Esta semana, la dedicaré a los Bridgerton, serie basada en los libros de Julia Quinn. La primera temporada se convirtió, en su momento, en la serie más vista en Netflix de todos los tiempos, y la segunda temporada acaba de batir el récord de serie en inglés más vista en la plataforma durante una semana, al sumar 251,74 millones de horas reproducidas, entre el 28 de marzo y el 3 de abril.

Si eso aún no te convence para verla, yo te daré algunas razones por las cuales debes aprovechar el fin de semana y sumergirte en la familia Bridgerton.

Toda la segunda temporada se concentra en Lord Anthony, el hermano mayor de Daphne (la romántica historia de la primera temporada fue hablada sobre ella), y cómo una joven aristócrata, llamada Kate Sharma, de carácter terco y muy inteligente, intenta alejarlo de su hermana pequeña, una jovencita lista para ser desposada. ¿Cómo terminará la relación?

La sinopsis oficial dice así: "La segunda temporada sigue a Lord Anthony (Jonathan Bailey), el mayor de los hermanos Bridgerton y vizconde, mientras se dispone a encontrar una esposa adecuada. Impulsado por su deber de mantener el nombre de la familia, la búsqueda de Anthony por una debutante que cumpla con sus estándares imposibles parece infructuosa hasta que Kate (Simone Ashley) y su hermana menor Edwina (Charithra Chandran) llegan de la India”.

En un inicio, vemos el empoderamiento de la mujer en una época donde ni pensarlo que una anduviera en caballo sola o, peor aún, sin su chaperona. Kate es este personaje que sabes que el buen comportamiento no es lo suyo, pero lo que sí se ve bastante es la entera dedicación hacia su madre y su hermana, dejando de lado cualquiera de sus inquietudes, sueños o logros. Es más, ni siquiera de casarse, ya que, con sus apenas veintitantos años de edad, ya se consideraba una “solterona”.

Se dice que el amor a primera vista existe.

Curioso y extraordinario cómo los actores logran cautivarnos con esa tensión amorosa que existe entre los personajes principales, y crees que todo se tornará obvio, pero no es así, ya que un hombre como el vizconde Anthony solo podía estar con una merecedora de ese puesto tan importante, como el de ser su esposa.

Se nos atraviesa la hermana menor de Kate, Edwina, joven, hermosa, inteligente, talentosa, creativa y bondadosa… pero no amada, no como ella quisiera, no como merecía. Lucha por entrar en un mundo al cual toda su vida fue entrenada para ello.

La historia deja que el triángulo amoroso Anthony/Kate/Edwina se desarrolle como una comedia. La tensión no tiene que ver con qué hermana elegirá Anthony, sino con si éste puede aprender a ser finalmente lo suficientemente vulnerable como para admitir sus sentimientos.

Ahora volvamos con los Bridgerton, es una prestigiosa familia que perdió al líder y padre de los jóvenes por un piquete de abeja, algo que se vuelve clave en la serie y que tendrán que verla para que sepan de hablo.

Los hijos más pequeños no tienen un papel fundamental en la serie, pero son parte de la familia, aquí solo vemos a Daphne siendo una mujer centrada en su familia, su hijo y siendo la voz de la conciencia de la familia. No es la mayor pero sí la que ha vivido más todo el drama amoroso, al menos hasta ese momento.

Obvio dejé lo mejor para lo último, Lady Whistledown, la “mujer” que amamos y que sabemos quién es. En esta segunda entrega de la serie, se enfrenta a nuevos retos, nuevos chismes y, sobre todo, a decidir lo correcto o jugárselo todo contra sus amistades, su amor o desamor.

Para los que extrañamente no se han animado a ver la primera temporada les comento: todo gira alrededor de esta misteriosa escritora de un “diario” que es entregado semanalmente, donde se exponen los chismes más jugosos de la alta sociedad, chismes que te pueden destruir o hacer brillar ante los demás.

Y claro: el resto de los hermanos Bridgerton aún tienen mucho que decir.

Eloise está al borde de ser presentada en sociedad, algo que la aterra y la aleja de su sueño de ser una escritora independiente y soltera. Colin se ha ido a recorrer el mundo después de su fracaso amoroso. Benedict se siente cada vez más atraído a un estilo de vida diferente, donde se cuestionan la forma tradicional de amar.

Una serie en la que no nos sentimos avergonzados de ser unos románticos, esperando que se roben besos y se casen. Es más, nos gusta ver todo eso, es parte de pensar en los finales felices. A veces nos hace falta ver cosas como estas, para pensar en el amor como algo por lo que se lucha y por lo que se gana.

Pasan muchas más cosas, que me encantaría contarles aquí pero lo ideal es que vayan a Netflix y la vean, la encontrarán fácil, ya que se mantiene en el top 10 en México.

Un plus de la serie es que aun cuando todo se desarrolla a finales del siglo XIX, usan música moderna de manera instrumental y ¡wow!, eso nos encanta, detectamos fácilmente el éxito musical moderno en una balada bailada por personas con peinados altos y vestidos largos y bombachos. Rihanna, Madonna y hasta Nirvana se detectan en sus canciones en los tan concurridos “salones de baile”.

Y pues aunque sigues pensando que todo es romance déjame decirte que tiene unas escenas no aptas para todo público que nos ruborizan a momentos pero que nos hacen percibir la pasión que se tienen los personajes, no se si necesarias, pero no queremos que las quiten.

Le doy, sin dudas, 4 Thalíestrellas.