Abortar no es un capricho, es arriesgarlo todo
POR: ALEX VANSS
16-11-2020 15:35:09
Ha sido complicado abordar este tema, empezando por el hecho de que soy hombre y nunca entenderé al cien por ciento las problemáticas que viven las mujeres en un mundo machista, pero gracias a textos que abordan la violencia de género, las marchas feministas y productos audiovisuales hechos por mujeres, sé que para ellas es muy difícil vivir en países como México, donde se matan a 10 mujeres diario, donde los hombres somos un obstáculo, donde el Estado les niega derechos fundamentales como el aborto, llevándolas a arriesgar su vida, porque como lo muestra Never Rarely Sometimes Always, de Eliza Hittman, abortar no es un capricho, ni un método anticonceptivo, las mujeres que llegan a esa decisión lo arriesgan todo y siempre se enfrentan a una violencia machista que solo las juzga y criminaliza.
¿Por qué una joven de 17 años tendría que arriesgar su vida para evitar ser madre por el simple hecho de haber tomado una mala decisión? Es absurdo, es absurdo que sientan vergüenza, estén solas y tengan que optar por la clandestinidad, atentar contra sus propias vidas con "remedios caseros" o viajar cientos de kilómetros para ponerle fin a algo que no quieren, porque ser madre es una elección no una obligación, no sabemos las circunstancias por las que quedaron embarazadas, cómo es su entorno familiar, cuáles son sus miedos y sus sueños, ¿y saben qué? no es de nuestra incumbencia, simplemente debemos respetar su decisión.
Eso lo vemos en el filme dirigido por Hittman -que forma parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Los Cabos- un relato crudo, real pero no maniqueo, en el que la directora nos muestra los hechos, una historia como cualquiera en Estados Unidos, México, Argentina, Colombia o Ecuador, en la que una joven de 17 años, que vive en una familia disfuncional, en una sociedad conservadora, queda embarazada por error, inconsciencia o ignorancia, no importa, y debe solucionar su "problema" porque no puede confiar en sus padres o en su entorno, solo encuentra la sororidad de una amiga o una prima con quien debe viajar a otra ciudad para evitar ser madre, todo en la clandestinidad y con todos los riesgos que conlleva.
Cuesta, siendo varones, entender lo que una mujer ha tenido que afrontar para decidir abortar, muchos hombres en medios de comunicación, redes sociales y en la calle apelan a criterios morales o religiosos pero Eliza hace un lado todos estos pensamientos para decirnos "¡Hey!, la mujer que ha decidido abortar no le importa nada de eso, ella solo quiere continuar con su vida", lo vemos en el rostro de Autum, duramente interpretada por Sidney Flanigan, pues aún con miedo y dolor ella no renunciará a lo que quiere, así no coma, duerma o se exponga a otros peligros del mundo machista en el que vivimos.
Abortar no es un proceso sencillo, no es una perforación o un tatuaje y puede ser todo un trauma si no hay un acompañamiento emocional, como lo vemos en Never Rarely Sometimes Always, donde por suerte Autum cuenta con una prima y una clínica que hará el proceso de forma legal y segura, del que se recuperará y le permitirá continuar con su vida, donde no se le juzgará ¿qué es lo malo?, que como muchas cosas en Estados Unidos, es un negocio muy redituable y un servicio muy caro -como los fármacos, la atención hospitalaria o la educación - ella lo puede pagar pero ¿y las chicas que no? tal vez mueran por un aborto mal hecho, y la sociedad responde: who cares?, nos debería de importar a todos, es un asunto de salud pública, porque el aborto es una opción que toman mujeres jóvenes o maduras, en la que no importa la condición socioeconómica o educativa, que ponen fin a algo que no quieren.
Tal vez muchos, sobre todo hombres, no estén de acuerdo con lo que escribo y podrían utilizar argumentos religiosos o morales, dirán que es parte de la ideología de género y el lobby feminista, pero ¿saben qué? la verdad es que a una mujer nada de eso le importa cuando ha decidido abortar, lo vemos en la película, un trozo de realidad que dura más de una hora y media; creo que lo que les duele a muchos de esos machos que se escudan en su "opinión de sofá" es que las mujeres decidan sobre su cuerpo y su vida.
Lamentablemente en muchos lugares de México el aborto es ilegal lo que pone en peligro a cientos de miles de mujeres que pueden morir en una sucia clínica o ser encarceladas porque abortar es un delito, un delito más grave que el feminicidio, las paradojas de un sistema podrido.
Dado lo anterior, por lo que he aprendido y lo que creo, la exigencia que distintas colectivas feministas han realizado en diversos países de Latinoamérica debe ser una realidad: Aborto legal, seguro y gratuito YA, no es un capricho es un derecho que el Estado debe garantizar.
