Ignacio López Tarso, una vida dedicada a la actuación
POR: NANCY MORA
12-03-2023 11:02:21
“Yo me identifico con todos y cada uno de los personajes que he interpretado, porque cuando adquiero el compromiso pongo todo mi interés en ello, todas mis capacidades, mi capacidad física, mi capacidad emotiva, mi capacidad intelectual, todo al servicio de mis personajes”, señaló en una entrevista el actor mexicano Ignacio López Tarso, quien murió este sábado a los 98 años de edad, dejando en estas palabras su máxima enseñanza como actor.
Macario, El hombre de papel, Pitó Pérez, El Tarahumara, son solo algunos de los personajes que nos recordarán por siempre a López Tarso, el hombre fuerte, coherente y comprometido con su máxima pasión: la actuación, con la que estuvo comprometido por más de siete décadas.
Hace unos días López Tarso fue hospitalizado a causa de una neumonía y aunque su estado de salud se reportaba estable, este sábado falleció debido a diversas complicaciones, dejando como legado más de medio centenar de filmes, de 100 obras de teatro y decenas de series de televisión, así como personajes que forman parte de la memoria colectiva.
“Con una enorme tristeza les informamos que hoy por la tarde falleció nuestro querido esposo, papá, abuelo, bisabuelo y primer actor, Ignacio López Tarso”, escribió el sábado la familia del actor en una publicación en su página de Facebook.
“Somos una familia afortunada por haber recibido de él y durante todos estos años, sus consejos, abrazos, sonrisas, apoyo, confianza, soporte y que nos haya dejado hoy, este enorme legado. Murió en paz y contento”, agregaron sin precisar las causas de su deceso.
Ignacio López Tarso nació en la Ciudad de México el 15 de enero de 1925 y su primer acercamiento a con la actuación fue a los ocho años de edad cuando sus padres lo llevaron a una función de teatro de carpa. Pero cuando tenía 24 años que ingresó a la Escuela de Teatro de Bellas Artes.
Fue en 1954 que el actor tuvo su primera aparición en cine con La desconocida, del director Chano Urueta, aunque no fue una buena experiencia, “Este tipo de cine no me interesa”, le dijo al productor, pues su personaje llegaba con un sombrero y una gabardina a la morgue, veía un cadáver y decía tres palabras: “Sí, este es”.
Pero López Tarso no desistió, siguió trabajando en cine y en plena Época de Oro del Cine mexicano compartió elenco con José Ángel Espinoza en El hombre de papel (1963); con Lucha Villa en El gallo de oro (1964), con Silvia Pinal, María Félix y Dolores del Río, entre muchos más.
También fue dirigido por Luis Buñuel en Nazarín (1958); por Luis Alcoriza en Tarahumara (1964) y por Roberto Gavaldón en La vida inútil de Pito Pérez (1969). Gavaldón también lo dirigió en Macario, que estuvo nominada a los Oscar en 1960.
Sin duda, Macario fue uno de los más importantes personajes en la carrera de López Tarso, “Cuando nacemos ya traemos la muerte escondida en el hígado o en el estómago o acá, en el corazón, que algún día va a pararse”, dice el personaje de Macario en la película protagonizada por López Tarso, “también puede estar fuera sentada en algún árbol que todavía no crece pero que te va a caer encima cuando seas viejo”.
“Desde Macario me hice ahijado de la muerte”, contó el actor en una entrevista en la que recordó que de joven no creía llegar a ver el cambio de milenio y mucho menos llegar a vivir casi 100 años.
Hasta sus últimos días, el actor se veía fuerte como un roble, sus conversaciones eran cátedras, nunca perdió la coherencia ni las ganas de seguir trabajando, “Creen que a los 97 años soy un cascarón olvidado que no se levanta de la cama. ¡Pues no! Estoy muy activo”, decía.
Su última participación fue en la serie de televisión Vecinos, donde tuvo una participación especial en dos capítulos en 2022.
El actor recibió innumerables reconocimientos y homenajes, entre los que destaca el Ariel de Oro a la trayectoria en 2007, el Ariel como Mejor Actor, la Medalla Salvador Toscano, por mencionar solo algunos.
