Óscar Chávez 'El Caifán Mayor' que dejó huella en el cine
POR: NANCY MORA
30-04-2020 22:00:53
“Para cuando muera quiero que mi tumba, que mi tumba huela, huela a primavera”, decía Óscar Chávez en su canción Para Cuando Muera, y así será, porque el cantante, compositor, actor y luchador social murió este 30 de abril, en plena primavera, pero nos deja como legado cada una de sus canciones, su incansable lucha social, sus inquebrantables ideales y, por supuesto, su imborrable paso por el cine.
Óscar Chávez participó en 15 películas, una de las más recordadas, sin duda, es Los Caifanes (1967), considerada una de las 100 mejores películas del cine mexicano, en la que Chávez da vida a “El Estilos” donde interpreta algunos temas como “La niña de Guatemala”, “Fuera del mundo”, “El pájaro y el chanate”.
En la cinta dirigida por Juan Ibáñez, Chávez comparte créditos con Julissa, Enrique Álvarez Félix, Ernesto Gómez Cruz, Sergio Jiménez y Eduardo López Rojas, entre otros, y en ella se recrea la vida nocturna en la Ciudad de México. La historia gira en torno a dos jóvenes enamorados de clase alta Paloma (Julissa) y Jaime de Landa (Enrique Álvarez Félix), quienes en una noche lluviosa de diciembre se resguardan en un auto aparentemente abandonado, pero que en realidad es propiedad del Capitán Gato (Sergio Jiménez), quien junto con “El Estilos” (Óscar Chávez), “El Azteca” (Ernesto Gómez Cruz), y “El Mazacote” (Eduardo López Rojas) se hacen llamar “Los Caifanes”.
Con este inesperado encuentro, el grupo inicia un viaje nocturno por la Ciudad de México de la década de los 60, visitando cabarets, parques, taquerías, el Zócalo capitalino y la Diana Cazadora, a la que le colocan una falda y un sontén. Sin duda, esta cinta es uno de los mejores retratos de la vida nocturna en la ciudad.
El guion de la película, escrito por Juan Ibáñez y Carlos Fuentes, ganó el Primer Concurso Nacional de Argumentos y Guiones Cinematográficos en 1965, sin embargo, esto no garantizaba su realización, pues como recordó el propio Chávez en una entrevista concedida a Cine Toma, tenían muy poco presupuesto y no contaban con los permisos para las locaciones “desde el premio mismo la cosa se puso color de hormiga: tras haberlo ganado, y después de que surgió la posibilidad de filmar el guion, Juan Ibáñez tuvo que regresar el galardón (…) según dijeron, entraba en terreno de las producciones comerciales. Así que tuvo que devolver los 50 mil varos… Qué injusticia, ¿no? Pendejadas que pasan en este país. Pero así fue.”
Realizar la película no fue fácil, la filmación fue muy accidentada, empezando por el pleito entre sindicatos, “Había un montón de pleitos entre los sindicatos. ¿Que si intentaron boicotear la película? ¡Desde luego! Tuvimos que suspender el rodaje unas 15 veces, por lo menos. Las broncas gremiales eran de una violencia impresionante. Un verdadero desmadre, tremendo. Eso sí, suspendían la filmación sin decir agua va. Llegaban, y te decían: ‘¡Aquí no se filma!’. Entonces, ¿qué te puedo decir? ¡Fue increíble el esfuerzo!”.
Otro problema al que se enfrentaron fue el presupuesto, “No estoy muy seguro, pero creo que el filme costó menos de un millón de pesos, que es nada (…) Lo mejor de todo fue que parte de lo que filmamos en la calle, de hecho la película en general, se hizo por la libre. ¿Cuáles permisos? Nada. Se hizo así como va…”.
La película fue un hito en la historia de la cinematografía nacional, de las primeras en arriesgarse a salir de las reglas establecidas, así lo explicó el propio Chávez “Ya sabes, del charro y el supuesto cine de la Época de Oro. ¿Cuál Época de Oro, tú? Eran como zarzuelas mal hechas, con charros y muchachitas que, muchas veces, nada ofrecían… ¡Tantas cosas que se dicen de la Época de Oro del Cine Mexicano!… Entonces, nuestra película se salió de lo común del tema, que no es tan complicado: chavos de barrio que se enfrentan con dos chavos popis y ya. Y todo sucede en una noche…”.
Sin duda, Los Caifanes marcó la vida de Óscar Chávez, de ahí vino el mote de “El caifán mayor”, no solo por el personaje que interpretó en la cinta, sino por la similitud que tenía con su propia personalidad, como el mismo lo dijo en aquella entrevista: “Yo soy de barrio. Nací en la Portales, y crecí toda mi adolescencia y juventud en la Santa María… Mi ambiente era gente de la Santa María, de la Guerrero, de la San Rafael, de Santo Tomás. Además, estudié en el Politécnico. Entonces presumir que soy o no caifán no me dice nada. La verdad, ése es mi mundo, he sido caifán siempre”.
