“Los mitos están para que se les reinvente siempre, el cine es una máquina de mitos y tiene que ver con la narración oral, con los cuentos y que muchas veces se filman de manera horrorosa, pero que si se hace de manera consciente y responsable puede salir algo bueno”, expresó el cineasta alemán Christian Petzold, invitado del Festival Internacional de Cine UNAM para presentar su más reciente película Ondina. Un amor para siempre.

El cineasta que obtuvo el Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Berlín con esta película, señaló que los mitos tienen un propio lenguaje “y si usamos este lenguaje de manera irresponsable entonces se cae en clichés, pero si los usamos de manera consciente entonces podemos sacar buenas historias, con Ondine yo pensé en todas esas chicas que han salido del agua como a lo largo de la historia, como iconografía del cine, así que tomé este mito como objeto de mi arte y de manera consciente”.

Inspirado en la mitología griega y en la ninfa acuática que es llevada al mundo de los humanos para inmortalizar su alma y no convertirse en un espíritu vagabundo, Petzold logra resignificar este mito y llevarlo a un contexto actual, en Berlín, a través de la historia de Ondina (Paula Beer), una historiadora que trabaja en un museo y Christoph (Franz Rogowski) un buzo industrial.

“La idea de esta película surgió cuando filmaba Toter Mann, con Nina Hoss, hablamos mucho sobre el mito de Ondina, entre la visión masculina y su proyección femenina. El mito habla sobre un hombre que está desdichadamente enamorado y decide aventarse a un lago para morir, pero ahí encuentra a una Ondina, una mujer hermosa, desnuda, ella lo saca del agua y ahora le pertenece al hombre, con la condición de que nunca la abandone porque de hacerlo, ella tendrá que matarlo y regresar al agua”, explicó el director de filmes como Phoenix y Tránsito en una charla virtual organizada por el FICUNAM que pudo ser vista a través de sus redes sociales.

Sobre sus actores, Petzold compartió que desde que escribió el guion de Ondina ya tenía en mente quiénes serían sus protagonistas “yo escribo visitando los escenarios que quiero en mi película y con las fotos de mis actores en la pared, estoy es importante para mí, en el caso de Ondine semanas antes de empezar la filmación hago un seminario con los actores para que conozcan los escenarios, leemos el guion, vemos películas y les presento todos los materiales que tengo con ellos, después los dejo dos semanas solos, el día de la filmación los llevo a los escenarios solos para empezar los ensayos, después llega el equipo técnico, los actores se maquilla e iniciamos la filmación”.

La construcción de los personajes femeninos en la filmografía de Petzold tienen que ver con actrices concretas, “tienen que ver con sus miradas y su resistencia de caer en clichés, en retrospectiva, pienso en lo tercas que son las actrices de mis películas, eso me encanta. Paula, por ejemplo, me pidió que le escribiera un texto con el que ella tuviera una relación, con el que se pudiera confrontar frente a la cámara, algo con el cual pudiera poner resistencia y es que cuando las mujeres se esconden ante la mirada masculina despiertan más curiosidad”.

Por otro lado, Berlín resulta ser otro protagonista en Ondine, en este sentido, el cineasta apuntó que “llevó 30 años viviendo en Berlín y siempre quise filmar ahí y que la protagonista fuera una historiadora que daba visitas guiadas sobre la urbanización de Berlín, una ciudad donde hay pantanos disecados, lugares llenos de mitos, es como si los mitos ya no pudieran surgir en una ciudad de concreto”.

Ondine es el inicio de una trilogía, en este sentido, el director adelantó que su idea es hacer algo sobre los elementos, Ondine sobre el agua y la próxima será sobre el fuego, “ya está listo el guion y espero empezar a filmar el próximo año, la historia gira en torno a un grupo de jóvenes en medio de incendios forestales en Alemania, jóvenes que arden sus corazones y que ambos son fuegos que no pueden controlar… la tercera película solo sé que se va a desarrollar en Berlín, pero aún no defino cuál será el elemento, quizá sea el gas, pero aun no sé cómo será”.

Finalmente, Petzold dijo estar convencido de que el público regresará a los cines, probablemente habrá desconfianza pero se les pasará cuando estemos todos vacunados, “personalmente ya me cansé del streaming, ha sido todo un año y estoy harto, aunque tengo servicios de streamig, miles de DVD y hago pequeños festivales para mis amigos y para mí, pero realmente ver una película en tu propia sala es algo horrendo, a veces veo por la ventana que se compraron amplificadores de sonido y proyectores, pero estamos solos… la colectividad de una sala de cine, que veas una película de principio a fin sin interrupciones, es algo que no se remplaza con nada”.

“Ir al cine es una experiencia fantasmagórica, el cine despierta los espíritus, al estar en una habitación oscura, una pantalla donde uno está corporalmente presente pero también ausente, es un espacio en el que se da una transición entre estar despierto y dormido”, señaló.