Carrie Fisher: La polémica princesa intergaláctica siempre Leia
POR: ULISES CASTAÑEDA
27-12-2016 18:15:03
“No le temo a la muerte. Me da miedo morir. Cualquier cosa asociada al dolor, no me gusta. He estado presente en la muerte de un par de personas, y no se veía divertido. Pero si lo hiciera, me gustaría tener a alguien como yo presente. ¡Y estaré ahí!”, dijo la actriz Carrie Fisher, mejor conocida por haber interpretado a la Princesa Leia en la saga de Star Wars, la franquicia más costosa de la historia del cine, en su última entrevista concedida para la revista The Rolling Stones.
La fuerza, como se hizo popular en las películas creadas por George Lucas para hablar de la energía positiva, había estado con la actriz desde el pasado viernes, 23 de diciembre, cuando por golpe de suerte pudo ser atendida a tiempo de un ataque al corazón que sufrió durante el aterrizaje de un vuelo en el aeropuerto de Los Ángeles. Pasó la Navidad en estado crítico.
"Con una tristeza muy profunda, Billie Lourd confirma que su amada madre Carrie Fisher falleció a las 8:55 de esta mañana (…) Ella era amada por el mundo y ella se extrañará profundamente. Nuestra familia entera le agradece por sus pensamientos y oraciones”, dio a conocer Simon Halls, portavoz de la familia, en una publicación a nombre de la hija de Fisher para confirmar su muerte, este martes 27 de diciembre.
Fisher estaba ingresada en un centro médico en Los Ángeles tras sufrir un paro cardíaco el pasado viernes mientras volaba de Londres a la ciudad californiana. El infarto le sobrevino minutos antes del aterrizaje y pese a la atención inmediata que le prestaron en el avión algunos pasajeros comentaron que los que la asistieron tardaron más de diez minutos en restablecer sus constantes vitales. La actriz llegó al centro médico en estado crítico y horas más tarde fue trasladada de urgencias a la unidad de cuidados intensivos.
Junto a Fisher en el hospital se encontraban su hija, la actriz Billie Lourd, y su perro de compañía, un bulldog francés llamado Gary Fisher que la acompaña todo el tiempo. Ambos viajaban junto a ella en el vuelo United 935 procedente de Londres, en donde promocionaba su último libro The Pricess Diarist, de carácter autobiográfico, basado en los diarios de sus comienzos como actriz en Star Warscuando tenía 19 años. En este libro hablaba de su romance con Harrison Ford: “Fue tan intenso... Éramos Hans y Leia durante la semana y Carrie y Harrison los fines de semana”, dice.
Carrie Fisher tenía 60 años. Fue una mujer que, sin saber, siempre estaría ligada a vivir entre las estrellas; primero por haberse criado en Hollywood, hija de Debbie Reynold (Cantando bajo la lluvia) y el cantante melódico Eddie Fisher (galardonado con varios discos de Oro). Ella nació el 21 de octubre de 1956 en Beverly Hills (Los Ángeles) California, en una época en la que sus padres gozaban de fama y se codeaban con personalidades como Elizabeth Taylor.
Carrie recordaba que vivían en una casa con tres piscinas y su infancia la paso conociendo a las mayores estrellas de Hollywood junto con un vacío familiar, donde veía más a sus padres en la televisión que en su propia casa. Además le tocó ver como su padre dejaba avDebbie Reynold por una aventura con Elizabeth Taylor (su mejor amiga), que no duró mucho tiempo pues Richard Burton la conquistó en el rodaje de Cleopatra.
Durante su adolescencia tuvo que ser tratada en varias ocasiones por padecer depresión nerviosa y la vida de Carrie cambió cuando su madre la sacó del instituto y la puso de corista en un espectáculo en Broadway, donde emergió el talento y fue a una escuela Británica de Interpretación.
Tras su primer paso por el escenario, asistió a la Central School of Speech and Drama en Londres, y poco después obtuvo su primer papel en el cine, en la película Shampoo.
