Pablo Larraín: Pinochet fue un bufón del poder
POR: ENCUADRES
01-09-2023 10:29:22
“Franco y Pinochet comparten el placer por la maldad y la poca inteligencia, fueron unos bufones de los grupos de poder que decidieron ponerlos ahí”, aseguró el cineasta chileno Pablo Larraín durante la presentación de su película El Conde en el Festival de Cine de Venecia, donde compite por el León de Oro.
El Conde, que tras su paso por Venecia se estrenará en Netflix, es una farsa política, una comedia negra con elementos históricos que muestra a un Pinochet -interpretado por Jaime Vadell”-, como un vampiro de 250 años, que tras fingir su propia muerte, vive escondido en un frío páramo de su país como un ser inmortal que sigue alimentándose de sangre humana eternamente.
"Pinochet nunca enfrentó a la justicia y eso lo convirtió en un hombre que vivió y murió en libertad y de hecho, muy rico. Esa impunidad lo hizo eterno, como un vampiro", comentó Larraín, quien ha dirigido cintas como No, Spencer y Jackie.
“Hay ciertas personas que creen que Pinochet no debe ser filmado… yo creo que el mal si puede y debe ser filmado, debe ser retratado, de no ser posible, personas como Lucian Freud, Francis Bacon o Francisco Goya, no podrían pintar lo que pintaron, el horror y el mal tiene que enfrentarse y una cámara puede hacerlo también”, sostuvo Larraín.
Sobre el patetismo de los dictadores y sus familias, tema que es abordado en la película, el cineasta explicó que de ahí surge probablemente la primera broma de esta película, es que absurdamente tanto Pinochet, su gente más cercana y las personas que lo apoyan consideran que un soldado como él puede matar y cometer violaciones a los derechos humanos en cualquier nivel y magnitud pero no robar, y este absurdo moral es el puntapié de la cinta.
El Conde llega justo cuando Chile conmemora, el próximo 11 de septiembre, el 50 aniversario del Golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973 y pocos días después de que siete militares fueran condenados por el asesinato del cantautor Víctor Jara.
“Lamentablemente es un caso conocido y llegó bastante tarde, 50 años tarde, sabemos que la mayoría de personas que cometió alguno de sus crímenes está libre, es una cantidad mucho más alta que las que han enfrentado procesos judiciales… no sabemos dónde están muchos cuerpos, no sabemos quiénes cometieron esos crímenes, no sabemos ejercieron las torturas, hay algunas personas que están presas, esa impunidad es lo que yo creo que tiene fracturado Chile”, apuntó.
También habló sobre el papel de la iglesia católica en estos hechos y por ello en El Conde incluyó el personaje de la actriz Paula Luchsinger, quien interpreta a Carmencita, una monja que llega a la guarida de "El Conde" para exorcizarlo pero que termina tentada por el mal.
Paula recordó que este año se conmemora los 50 años del Golpe militar, “después hubo una dictadura 17 años, donde los derechos humanos de miles de personas fueron sistemáticamente violados y desafortunadamente hoy en día hay un resurgimiento de la figura de Pinochet, hay un resurgimiento de la extrema derecha en Chile y creo que esta película es necesaria porque muestra quién fue Pinochet y las cosas que hizo, los errores que cometió y creo que eso es necesario para que nunca más pase”.
“Este resurgimiento de la extrema derecha no solamente está pasando en Chile está pasando en todo el mundo y creo que esta película nos advierte del peligro que podemos correr si empezamos a cuestionar la democracia y los derechos humanos, así que espero que esta película ayude a la conversación para que todos estemos de acuerdo en que algo así nunca más puede pasar, ni en nuestro país ni en ninguna otra parte del mundo”, apuntó.
Explicó que para la creación de su personaje, habló con Pablo de la iglesia, “la iglesia que tuvo una división en el dictadura, hubo una parte que luchó muy valientemente para defender a las víctimas y otra parte que logró poder a través de la dictadura, entonces creo que así como estuvo esa contradicción en la iglesia mi personaje también tiene contradicciones, ella es enviada por la iglesia católica para matar a Pinochet y recabar información y también si puede lograr un poco de plata pero a medida que la película va avanzando, ella se ve, yo creo que seducida tal vez por la oscuridad, y empieza tener esta agenda personal de querer convertirse ella misma en inmortal, entonces, creo que las fuerzas de la contradicción también están en mi personaje”.
En su oportunidad, el actor Alfredo Castro, quien interpreta al torturador aliado de Pinochet, aseguró que “la película entra en un momento histórico relevante y la genialidad de Pablo como siempre ha sido encontrar cómo narrar esta historia y creo que la mejor forma fue a través de esta farsa política”.
“Mostrar a un Pinochet que surge como un vampiro en la historia de Chile, que era un tipo que estaba en quinto plano en el golpe de estado y súbitamente de convierte, vampirescamente, en el protagonista de esta siniestra historia de nuestro país y la capacidad de maldad que tuvo ese golpe estado, que fue ensayado durante el mes de agosto, y se dieron cuenta los militares que el golpe debería ser sangriento y rápido, entonces, ahí apareció Pinochet”, concluyó.
