Llaman a la puerta, suspenso y tensión al estilo Night Shyamalan
POR: SAÚL ROSAS
20-02-2023 15:05:10
La sobrevivencia del mundo depende de una sola persona, depende de un asesinato directo entre algún miembro de una familia común y corriente. La tensión crece y las expectativas entre una moral social y una moral familiar se ponen en juego. M. Night Shyamalan, director que sorprendió al mundo entero en 1999 con El sexto sentido y llevó al público a la paranoia alienígena con Señales (2002), toca ahora un tema apocalíptico en su más reciente película Llaman a la Puerta.
La sobrevivencia de la humanidad depende del libre albedrío de un ser común y corriente y esto no es más que una metáfora de lo que en realidad es el mundo, porque el destino de millones de seres humanos siempre está en manos de los poderosos que, a fin de cuentas, son personas simples y corrientes...cualquiera puede decidir, incluso en un momento depresivo o eufórico, el final de los tiempos...
Y es que la tendencia de los últimos años es la autodestrucción o la venganza divina, el fin de la humanidad rodea el pensamiento universal ya sea por la guerra, el calentamiento global o porque la madre naturaleza se está cobrando todas y cada una de las porquerías que hemos hecho como seres humanos con nuestro hábitat.
M. Night Shyamalan dirige de manera decorosa esta cinta dentro de una cabaña, con una familia secuestrada por quien llamó a la puerta tan sólo para hacer la advertencia...la sobrevivencia de la humanidad dependerá de una acción que atenta contra todo valor humano: la muerte dolosa.
Llena de suspenso, como nos tiene acostumbrado Night Shyamalan, de esa tensión a través de su cámara, su música y las buenas actuaciones de sus protagonistas, la cinta tiene todo para ser un gran éxito global, aunque hable de debacle global.
Siempre desde la mirada de pequeños círculos familiares como en en Los huéspedes (2015), el director logra la empatía con el público a través de esas relaciones tan cotidianas no solo existentes en el cine sino en la vida real, y es que el cine así se queda en el público, a través de la identificación con los personajes o su misma situación emocional.
La supervivencia de la humanidad está no sólo en esa familia o historia que hasta ahora ha recaudado más de 22 millones de dólares en todo el mundo, está en hacer conciencia de quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos o hemos llegado. Buen suspenso, buenas actuaciones y más de hora y media de una historia que vale la pena ver y pagar por verla.
La sobrevivencia del mundo depende de una sola persona, depende de un asesinato directo entre algún miembro de una familia común y corriente. La tensión crece y las expectativas entre una moral social y una moral familiar se ponen en juego. M. Night Shyamalan, director que sorprendió al mundo entero en 1999 con El sexto sentido y llevó al público a la paranoia alienígena con Señales (2002), toca ahora un tema apocalíptico en su más reciente película Llaman a la Puerta.
La sobrevivencia de la humanidad depende del libre albedrío de un ser común y corriente y esto no es más que una metáfora de lo que en realidad es el mundo, porque el destino de millones de seres humanos siempre está en manos de los poderosos que, a fin de cuentas, son personas simples y corrientes...cualquiera puede decidir, incluso en un momento depresivo o eufórico, el final de los tiempos...
Y es que la tendencia de los últimos años es la autodestrucción o la venganza divina, el fin de la humanidad rodea el pensamiento universal ya sea por la guerra, el calentamiento global o porque la madre naturaleza se está cobrando todas y cada una de las porquerías que hemos hecho como seres humanos con nuestro hábitat.
M. Night Shyamalan dirige de manera decorosa esta cinta dentro de una cabaña, con una familia secuestrada por quien llamó a la puerta tan sólo para hacer la advertencia...la sobrevivencia de la humanidad dependerá de una acción que atenta contra todo valor humano: la muerte dolosa.
Llena de suspenso, como nos tiene acostumbrado Night Shyamalan, de esa tensión a través de su cámara, su música y las buenas actuaciones de sus protagonistas, la cinta tiene todo para ser un gran éxito global, aunque hable de debacle global.
Siempre desde la mirada de pequeños círculos familiares como en en Los huéspedes (2015), el director logra la empatía con el público a través de esas relaciones tan cotidianas no solo existentes en el cine sino en la vida real, y es que el cine así se queda en el público, a través de la identificación con los personajes o su misma situación emocional.
La supervivencia de la humanidad está no sólo en esa familia o historia que hasta ahora ha recaudado más de 22 millones de dólares en todo el mundo, está en hacer conciencia de quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos o hemos llegado. Buen suspenso, buenas actuaciones y más de hora y media de una historia que vale la pena ver y pagar por verla.