Luego en la capital inglesa consiguió la prueba del papel que enamoró a más de una generación haciendo de Leia Organa, la Princesa Leia, o simplemente Leia. Papel que le fue otorgado por encima de nombres como Jodie Foster o Amy Irving. Al conseguir ese personaje, la pequeña actriz (155 centímetros) pasaría de ser la "hija de Debbie Reynolds" a ser la Princesa Leia.
Por aquellos años, el joven cineasta George Lucas, que había adquirido prestigio por el buen rendimiento de American Graffiti (1973), trataba de sacar adelante un ambicioso filme de ciencia-ficción en el que casi nadie de la industria de Hollywood confiaba. Star Wars: Una nueva esperanza se estrenó en 1977, con Carrie Fisher en poder del único papel femenino trascendente de la película. Junto a Mark Hamill (Luke Skywalker) y Harrison Ford (Han Solo), protagonizó una trilogía que cambió a la industria del cine.
“Cualidades: El representar a una mujer fuerte, independiente, de muchos recursos y con una apariencia de frialdad que le permitió sobrevivir a un mundo de hombres combativos y sobrevivientes de muchas batallas. Inteligente y buena estratega. Defectos: Necia y controladora. No abandonar el papel ‘masculino’ bajo ninguna circunstancia antes del Episodio VII donde se ve una líder fuerte pero cálida y empática con su personal y amigos”, destaca Saúl Arellano Montoro, nuestro crítico de cine y especialista en el tema de Star Wars sobre el personaje de Leia.
“Luego de La Guerra de las galaxias ella tomo su lugar en el firmamento de las estrellas de Hollywood debido al papel de la Princesa Leia en la trilogía original donde no importaban las grandes dotes interpretativas sino el seguir al pie de la letra las órdenes de los directores”, añadió el especialista, en entrevista con Encuadres.
En una rueda de prensa el año pasado, Fisher recordó cómo se divirtió asesinando a su captor, Jabba the Hutt, en El retorno del Jedi. La escena es recordada también por muchos por el bikini dorado que llevaba: “Me preguntaron si quería que un doble matara a Jabba. ¡No! Es lo más divertido que he hecho como actriz”, dijo entonces. “Si la única razón para actuar es poder matar un monstruo gigante”, añadió.
Su éxito en la saga en los años 80 con filmes como El imperio contraataca (1980) y El retorno de Jedi (1983), le hicieron vivir una época de contrastes pues por un lado fueron sus años de mayor esplendor pero también, como desvelaría tiempo después, una época en la que comenzaron sus problemas con el alcohol y las drogas que le llevarían a recibir tratamiento por adicciones.
“La gente quiere que diga que estoy asqueada de interpretar a Leia y que eso echó a perder mi vida. Pero si mi vida era tan fácil de arruinar, entonces merecía ser arruinada”, dijo la actriz en una entrevista en 2015 para The Daily Beast, quien también padeció trastorno bipolar.
Al ser consultada por Vanity Fair en 2006 sobre cómo persuadió a Lucas para que le diera el papel de la princesa Leia, respondió: “dormí con algún nerd, espero que haya sido George”, dijo, y añadió “tomé muchas drogas como para recordar quien fue”. De algún modo su carrera también estuvo marcada por la polémica.
En 1983 y tras cinco años de relación se casó con el cantante Paul Simon. El matrimonio no duró el año. Depresiones, fracasos sentimentales y por si fuera poco, el abuso del alcohol y la cocaína que no hacían más que degradarla moral y físicamente hasta que en 1985 sufrió una sobredosis a la que afortunadamente sobrevivió. Inmediatamente después ingresó en una clínica de tratamiento.
“De este papel (Leia) y su matrimonio con el cantante Paul Simon es que la llamaron para otras películas donde paso sin pena ni gloria, viviendo siempre a la sombra de su personaje y de su absorbente madre. Hasta que explotó su veta como escritora/guionista que es donde realmente sobresalió por su talento”, dijo Saúl Arellano.
