tan conocido, así que empezaron a inclinarse por actores no tan conocidos, incluso pensaron en el atleta Bruce Jenner, “lo más curioso es que yo me negué tres veces a hacer la prueba, porque pensé que en realidad no sería una película tan buena, pero me convencieron de hacer la prueba porque el hotel donde se realizaba el casting me quedaba de camino a la estación a la que yo acudía”.


Christopher Reeve


Una vez que obtuvo el papel iniciaron los retos, el primero de ellos fue tener los músculos que su personaje requería, porque si bien Cristopher medía 1.93 y contaba con el carisma necesario, lo cierto es que era muy delgado, así que tuvo que dedicar largas horas al gimnasio hasta alcanzar el cuerpo que Superman requería. Otro gran reto fue compaginar con su coprotagonista, la actriz Margot Kidder, con quien no hubo una buena química, al menos al inicio. “Cuando Chris y yo nos conocimos no fue amor a primera vista, fue un caos, yo abordaba las escenas sin planificar nada, y Chris se horrorizaba porque yo estaba fuera de control, nuestra relación fue mejorando con el tiempo”, aseguró la actriz en una entrevista.


El actor también tuvo que superar el temor de que Superman fuera un fracaso y el peor error en su carrera, pero el miedo se disipó una ves que estrenó la película y se convirtió rápidamente en un éxito en taquilla, recaudando más de 300 millones de dólares, que en aquel tiempo (1978) representaba todo un éxito y no solo eso, también contó con la aprobación de la crítica, que atribuía el éxito de la película al trabajo realizado por Revee.


Pero Christopher Revee no solo fue Superman, fue mucho más que eso, después del éxito de Superman y de haber protagonizado cuatro películas de la saga (unas más aceptables que otras), asumió el reto de no encasillarse en ese papel y demostrar que era un actor multifacético, así que participó en diversas películas: actuó junto a Jane Seymour en Somewhere in Time, estrenada en 1980, que si bien no fue un éxito de taquilla, se convirtió en una película clásica de culto y con muchos fanes. En 1982, trabajó en dos cintas: Death Trap, basada en una conocida obra de teatro, y Monsignor, donde interpretó a un sacerdote que mantiene una relación amorosa con la esposa de su hermano, un oficial nazi.


Superman, Christopher Reeve


Aunque recibió buenas críticas por su trabajo en Las Bostonianas, de James Ivory, y por su interpretación del conde Vronski en Anna Karenina, gran parte de sus esperanzas estaban cifradas en Street Smart, donde interpretaba a un reportero sin escrúpulos que inventaba noticias para ganar fama. La cinta no fue un éxito en taquilla y los críticos no determinaron su actuación, enfocándose más en su coestrella, Morgan Freeman.


En 1991 protagonizó la polémica película Bump in the Night, junto a la actriz Meredith Baxter. En esta película, Reeve interpreta a un pedófilo que es un ex profesor universitario, que intenta seducir a su víctima. Tras pasar una temporada dedicado a los filmes de televisión, Reeve volvió a la pantalla grande en 1993, como el senador Jack Lewis en el filme Lo que queda del día, donde la crítica lo reconoció como un actor hábil y recursivo que sirvió de apoyo a los estelares del filme, Anthony Hopkins y Emma Thompson.


Un año después actuó en la comedia Speechless junto a Geena Davis y Michael Keaton, lo que significó la reunión en la pantalla grande de los intérpretes de Superman y Batman. Ese mismo año actuó en el filme de HBO Above Suspicion, donde de manera irónica encarnó a un detective que queda inválido tras recibir un disparo. En 1995 se estrena su última película antes de su accidente, Village of the Damned, dirigida por John Carpenter, una nueva versión de la película original de 1960.


A la par de su carrera como actor, Revee disfrutaba de su afición a los deportes, desde niño practicó diversas disciplinas, tenía licencia como piloto porque le encantaba volar, y en cierta etapa de su vida inició su afición por la equitación, una práctica que sin imaginarlo cambiaria su vida radicalmente y lo convertiría de superhéroe a sobreviviente y un ejemplo de vida.