Dos años después de filmar Los Caifanes, Óscar Chávez participó en Santa (1969), película basada en el libro homónimo de Federico Gamboa, donde vuelve a compartir créditos con Julissa, además de Enrique Rocha y Julián Pastor. La trama se centra en una bella joven que vive en un pueblo y es acosada por los hombres. Ella entrega su amor a un militar pero éste la engaña y Santa sufre el rechazo de su familia y de la sociedad y por ello decide dedicarse a la prostitución.
En 1970 Chávez participó en cuatro películas más: Las cadenas del mal, dirigida por José Díaz Morales, con guion del escritor Hugo Arguelles, y donde la protagonista era Fanny Cano; El oficio más antiguo del mundo, escrita y dirigida por Luis Alcoriza, donde interpreta a un sacerdote y comparte créditos con Gloria Marín, Isela Vega, Maricruz Oliver, Lupita Ferrer y Jaqueline Andere; El cuerpazo del delito, donde fue dirigido por Rafael Baledón y compartió el set con Angélica María y Mauricio Garcés; y Flor de Durazno, de Emilio Gómez Muriel, donde vuelve a encontrarse con Fanny Cano.
Juan Ibáñez volvió a reunir a Carlos Chávez, Ernesto Gómez Cruz y Sergio Jiménez en La Generala, donde se incluyen en el elenco María Félix, Carlos Bracho, Eric del Castillo, Evangelina Elizondo, Sergio Kleiner e Ignacio López Tarso.
En 1979 Chávez tuvo una participación en Las cautivas, dirigida por José Luis Ibáñez, con guion de Carlos Fuentes; mientras que en 1979 Jaime Humberto Hermosillo lo invitó a ser parte de María de mi corazón, con un guion de Gabriel García Márquez y las actuaciones de Héctor Bonilla y María Rojo. Un año después Juan Ibáñez lo vuelve a invitar a su película A fuego lento, en la que comparte créditos con María Victoria.
La última participación de Óscar Chávez en el cine fue en la cinta Piedras verdes (2001), dirigida por Ángel Flores Torres y protagonizada por Vanessa Bauche, Osvaldo Benavides y Gabriel Retes. En esta película Chávez fue nominado al Ariel en la categoría de Mejor Música Compuesta para Cine con el tema “Se me ha perdido el camino”.
Sin duda El Caifán Mayor fue un hombre muy querido y respetado en el medio artístico por muchas razones, entre ellas, su innegable talento, su honestidad y sus firmes convicciones, que nunca traicionó, que lo acompañaron por siempre y aunque su faceta como actor fue algo que nunca planeó, su legado permanecerá en la memoria de los mexicanos.
“Para cuando muera quiero que mi tumba, que mi tumba huela, huela a primavera”, decía Óscar Chávez en su canción Para Cuando Muera, y así será, porque el cantante, compositor, actor y luchador social murió este 30 de abril, en plena primavera, pero nos deja como legado cada una de sus canciones, su incansable lucha social, sus inquebrantables ideales y, por supuesto, su imborrable paso por el cine.
Óscar Chávez participó en 15 películas, una de las más recordadas, sin duda, es Los Caifanes (1967), considerada una de las 100 mejores películas del cine mexicano, en la que Chávez da vida a “El Estilos” donde interpreta algunos temas como “La niña de Guatemala”, “Fuera del mundo”, “El pájaro y el chanate”.
En la cinta dirigida por Juan Ibáñez, Chávez comparte créditos con Julissa, Enrique Álvarez Félix, Ernesto Gómez Cruz, Sergio Jiménez y Eduardo López Rojas, entre otros, y en ella se recrea la vida nocturna en la Ciudad de México. La historia gira en torno a dos jóvenes enamorados de clase alta Paloma (Julissa) y Jaime de Landa (Enrique Álvarez Félix), quienes en una noche lluviosa de diciembre se resguardan en un auto aparentemente abandonado, pero que en realidad es propiedad del Capitán Gato (Sergio Jiménez), quien junto con “El Estilos” (Óscar Chávez), “El Azteca” (Ernesto Gómez Cruz), y “El Mazacote” (Eduardo López Rojas) se hacen llamar “Los Caifanes”.
Con este inesperado encuentro, el grupo inicia un viaje nocturno por la Ciudad de México de la década de los 60, visitando cabarets, parques, taquerías, el Zócalo capitalino y la Diana Cazadora, a la que le colocan una falda y un sontén. Sin duda, esta cinta es uno de los mejores retratos de la vida nocturna en la ciudad.
El guion de la película, escrito por Juan Ibáñez y Carlos Fuentes, ganó el Primer Concurso Nacional de Argumentos y Guiones Cinematográficos en 1965, sin embargo, esto no garantizaba su realización, pues como recordó el propio Chávez en una entrevista concedida a Cine Toma, tenían muy poco presupuesto y no contaban con los permisos para las locaciones “desde el premio mismo la cosa se puso color de hormiga: tras haberlo ganado, y después de que surgió la posibilidad de filmar el guion, Juan Ibáñez tuvo que regresar el galardón (…) según dijeron, entraba en terreno de las producciones comerciales. Así que tuvo que devolver los 50 mil varos… Qué injusticia, ¿no? Pendejadas que pasan en este país. Pero así fue.”