En terapia contra el alcohol desde los 28 años, donde un año después escribiría una novela que más tarde sería llevada a la gran pantalla por Shirley MacLaine y Meryl Streep, Recuerdos de Hollywood (Postcards from the edge), algo que en sus momentos de lucidez le dejaban divisar la luz al final del túnel, y eso que ya lleva varios libros escritos en su carrera. Es en la escritura donde tendría su verdadero talento. Por la adaptación de la novela estuvo nominada a los BAFTA a Mejor Guion.
“Nunca fui suicida, y eso probablemente es por las drogas. Tengo este trastorno de estado de ánimo, por lo que probablemente me ayuda a lidiar con los sentimientos. Pude silenciar todo eso. Y me encantaba el LSD. Era fantástico”, afirmó la actriz en la última entrevista para The Rolling Stones.
El crítico Saúl Arellano destaca que su adicción a las drogas no afectó su imagen dentro de la saga ni perjudico a la franquicia, “para buena fortuna de Fisher los fans de Star Wars son los menos exigentes mientras les den motivos para comprar y llenar sus vidas de ‘coleccionables’ y recuerdos palpables que les permitan escapar a esa parte de su infancia que la etapa adulta les condiciona”, dijo.
“Entonces, el que la actriz haya sino una adicta ni siquiera lo consideran porque prefieren llenar sus fantasías freudianas con la princesa del bikini metálico en lugar de la mujer de carne y hueso con problemas mundanos tan dolorosos como los que tienen ellos mismos (…) Nunca, jamás, un fan de Star Wars considerará que esa drogadicta es la misma mujer de peinado de roles de canela en la cabeza”, agregó.
Siguió una carrera cinematográfica irregular, compaginando algunos buenos trabajos con Woody Allen en Hannah y sus hermanas; como esposa de Tom Hanks y única miembro cuerda de un vecindario paranoico en The Burbs, o la popular Cuando Harry conoció a Sally, con subproductos de serie Z como El guerrero del 4º milenio o Las amazonas en la Luna.
Su segunda novela Surrender the Pink es de nuevo una semi-autobiografia en la cual narra su relación y matrimonio con Paul Simon. Su tercera es Desilusions of Grandma. Todas fueron grandes éxitos tanto de crítica como de ventas.
“Por supuesto que no fue una gran actriz. En tal caso, tuvo papeles (fuera de la saga de Star Wars) relativamente memorables pero siempre con la sombra sobre ella de la Princesa Leia. De lo que puedo recordar más entretenido (que no un virtuosismo de interpretación) como actriz secundaria son las películas The Blues Brothers (1980), Garbo Talks(1984), When Harry Met Sally (1989), Soapdish (1991) y Jay and Silent Bob Strike Back (2001)”, comentó Saúl Arellano.
“Y como protagonista la de Under the Rainbow (1981) con Chevy Chase; The Burbs (1989) al lado de Tom Hanks, Sweet Revenge (1990) con Rosanna Arquette sin descartar las tres mejores actuaciones que tuvo en la saga de Star Wars con A New Hope (1977); Empire Strikes Back (1980) y The Force Awakens(2015) (…) Fuera de estas, la carrera interpretativa de Carrie Fisher fue plana y sin nada que la orillara a explotar todas sus dotes histriónicas. Todo fue a modo de su forma de ser y actuar. Fue mejor escritora que actriz sin lugar a dudas”, destacó.
Además de novelista ha realizado trabajos como entrevistadora, escritora/guionista de varios capítulos de la serie Las aventuras del joven Indiana Jones y guionista de la ceremonia de los Oscar, de 1997. Además, Carrie pasó a ser en una prestigiosa "revisora de guiones" y ha trabajado en los de películas como Hook, Arma mortal 3 y, no oficialmente, en La Amenaza Fantasma. Como actriz no se prodiga pero últimamente hemos podido verla realizar breves apariciones en éxitos como Austin Powers y Scream 3.
