Barbie: una película NECESARIA, en mayúsculas y con glitter rosa
POR: FERNANDA LOZADA
20-07-2023 12:31:38
Si bien, desde hace ya varios años las películas de la franquicia audiovisual de la muñeca más famosa siempre han buscado (o tenido la intención de) dejar un mensaje o transmitir una enseñanza a sus espectadores más jóvenes, esta vez Barbie, la nueva película del juguete (y su marca y casa fabricante), nos deja claro que este mensaje, enseñanza o lección no solo es importante, es NECESARIA, en mayúsculas y escrito en glitter rosa.
Barbie, la nueva película de la afamada directora Greta Gerwig es el claro ejemplo de la importancia y sobre todo de la necesidad del cine dirigido por mujeres, de la relevancia de la perspectiva femenina y lo mucho que requerimos una nueva variedad de discursos narrativos.
La cinta es técnicamente pulcra, con un lenguaje sencillo pero bien ejecutado que ayuda a destacar otros elementos que son los que aportan a la película su esencia, como cada detalle en todos los aspectos y es que son estos detalles los que genuinamente consiguen generar esa nostalgia que evoca la infancia, pues, desde el entorno hasta la misma diégesis en la película son auténticamente un juego de muñecas; la película supo jugar con su espectador y no en un mal sentido si no que en verdad te ofrece una Barbie y se sienta contigo en el piso para sacar todos los accesorios y comenzar el juego.
Considero que el principal mercado de la cinta, quienes vamos a comprar un boleto, ya no somos unas niñas, entonces, hábilmente introdujo y utilizó un arma de doble filo que le da todo el éxito que ha tenido desde antes de su estreno y que tendrá posterior a éste porque se lo merece, apelar a las nuevas generaciones y también a las que crecimos en el pleno apogeo de la rubia de las mil carreras. Barbie apuesta nuevamente a lo que en algún momento hizo LEGO con su película pero aportando elementos bastante interesantes para combinarlos en un mismo producto: sátira, comedia, crítica social, moral y hasta política, sumando feminismo, grandes canciones y a Ryan Gosling.
Esta mixtura resultó ser todo lo que el equipo de marketing nos ha vendido por meses y hasta más, Barbie te hace reír a carcajadas y un segundo después estás llorando desconsoladamente. Con esta película también reconocemos la importancia de la representación, pues incluso es uno de los temas que la película toca centralmente, jamás hubiéramos esperado ver a una Barbie deprimida o teniendo una crisis existencial, no imaginábamos ver a una Barbie sometida ante el machismo o a una Barbie simple y sencillamente promedio pero en la cinta protagonizada por Margot Robbie por fin podemos hacerlo y todo sin sentir en ningún momento que nos sermonean o que están forzando algo, todo lo contrario, al hacerlo a través de la comedia es como si el mensaje se implantara todavía más profundo al adoptarlo desde lo positivo y además consigue explicarse mejor a través del absurdo, que es uno de los mayores aciertos de esta narrativa aunque también tiene sus escenas serias y de discursos duros... que duran poco pues siempre se busca mantener este tono mucho más digerible y de tintes cómicos.
Todo lo anterior solo se consigue con un gran guion, una gran dirección y grandes intérpretes, ah, y con el permiso de Mattel para satirizarse a sí mismo. Margot y Ryan son la perfecta dupla de plástico, la química entre los actores es increíble y ambos realizan un trabajo espectacular, Robbie protagonizando y llevando a su personaje en una variedad de emociones y arcos de desarrollo francamente sorprendentes mientras que Gosling destaca por su aproximación al ridículo pero con un manejo de límites que evitan lo soso y consigue que el personaje sea memorable e inolvidable a pesar de su rol en la película (extiendo una invitación casi obligatoria a ir al cine a ver Barbie lo más pronto posible).
Y, aunque todos sabemos incluso con solo ver el avance de la cinta, que en Barbieland todas las muñecas que ahí habitan se llaman Barbie, así como todos los muñecos se llaman Ken (exceptuando a Allan, personaje de Michael Cera que también es toda una joya a pesar de sus escasos minutos en pantalla), se debe destacar a todos los demás personajes de la historia que nos ofrece Gerwig, desde Barbie sirena, con la esperadísima aparición de Dua Lipa hasta los personajes humanos que provienen del Mundo Real como Will Ferrell y es que, hay un punto en que no solo Barbie o Margot o la Barbie estereotipo que representa es la protagonista, si no que todos los personajes gozan de una importancia narrativa que además vuelve muy dinámica la progresión de la película.
Dicen que existen soluciones para la mayoría de los problemas en el mundo pero que hay quienes deciden guardárselas para sí mismos, si distribuyéramos Barbie e hiciéramos que llegara a los ojos de todo el mundo, generaríamos un cambio, aunque fuera mínimo, pues ese es el alcance del séptimo arte y con un discurso como este, con una visión como esta y con las exacerbadas cantidades de color rosa como esta, seguramente, así sea una sola niña retomaría el famoso lema de la muñeca y podríamos volver a creer que, como dice Barbie: “tú puedes ser lo que quieras ser”.