“Yo me identifico con todos y cada uno de los personajes que he interpretado, porque cuando adquiero el compromiso pongo todo mi interés en ello, todas mis capacidades, mi capacidad física, mi capacidad emotiva, mi capacidad intelectual, todo al servicio de mis personajes”, señaló en una entrevista el actor mexicano Ignacio López Tarso, quien murió este sábado a los 98 años de edad, dejando en estas palabras su máxima enseñanza como actor.
Macario, El hombre de papel, Pitó Pérez, El Tarahumara, son solo algunos de los personajes que nos recordarán por siempre a López Tarso, el hombre fuerte, coherente y comprometido con su máxima pasión: la actuación, con la que estuvo comprometido por más de siete décadas.
Hace unos días López Tarso fue hospitalizado a causa de una neumonía y aunque su estado de salud se reportaba estable, este sábado falleció debido a diversas complicaciones, dejando como legado más de medio centenar de filmes, de 100 obras de teatro y decenas de series de televisión, así como personajes que forman parte de la memoria colectiva.
“Con una enorme tristeza les informamos que hoy por la tarde falleció nuestro querido esposo, papá, abuelo, bisabuelo y primer actor, Ignacio López Tarso”, escribió el sábado la familia del actor en una publicación en su página de Facebook.
“Somos una familia afortunada por haber recibido de él y durante todos estos años, sus consejos, abrazos, sonrisas, apoyo, confianza, soporte y que nos haya dejado hoy, este enorme legado. Murió en paz y contento”, agregaron sin precisar las causas de su deceso.
Ignacio López Tarso nació en la Ciudad de México el 15 de enero de 1925 y su primer acercamiento a con la actuación fue a los ocho años de edad cuando sus padres lo llevaron a una función de teatro de carpa. Pero cuando tenía 24 años que ingresó a la Escuela de Teatro de Bellas Artes.
Fue en 1954 que el actor tuvo su primera aparición en cine con La desconocida, del director Chano Urueta, aunque no fue una buena experiencia, “Este tipo de cine no me interesa”, le dijo al productor, pues su personaje llegaba con un sombrero y una gabardina a la morgue, veía un cadáver y decía tres palabras: “Sí, este es”.
Pero López Tarso no desistió, siguió trabajando en cine y en plena Época de Oro del Cine mexicano compartió elenco con José Ángel Espinoza en El hombre de papel (1963); con Lucha Villa en El gallo de oro (1964), con Silvia Pinal, María Félix y Dolores del Río, entre muchos más.
También fue dirigido por Luis Buñuel en Nazarín (1958); por Luis Alcoriza en Tarahumara (1964) y por Roberto Gavaldón en La vida inútil de Pito Pérez (1969). Gavaldón también lo dirigió en Macario, que estuvo nominada a los Oscar en 1960.
Sin duda, Macario fue uno de los más importantes personajes en la carrera de López Tarso, “Cuando nacemos ya traemos la muerte escondida en el hígado o en el estómago o acá, en el corazón, que algún día va a pararse”, dice el personaje de Macario en la película protagonizada por López Tarso, “también puede estar fuera sentada en algún árbol que todavía no crece pero que te va a caer encima cuando seas viejo”.
“Desde Macario me hice ahijado de la muerte”, contó el actor en una entrevista en la que recordó que de joven no creía llegar a ver el cambio de milenio y mucho menos llegar a vivir casi 100 años.
Hasta sus últimos días, el actor se veía fuerte como un roble, sus conversaciones eran cátedras, nunca perdió la coherencia ni las ganas de seguir trabajando, “Creen que a los 97 años soy un cascarón olvidado que no se levanta de la cama. ¡Pues no! Estoy muy activo”, decía.
Su última participación fue en la serie de televisión Vecinos, donde tuvo una participación especial en dos capítulos en 2022.
El actor recibió innumerables reconocimientos y homenajes, entre los que destaca el Ariel de Oro a la trayectoria en 2007, el Ariel como Mejor Actor, la Medalla Salvador Toscano, por mencionar solo algunos.