Su vida sentimental volvió a darle un disgusto cuando Bryan Lourd, representante de la CAA, con el que mantenía una relación estable la abandonó... por otro hombre. Pero de esa relación nació su única hija, Billie Catherine (en honor a la cantante Billie Holliday) en 1992, la mejor obra de Carrie Fisher, en palabras de Debbie Reynolds y quien también es actriz.
Los últimos trabajos de Fisher en el cine, antes de regresar a la saga Star Wars, fueron Hermandad de sangre (2009, Stewart Hendler) y Maps to the Stars (2014, David Cronenberg).
Una anécdota divertida que ella repitió en una de las convenciones de Star Wars fue sobre su personaje como símbolo sexual: “Entré a una joyería, el chico me reconoció y me dijo que se masturbó desde los 16 a los 22 años 4 veces al día pensando en mí”, expresó.
La princesa Leia la siguió hasta el final. Apenas el año pasado estuvo en una de las escenas más representativas de la saga con el reencuentro de su personaje con el de Han Solo en El despertar de la fuerza.
La participación de Carrie Fisher en Star Wars: Episodio 8 está confirmada, la actriz incluso comentó en julio pasado detalles de la historia, como el funeral de Han Solo (Harrison Ford), asesinado por el hijo de ambos, Kylo Ren (Adam Driver). El rodaje del filme terminó en julio, por lo cual la actriz ya habría terminado todas sus escenas. No obstante, las cintas de Disney con alta inversión suelen requerir filmaciones adicionales para ajustar la historia, tal y como pasó con Rogue One.
Antes de morir, en la entrevista a The Rolling Stones, Fisher hizo una reflexión a propósito del éxito, sobre la cual dice que lo mejor y lo peor viene en igual medida en torno al dinero, viajar y las personas que se conocen en el camino: “Responderé sinceramente: La peor parte es ser criticada. Las cosas sacan de contexto. Ahora con Internet, eres tu peor enemigo. No soy alguien que simplemente no pueda mirar”, dijo.
“No le temo a la muerte. Me da miedo morir. Cualquier cosa asociada al dolor, no me gusta. He estado presente en la muerte de un par de personas, y no se veía divertido. Pero si lo hiciera, me gustaría tener a alguien como yo presente. ¡Y estaré ahí!”, dijo la actriz Carrie Fisher, mejor conocida por haber interpretado a la Princesa Leia en la saga de Star Wars, la franquicia más costosa de la historia del cine, en su última entrevista concedida para la revista The Rolling Stones.
La fuerza, como se hizo popular en las películas creadas por George Lucas para hablar de la energía positiva, había estado con la actriz desde el pasado viernes, 23 de diciembre, cuando por golpe de suerte pudo ser atendida a tiempo de un ataque al corazón que sufrió durante el aterrizaje de un vuelo en el aeropuerto de Los Ángeles. Pasó la Navidad en estado crítico.
"Con una tristeza muy profunda, Billie Lourd confirma que su amada madre Carrie Fisher falleció a las 8:55 de esta mañana (…) Ella era amada por el mundo y ella se extrañará profundamente. Nuestra familia entera le agradece por sus pensamientos y oraciones”, dio a conocer Simon Halls, portavoz de la familia, en una publicación a nombre de la hija de Fisher para confirmar su muerte, este martes 27 de diciembre.
Fisher estaba ingresada en un centro médico en Los Ángeles tras sufrir un paro cardíaco el pasado viernes mientras volaba de Londres a la ciudad californiana. El infarto le sobrevino minutos antes del aterrizaje y pese a la atención inmediata que le prestaron en el avión algunos pasajeros comentaron que los que la asistieron tardaron más de diez minutos en restablecer sus constantes vitales. La actriz llegó al centro médico en estado crítico y horas más tarde fue trasladada de urgencias a la unidad de cuidados intensivos.