Ha sido complicado abordar este tema, empezando por el hecho de que soy hombre y nunca entenderé al cien por ciento las problemáticas que viven las mujeres en un mundo machista, pero gracias a textos que abordan la violencia de género, las marchas feministas y productos audiovisuales hechos por mujeres, sé que para ellas es muy difícil vivir en países como México, donde se matan a 10 mujeres diario, donde los hombres somos un obstáculo, donde el Estado les niega derechos fundamentales como el aborto, llevándolas a arriesgar su vida, porque como lo muestra Never Rarely Sometimes Always, de Eliza Hittman, abortar no es un capricho, ni un método anticonceptivo, las mujeres que llegan a esa decisión lo arriesgan todo y siempre se enfrentan a una violencia machista que solo las juzga y criminaliza.
¿Por qué una joven de 17 años tendría que arriesgar su vida para evitar ser madre por el simple hecho de haber tomado una mala decisión? Es absurdo, es absurdo que sientan vergüenza, estén solas y tengan que optar por la clandestinidad, atentar contra sus propias vidas con "remedios caseros" o viajar cientos de kilómetros para ponerle fin a algo que no quieren, porque ser madre es una elección no una obligación, no sabemos las circunstancias por las que quedaron embarazadas, cómo es su entorno familiar, cuáles son sus miedos y sus sueños, ¿y saben qué? no es de nuestra incumbencia, simplemente debemos respetar su decisión.
Eso lo vemos en el filme dirigido por Hittman -que forma parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Los Cabos- un relato crudo, real pero no maniqueo, en el que la directora nos muestra los hechos, una historia como cualquiera en Estados Unidos, México, Argentina, Colombia o Ecuador, en la que una joven de 17 años, que vive en una familia disfuncional, en una sociedad conservadora, queda embarazada por error, inconsciencia o ignorancia, no importa, y debe solucionar su "problema" porque no puede confiar en sus padres o en su entorno, solo encuentra la sororidad de una amiga o una prima con quien debe viajar a otra ciudad para evitar ser madre, todo en la clandestinidad y con todos los riesgos que conlleva.
Cuesta, siendo varones, entender lo que una mujer ha tenido que afrontar para decidir abortar, muchos hombres en medios de comunicación, redes sociales y en la calle apelan a criterios morales o religiosos pero Eliza hace un lado todos estos pensamientos para decirnos "¡Hey!, la mujer que ha decidido abortar no le importa nada de eso, ella solo quiere continuar con su vida", lo vemos en el rostro de Autum, duramente interpretada por Sidney Flanigan, pues aún con miedo y dolor ella no renunciará a lo que quiere, así no coma, duerma o se exponga a otros peligros del mundo machista en el que vivimos.
Abortar no es un proceso sencillo, no es una perforación o un tatuaje y puede ser todo un trauma si no hay un acompañamiento emocional, como lo vemos en Never Rarely Sometimes Always, donde por suerte Autum cuenta con una prima y una clínica que hará el proceso de forma legal y segura, del que se recuperará y le permitirá continuar con su vida, donde no se le juzgará ¿qué es lo malo?, que como muchas cosas en Estados Unidos, es un negocio muy redituable y un servicio muy caro -como los fármacos, la atención hospitalaria o la educación - ella lo puede pagar pero ¿y las chicas que no? tal vez mueran por un aborto mal hecho, y la sociedad responde: who cares?, nos debería de importar a todos, es un asunto de salud pública, porque el aborto es una opción que toman mujeres jóvenes o maduras, en la que no importa la condición socioeconómica o educativa, que ponen fin a algo que no quieren.
Tal vez muchos, sobre todo hombres, no estén de acuerdo con lo que escribo y podrían utilizar argumentos religiosos o morales, dirán que es parte de la ideología de género y el lobby feminista, pero ¿saben qué? la verdad es que a una mujer nada de eso le importa cuando ha decidido abortar, lo vemos en la película, un trozo de realidad que dura más de una hora y media; creo que lo que les duele a muchos de esos machos que se escudan en su "opinión de sofá" es que las mujeres decidan sobre su cuerpo y su vida.
Lamentablemente en muchos lugares de México el aborto es ilegal lo que pone en peligro a cientos de miles de mujeres que pueden morir en una sucia clínica o ser encarceladas porque abortar es un delito, un delito más grave que el feminicidio, las paradojas de un sistema podrido.
Dado lo anterior, por lo que he aprendido y lo que creo, la exigencia que distintas colectivas feministas han realizado en diversos países de Latinoamérica debe ser una realidad: Aborto legal, seguro y gratuito YA, no es un capricho es un derecho que el Estado debe garantizar.