Durante un concurso de equitación, el 27 de mayo de 1995, cayó de su caballo, lo que le provocó la fractura de dos vértebras cervicales y le seccionó la médula espinal. Quedó sin poder respirar, perdiendo al mismo tiempo la movilidad total de su cuerpo, desde ese momento permaneció en una silla de ruedas, con respiración asistida.


Christopher Reeve y su hija


Tras ser sometido a una peligrosa operación, sólo pudo recuperar la movilidad de los dedos de su mano izquierda, que consiguió articular con mucho esfuerzo. Los médicos salvaron la vida de Reeve, pero anunciaron que la lesión era de carácter irreversible. Christopher pasó seis meses en el Instituto de Rehabilitación Kessler, en Nueva Jersey, mientras que su esposa Dana transformó la casa para adecuarse a la nueva realidad familiar.


El accidente que lo dejó parapléjico fue el mayor reto en la vida de Revee, pues aunque en un inicio contempló dejar de vivir, su esposa y el amor de su familia lo impulsaron a seguir viviendo, así su día a día se convirtió en un verdadero desafío que fue superando con creces, pues se convirtió en un activista y además de crear una fundación para apoyar a personas en su misma situación,  colaboró con asociaciones como la Unesco, impulsó en el Senado una iniciativa que  permitiera a los investigadores trabajar con células madre embrionarias para intentar volver a caminar.


En marzo de 1996, un año después de su accidente, durante la ceremonia de entrega de los Premios Oscar, más recuperado y logrando hablar con mayor facilidad, el actor fue presentado sobre el escenario en su silla de ruedas, fue aclamado de pie por todos los actores presentes y Christopher pidió a la industria cinematográfica que dedicara un poco más de tiempo y esfuerzos para prestar más atención a los problemas sociales en que se encuentran miles de personas.



Además, Revee retomó su carrera, no solo como actor, sino que debutó como director en 1997 con el filme para TV In the Gloaming, que narra el drama de un joven enfermo que desea pasar sus últimos días en compañía de su familia. Ese mismo año obtuvo su estrella en el Paseo de la fama de Hollywood.


Al año siguiente protagonizó La Ventana de Enfrente, junto a Daryl Hannah, una adaptación del clásico de Alfred Hitchcock La Ventana Indiscreta para la televisión. Participó como invitado en las series Sesame Street, The Practice y como invitado especial en un par de episodios de la serie Smallville (serie de televisión) como Doctor Virgil Swann, un científico que le dio a Clark Kent (Tom Welling) claves sobre su verdadero origen, siendo estos dos de los episodios con mayor audiencia de la serie.


Reeve también escribió su autobiografía titulada Still Me (Sigo siendo yo), publicado en 1998, uno de los libros más vendidos ese año, mientras que la versión en audio del libro obtuvo en 1999 el premio Grammy al mejor álbum narrado. En este libro él escribió que poco tiempo después del accidente le sugirió a su esposa: “Tal vez deberías dejarme y tal vez yo debería suicidarme, a lo que ella respondió: Te diré una cosa, te apoyaré en todo lo que quieras hacer, porque es tu vida y tu decisión. Pero quiero que sepas que estaré contigo para siempre, toda la vida, hasta el final. Sigues siendo tú y te amo”, Christopher dijo: “Esas fueron las palabras que salvaron mi vida”.



En 2002 publicó otro libro llamado Nothing is Impossible: Reflections on a New Life, publicado en España con el título Todo es posible, en el que expuso asimismo sus experiencias tras su accidente y los factores que lo llevaron a seguir adelante. A principios del 2004 dirigió The Brooke Ellison Story para el canal A&E, una película hecha para televisión sobre la vida del joven discapacitado Brooke Ellison, el primer tetrapléjico que se gradúa en la Universidad de Harvard. Su esposa fue una de las protagonistas en esta película.


A pesar de su ímpetu, el deterioro de su organismo se fue agravando con el paso del tiempo, propiciando la aparición de escaras, atrofia muscular por falta de uso así como una mayor suceptibilidad a sufrir infecciones. Relacionado con esta última patología, en octubre de 2004 fue atendido por un problema de hipotensión causado por una sepsis. A consecuencia del tratamiento con antibiótico para la infección, Christopher Revee tuvo un ataque cardiaco y entró en coma. Christopher murió horas despúes, el 10 de octubre de 2004 a los 52 años de edad. 



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