Realizar la película no fue fácil, la filmación fue muy accidentada, empezando por el pleito entre sindicatos, “Había un montón de pleitos entre los sindicatos. ¿Que si intentaron boicotear la película? ¡Desde luego! Tuvimos que suspender el rodaje unas 15 veces, por lo menos. Las broncas gremiales eran de una violencia impresionante. Un verdadero desmadre, tremendo. Eso sí, suspendían la filmación sin decir agua va. Llegaban, y te decían: ‘¡Aquí no se filma!’. Entonces, ¿qué te puedo decir? ¡Fue increíble el esfuerzo!”.
Otro problema al que se enfrentaron fue el presupuesto, “No estoy muy seguro, pero creo que el filme costó menos de un millón de pesos, que es nada (…) Lo mejor de todo fue que parte de lo que filmamos en la calle, de hecho la película en general, se hizo por la libre. ¿Cuáles permisos? Nada. Se hizo así como va…”.
La película fue un hito en la historia de la cinematografía nacional, de las primeras en arriesgarse a salir de las reglas establecidas, así lo explicó el propio Chávez “Ya sabes, del charro y el supuesto cine de la Época de Oro. ¿Cuál Época de Oro, tú? Eran como zarzuelas mal hechas, con charros y muchachitas que, muchas veces, nada ofrecían… ¡Tantas cosas que se dicen de la Época de Oro del Cine Mexicano!… Entonces, nuestra película se salió de lo común del tema, que no es tan complicado: chavos de barrio que se enfrentan con dos chavos popis y ya. Y todo sucede en una noche…”.
Sin duda, Los Caifanes marcó la vida de Óscar Chávez, de ahí vino el mote de “El caifán mayor”, no solo por el personaje que interpretó en la cinta, sino por la similitud que tenía con su propia personalidad, como el mismo lo dijo en aquella entrevista: “Yo soy de barrio. Nací en la Portales, y crecí toda mi adolescencia y juventud en la Santa María… Mi ambiente era gente de la Santa María, de la Guerrero, de la San Rafael, de Santo Tomás. Además, estudié en el Politécnico. Entonces presumir que soy o no caifán no me dice nada. La verdad, ése es mi mundo, he sido caifán siempre”.
Dos años después de filmar Los Caifanes, Óscar Chávez participó en Santa (1969), película basada en el libro homónimo de Federico Gamboa, donde vuelve a compartir créditos con Julissa, además de Enrique Rocha y Julián Pastor. La trama se centra en una bella joven que vive en un pueblo y es acosada por los hombres. Ella entrega su amor a un militar pero éste la engaña y Santa sufre el rechazo de su familia y de la sociedad y por ello decide dedicarse a la prostitución.
En 1970 Chávez participó en cuatro películas más: Las cadenas del mal, dirigida por José Díaz Morales, con guion del escritor Hugo Arguelles, y donde la protagonista era Fanny Cano; El oficio más antiguo del mundo, escrita y dirigida por Luis Alcoriza, donde interpreta a un sacerdote y comparte créditos con Gloria Marín, Isela Vega, Maricruz Oliver, Lupita Ferrer y Jaqueline Andere; El cuerpazo del delito, donde fue dirigido por Rafael Baledón y compartió el set con Angélica María y Mauricio Garcés; y Flor de Durazno, de Emilio Gómez Muriel, donde vuelve a encontrarse con Fanny Cano.
Juan Ibáñez volvió a reunir a Carlos Chávez, Ernesto Gómez Cruz y Sergio Jiménez en La Generala, donde se incluyen en el elenco María Félix, Carlos Bracho, Eric del Castillo, Evangelina Elizondo, Sergio Kleiner e Ignacio López Tarso.
En 1979 Chávez tuvo una participación en Las cautivas, dirigida por José Luis Ibáñez, con guion de Carlos Fuentes; mientras que en 1979 Jaime Humberto Hermosillo lo invitó a ser parte de María de mi corazón, con un guion de Gabriel García Márquez y las actuaciones de Héctor Bonilla y María Rojo. Un año después Juan Ibáñez lo vuelve a invitar a su película A fuego lento, en la que comparte créditos con María Victoria.
La última participación de Óscar Chávez en el cine fue en la cinta Piedras verdes (2001), dirigida por Ángel Flores Torres y protagonizada por Vanessa Bauche, Osvaldo Benavides y Gabriel Retes. En esta película Chávez fue nominado al Ariel en la categoría de Mejor Música Compuesta para Cine con el tema “Se me ha perdido el camino”.
Sin duda El Caifán Mayor fue un hombre muy querido y respetado en el medio artístico por muchas razones, entre ellas, su innegable talento, su honestidad y sus firmes convicciones, que nunca traicionó, que lo acompañaron por siempre y aunque su faceta como actor fue algo que nunca planeó, su legado permanecerá en la memoria de los mexicanos.