Junto a Fisher en el hospital se encontraban su hija, la actriz Billie Lourd, y su perro de compañía, un bulldog francés llamado Gary Fisher que la acompaña todo el tiempo. Ambos viajaban junto a ella en el vuelo United 935 procedente de Londres, en donde promocionaba su último libro The Pricess Diarist, de carácter autobiográfico, basado en los diarios de sus comienzos como actriz en Star Warscuando tenía 19 años. En este libro hablaba de su romance con Harrison Ford: “Fue tan intenso... Éramos Hans y Leia durante la semana y Carrie y Harrison los fines de semana”, dice.
Carrie Fisher tenía 60 años. Fue una mujer que, sin saber, siempre estaría ligada a vivir entre las estrellas; primero por haberse criado en Hollywood, hija de Debbie Reynold (Cantando bajo la lluvia) y el cantante melódico Eddie Fisher (galardonado con varios discos de Oro). Ella nació el 21 de octubre de 1956 en Beverly Hills (Los Ángeles) California, en una época en la que sus padres gozaban de fama y se codeaban con personalidades como Elizabeth Taylor.
Carrie recordaba que vivían en una casa con tres piscinas y su infancia la paso conociendo a las mayores estrellas de Hollywood junto con un vacío familiar, donde veía más a sus padres en la televisión que en su propia casa. Además le tocó ver como su padre dejaba avDebbie Reynold por una aventura con Elizabeth Taylor (su mejor amiga), que no duró mucho tiempo pues Richard Burton la conquistó en el rodaje de Cleopatra.
Durante su adolescencia tuvo que ser tratada en varias ocasiones por padecer depresión nerviosa y la vida de Carrie cambió cuando su madre la sacó del instituto y la puso de corista en un espectáculo en Broadway, donde emergió el talento y fue a una escuela Británica de Interpretación.
Tras su primer paso por el escenario, asistió a la Central School of Speech and Drama en Londres, y poco después obtuvo su primer papel en el cine, en la película Shampoo.
Luego en la capital inglesa consiguió la prueba del papel que enamoró a más de una generación haciendo de Leia Organa, la Princesa Leia, o simplemente Leia. Papel que le fue otorgado por encima de nombres como Jodie Foster o Amy Irving. Al conseguir ese personaje, la pequeña actriz (155 centímetros) pasaría de ser la "hija de Debbie Reynolds" a ser la Princesa Leia.
Por aquellos años, el joven cineasta George Lucas, que había adquirido prestigio por el buen rendimiento de American Graffiti (1973), trataba de sacar adelante un ambicioso filme de ciencia-ficción en el que casi nadie de la industria de Hollywood confiaba. Star Wars: Una nueva esperanza se estrenó en 1977, con Carrie Fisher en poder del único papel femenino trascendente de la película. Junto a Mark Hamill (Luke Skywalker) y Harrison Ford (Han Solo), protagonizó una trilogía que cambió a la industria del cine.
“Cualidades: El representar a una mujer fuerte, independiente, de muchos recursos y con una apariencia de frialdad que le permitió sobrevivir a un mundo de hombres combativos y sobrevivientes de muchas batallas. Inteligente y buena estratega. Defectos: Necia y controladora. No abandonar el papel ‘masculino’ bajo ninguna circunstancia antes del Episodio VII donde se ve una líder fuerte pero cálida y empática con su personal y amigos”, destaca Saúl Arellano Montoro, nuestro crítico de cine y especialista en el tema de Star Wars sobre el personaje de Leia.
“Luego de La Guerra de las galaxias ella tomo su lugar en el firmamento de las estrellas de Hollywood debido al papel de la Princesa Leia en la trilogía original donde no importaban las grandes dotes interpretativas sino el seguir al pie de la letra las órdenes de los directores”, añadió el especialista, en entrevista con Encuadres.