“Franco y Pinochet comparten el placer por la maldad y la poca inteligencia, fueron unos bufones de los grupos de poder que decidieron ponerlos ahí”, aseguró el cineasta chileno Pablo Larraín durante la presentación de su película El Conde en el Festival de Cine de Venecia, donde compite por el León de Oro.
El Conde, que tras su paso por Venecia se estrenará en Netflix, es una farsa política, una comedia negra con elementos históricos que muestra a un Pinochet -interpretado por Jaime Vadell”-, como un vampiro de 250 años, que tras fingir su propia muerte, vive escondido en un frío páramo de su país como un ser inmortal que sigue alimentándose de sangre humana eternamente.
"Pinochet nunca enfrentó a la justicia y eso lo convirtió en un hombre que vivió y murió en libertad y de hecho, muy rico. Esa impunidad lo hizo eterno, como un vampiro", comentó Larraín, quien ha dirigido cintas como No, Spencer y Jackie.
“Hay ciertas personas que creen que Pinochet no debe ser filmado… yo creo que el mal si puede y debe ser filmado, debe ser retratado, de no ser posible, personas como Lucian Freud, Francis Bacon o Francisco Goya, no podrían pintar lo que pintaron, el horror y el mal tiene que enfrentarse y una cámara puede hacerlo también”, sostuvo Larraín.
Sobre el patetismo de los dictadores y sus familias, tema que es abordado en la película, el cineasta explicó que de ahí surge probablemente la primera broma de esta película, es que absurdamente tanto Pinochet, su gente más cercana y las personas que lo apoyan consideran que un soldado como él puede matar y cometer violaciones a los derechos humanos en cualquier nivel y magnitud pero no robar, y este absurdo moral es el puntapié de la cinta.
El Conde llega justo cuando Chile conmemora, el próximo 11 de septiembre, el 50 aniversario del Golpe de Estado contra Salvador Allende en 1973 y pocos días después de que siete militares fueran condenados por el asesinato del cantautor Víctor Jara.
“Lamentablemente es un caso conocido y llegó bastante tarde, 50 años tarde, sabemos que la mayoría de personas que cometió alguno de sus crímenes está libre, es una cantidad mucho más alta que las que han enfrentado procesos judiciales… no sabemos dónde están muchos cuerpos, no sabemos quiénes cometieron esos crímenes, no sabemos ejercieron las torturas, hay algunas personas que están presas, esa impunidad es lo que yo creo que tiene fracturado Chile”, apuntó.
También habló sobre el papel de la iglesia católica en estos hechos y por ello en El Conde incluyó el personaje de la actriz Paula Luchsinger, quien interpreta a Carmencita, una monja que llega a la guarida de "El Conde" para exorcizarlo pero que termina tentada por el mal.
Paula recordó que este año se conmemora los 50 años del Golpe militar, “después hubo una dictadura 17 años, donde los derechos humanos de miles de personas fueron sistemáticamente violados y desafortunadamente hoy en día hay un resurgimiento de la figura de Pinochet, hay un resurgimiento de la extrema derecha en Chile y creo que esta película es necesaria porque muestra quién fue Pinochet y las cosas que hizo, los errores que cometió y creo que eso es necesario para que nunca más pase”.
“Este resurgimiento de la extrema derecha no solamente está pasando en Chile está pasando en todo el mundo y creo que esta película nos advierte del peligro que podemos correr si empezamos a cuestionar la democracia y los derechos humanos, así que espero que esta película ayude a la conversación para que todos estemos de acuerdo en que algo así nunca más puede pasar, ni en nuestro país ni en ninguna otra parte del mundo”, apuntó.
Explicó que para la creación de su personaje, habló con Pablo de la iglesia, “la iglesia que tuvo una división en el dictadura, hubo una parte que luchó muy valientemente para defender a las víctimas y otra parte que logró poder a través de la dictadura, entonces creo que así como estuvo esa contradicción en la iglesia mi personaje también tiene contradicciones, ella es enviada por la iglesia católica para matar a Pinochet y recabar información y también si puede lograr un poco de plata pero a medida que la película va avanzando, ella se ve, yo creo que seducida tal vez por la oscuridad, y empieza tener esta agenda personal de querer convertirse ella misma en inmortal, entonces, creo que las fuerzas de la contradicción también están en mi personaje”.
En su oportunidad, el actor Alfredo Castro, quien interpreta al torturador aliado de Pinochet, aseguró que “la película entra en un momento histórico relevante y la genialidad de Pablo como siempre ha sido encontrar cómo narrar esta historia y creo que la mejor forma fue a través de esta farsa política”.
“Mostrar a un Pinochet que surge como un vampiro en la historia de Chile, que era un tipo que estaba en quinto plano en el golpe de estado y súbitamente de convierte, vampirescamente, en el protagonista de esta siniestra historia de nuestro país y la capacidad de maldad que tuvo ese golpe estado, que fue ensayado durante el mes de agosto, y se dieron cuenta los militares que el golpe debería ser sangriento y rápido, entonces, ahí apareció Pinochet”, concluyó.