Si bien, desde hace ya varios años las películas de la franquicia audiovisual de la muñeca más famosa siempre han buscado (o tenido la intención de) dejar un mensaje o transmitir una enseñanza a sus espectadores más jóvenes, esta vez Barbie, la nueva película del juguete (y su marca y casa fabricante), nos deja claro que este mensaje, enseñanza o lección no solo es importante, es NECESARIA, en mayúsculas y escrito en glitter rosa.
Barbie, la nueva película de la afamada directora Greta Gerwig es el claro ejemplo de la importancia y sobre todo de la necesidad del cine dirigido por mujeres, de la relevancia de la perspectiva femenina y lo mucho que requerimos una nueva variedad de discursos narrativos.
La cinta es técnicamente pulcra, con un lenguaje sencillo pero bien ejecutado que ayuda a destacar otros elementos que son los que aportan a la película su esencia, como cada detalle en todos los aspectos y es que son estos detalles los que genuinamente consiguen generar esa nostalgia que evoca la infancia, pues, desde el entorno hasta la misma diégesis en la película son auténticamente un juego de muñecas; la película supo jugar con su espectador y no en un mal sentido si no que en verdad te ofrece una Barbie y se sienta contigo en el piso para sacar todos los accesorios y comenzar el juego.
Considero que el principal mercado de la cinta, quienes vamos a comprar un boleto, ya no somos unas niñas, entonces, hábilmente introdujo y utilizó un arma de doble filo que le da todo el éxito que ha tenido desde antes de su estreno y que tendrá posterior a éste porque se lo merece, apelar a las nuevas generaciones y también a las que crecimos en el pleno apogeo de la rubia de las mil carreras. Barbie apuesta nuevamente a lo que en algún momento hizo LEGO con su película pero aportando elementos bastante interesantes para combinarlos en un mismo producto: sátira, comedia, crítica social, moral y hasta política, sumando feminismo, grandes canciones y a Ryan Gosling.
Esta mixtura resultó ser todo lo que el equipo de marketing nos ha vendido por meses y hasta más, Barbie te hace reír a carcajadas y un segundo después estás llorando desconsoladamente. Con esta película también reconocemos la importancia de la representación, pues incluso es uno de los temas que la película toca centralmente, jamás hubiéramos esperado ver a una Barbie deprimida o teniendo una crisis existencial, no imaginábamos ver a una Barbie sometida ante el machismo o a una Barbie simple y sencillamente promedio pero en la cinta protagonizada por Margot Robbie por fin podemos hacerlo y todo sin sentir en ningún momento que nos sermonean o que están forzando algo, todo lo contrario, al hacerlo a través de la comedia es como si el mensaje se implantara todavía más profundo al adoptarlo desde lo positivo y además consigue explicarse mejor a través del absurdo, que es uno de los mayores aciertos de esta narrativa aunque también tiene sus escenas serias y de discursos duros... que duran poco pues siempre se busca mantener este tono mucho más digerible y de tintes cómicos.
Todo lo anterior solo se consigue con un gran guion, una gran dirección y grandes intérpretes, ah, y con el permiso de Mattel para satirizarse a sí mismo. Margot y Ryan son la perfecta dupla de plástico, la química entre los actores es increíble y ambos realizan un trabajo espectacular, Robbie protagonizando y llevando a su personaje en una variedad de emociones y arcos de desarrollo francamente sorprendentes mientras que Gosling destaca por su aproximación al ridículo pero con un manejo de límites que evitan lo soso y consigue que el personaje sea memorable e inolvidable a pesar de su rol en la película (extiendo una invitación casi obligatoria a ir al cine a ver Barbie lo más pronto posible).
Y, aunque todos sabemos incluso con solo ver el avance de la cinta, que en Barbieland todas las muñecas que ahí habitan se llaman Barbie, así como todos los muñecos se llaman Ken (exceptuando a Allan, personaje de Michael Cera que también es toda una joya a pesar de sus escasos minutos en pantalla), se debe destacar a todos los demás personajes de la historia que nos ofrece Gerwig, desde Barbie sirena, con la esperadísima aparición de Dua Lipa hasta los personajes humanos que provienen del Mundo Real como Will Ferrell y es que, hay un punto en que no solo Barbie o Margot o la Barbie estereotipo que representa es la protagonista, si no que todos los personajes gozan de una importancia narrativa que además vuelve muy dinámica la progresión de la película.
Dicen que existen soluciones para la mayoría de los problemas en el mundo pero que hay quienes deciden guardárselas para sí mismos, si distribuyéramos Barbie e hiciéramos que llegara a los ojos de todo el mundo, generaríamos un cambio, aunque fuera mínimo, pues ese es el alcance del séptimo arte y con un discurso como este, con una visión como esta y con las exacerbadas cantidades de color rosa como esta, seguramente, así sea una sola niña retomaría el famoso lema de la muñeca y podríamos volver a creer que, como dice Barbie: “tú puedes ser lo que quieras ser”.