En una rueda de prensa el año pasado, Fisher recordó cómo se divirtió asesinando a su captor, Jabba the Hutt, en El retorno del Jedi. La escena es recordada también por muchos por el bikini dorado que llevaba: “Me preguntaron si quería que un doble matara a Jabba. ¡No! Es lo más divertido que he hecho como actriz”, dijo entonces. “Si la única razón para actuar es poder matar un monstruo gigante”, añadió.
Su éxito en la saga en los años 80 con filmes como El imperio contraataca (1980) y El retorno de Jedi (1983), le hicieron vivir una época de contrastes pues por un lado fueron sus años de mayor esplendor pero también, como desvelaría tiempo después, una época en la que comenzaron sus problemas con el alcohol y las drogas que le llevarían a recibir tratamiento por adicciones.
“La gente quiere que diga que estoy asqueada de interpretar a Leia y que eso echó a perder mi vida. Pero si mi vida era tan fácil de arruinar, entonces merecía ser arruinada”, dijo la actriz en una entrevista en 2015 para The Daily Beast, quien también padeció trastorno bipolar.
Al ser consultada por Vanity Fair en 2006 sobre cómo persuadió a Lucas para que le diera el papel de la princesa Leia, respondió: “dormí con algún nerd, espero que haya sido George”, dijo, y añadió “tomé muchas drogas como para recordar quien fue”. De algún modo su carrera también estuvo marcada por la polémica.
En 1983 y tras cinco años de relación se casó con el cantante Paul Simon. El matrimonio no duró el año. Depresiones, fracasos sentimentales y por si fuera poco, el abuso del alcohol y la cocaína que no hacían más que degradarla moral y físicamente hasta que en 1985 sufrió una sobredosis a la que afortunadamente sobrevivió. Inmediatamente después ingresó en una clínica de tratamiento.
“De este papel (Leia) y su matrimonio con el cantante Paul Simon es que la llamaron para otras películas donde paso sin pena ni gloria, viviendo siempre a la sombra de su personaje y de su absorbente madre. Hasta que explotó su veta como escritora/guionista que es donde realmente sobresalió por su talento”, dijo Saúl Arellano.
En terapia contra el alcohol desde los 28 años, donde un año después escribiría una novela que más tarde sería llevada a la gran pantalla por Shirley MacLaine y Meryl Streep, Recuerdos de Hollywood (Postcards from the edge), algo que en sus momentos de lucidez le dejaban divisar la luz al final del túnel, y eso que ya lleva varios libros escritos en su carrera. Es en la escritura donde tendría su verdadero talento. Por la adaptación de la novela estuvo nominada a los BAFTA a Mejor Guion.
“Nunca fui suicida, y eso probablemente es por las drogas. Tengo este trastorno de estado de ánimo, por lo que probablemente me ayuda a lidiar con los sentimientos. Pude silenciar todo eso. Y me encantaba el LSD. Era fantástico”, afirmó la actriz en la última entrevista para The Rolling Stones.
El crítico Saúl Arellano destaca que su adicción a las drogas no afectó su imagen dentro de la saga ni perjudico a la franquicia, “para buena fortuna de Fisher los fans de Star Wars son los menos exigentes mientras les den motivos para comprar y llenar sus vidas de ‘coleccionables’ y recuerdos palpables que les permitan escapar a esa parte de su infancia que la etapa adulta les condiciona”, dijo.
“Entonces, el que la actriz haya sino una adicta ni siquiera lo consideran porque prefieren llenar sus fantasías freudianas con la princesa del bikini metálico en lugar de la mujer de carne y hueso con problemas mundanos tan dolorosos como los que tienen ellos mismos (…) Nunca, jamás, un fan de Star Wars considerará que esa drogadicta es la misma mujer de peinado de roles de canela en la cabeza”, agregó.
Siguió una carrera cinematográfica irregular, compaginando algunos buenos trabajos con Woody Allen en Hannah y sus hermanas; como esposa de Tom Hanks y única miembro cuerda de un vecindario paranoico en The Burbs, o la popular Cuando Harry conoció a Sally, con subproductos de serie Z como El guerrero del 4º milenio o Las amazonas en la Luna.
Su segunda novela Surrender the Pink es de nuevo una semi-autobiografia en la cual narra su relación y matrimonio con Paul Simon. Su tercera es Desilusions of Grandma. Todas fueron grandes éxitos tanto de crítica como de ventas.
“Por supuesto que no fue una gran actriz. En tal caso, tuvo papeles (fuera de la saga de Star Wars) relativamente memorables pero siempre con la sombra sobre ella de la Princesa Leia. De lo que puedo recordar más entretenido (que no un virtuosismo de interpretación) como actriz secundaria son las películas The Blues Brothers (1980), Garbo Talks(1984), When Harry Met Sally (1989), Soapdish (1991) y Jay and Silent Bob Strike Back (2001)”, comentó Saúl Arellano.
“Y como protagonista la de Under the Rainbow (1981) con Chevy Chase; The Burbs (1989) al lado de Tom Hanks, Sweet Revenge (1990) con Rosanna Arquette sin descartar las tres mejores actuaciones que tuvo en la saga de Star Wars con A New Hope (1977); Empire Strikes Back (1980) y The Force Awakens(2015) (…) Fuera de estas, la carrera interpretativa de Carrie Fisher fue plana y sin nada que la orillara a explotar todas sus dotes histriónicas. Todo fue a modo de su forma de ser y actuar. Fue mejor escritora que actriz sin lugar a dudas”, destacó.
Además de novelista ha realizado trabajos como entrevistadora, escritora/guionista de varios capítulos de la serie Las aventuras del joven Indiana Jones y guionista de la ceremonia de los Oscar, de 1997. Además, Carrie pasó a ser en una prestigiosa "revisora de guiones" y ha trabajado en los de películas como Hook, Arma mortal 3 y, no oficialmente, en La Amenaza Fantasma. Como actriz no se prodiga pero últimamente hemos podido verla realizar breves apariciones en éxitos como Austin Powers y Scream 3.
Su vida sentimental volvió a darle un disgusto cuando Bryan Lourd, representante de la CAA, con el que mantenía una relación estable la abandonó... por otro hombre. Pero de esa relación nació su única hija, Billie Catherine (en honor a la cantante Billie Holliday) en 1992, la mejor obra de Carrie Fisher, en palabras de Debbie Reynolds y quien también es actriz.
Los últimos trabajos de Fisher en el cine, antes de regresar a la saga Star Wars, fueron Hermandad de sangre (2009, Stewart Hendler) y Maps to the Stars (2014, David Cronenberg).
Una anécdota divertida que ella repitió en una de las convenciones de Star Wars fue sobre su personaje como símbolo sexual: “Entré a una joyería, el chico me reconoció y me dijo que se masturbó desde los 16 a los 22 años 4 veces al día pensando en mí”, expresó.
La princesa Leia la siguió hasta el final. Apenas el año pasado estuvo en una de las escenas más representativas de la saga con el reencuentro de su personaje con el de Han Solo en El despertar de la fuerza.
La participación de Carrie Fisher en Star Wars: Episodio 8 está confirmada, la actriz incluso comentó en julio pasado detalles de la historia, como el funeral de Han Solo (Harrison Ford), asesinado por el hijo de ambos, Kylo Ren (Adam Driver). El rodaje del filme terminó en julio, por lo cual la actriz ya habría terminado todas sus escenas. No obstante, las cintas de Disney con alta inversión suelen requerir filmaciones adicionales para ajustar la historia, tal y como pasó con Rogue One.
Antes de morir, en la entrevista a The Rolling Stones, Fisher hizo una reflexión a propósito del éxito, sobre la cual dice que lo mejor y lo peor viene en igual medida en torno al dinero, viajar y las personas que se conocen en el camino: “Responderé sinceramente: La peor parte es ser criticada. Las cosas sacan de contexto. Ahora con Internet, eres tu peor enemigo. No soy alguien que simplemente no pueda mirar”, dijo.