Gabriel Retes, un rebelde del cine mexicano
POR: NANCY MORA
20-04-2020 20:27:41
“Yo quiero ser artista, quiero llegar a serlo, creo que tengo pedazos de arte en mi cine pero no soy Kurosawa”, solía decir Gabriel Retes, actor, director, guionista y productor de cine mexicano que murió este 20 de abril dejando un importante legado y el recuerdo de sus charlas, su facha relajada, su rebeldía, poseedor de un carisma único, siempre compartiendo historias y anécdotas, lo recordamos con su sombrero, su gabardina y un cigarro en la mano.
Sus primeros recuerdos se remontan a los camerinos teatrales, ahí pasó gran parte de su vida, pues fue hijo del director teatral Ignacio Retes y la actriz Lucila Balzaretti, siendo un niño admiraba y se enamoraba de las actrices a las que veía cambiarse y alistarse para entrar a escena.
Sus inicios como actor fueron en teatro, en obras dirigidas por su papá, mientras que su debut como actor de cine fue en la película Ardiendo en el sueño (1968), filmada por Paco Ignacio Taibo II. Siempre estuvo fascinado por el mundo de la actuación, el teatro y el cine. El camino no fue fácil, en más de 40 décadas de trayectoria vio diversos cambios en la industria cinematográfica, tuvo la fortuna de filmar películas icónicas como Chin Chin El Teporocho, El bulto, La Ciudad del desnudo, en ocasiones apoyado por IMCINE y a veces levantando sus propios proyectos de manera independiente, participó en más de 50 películas como actor y dirigió un total de 33 películas entre cortos y largometrajes.
“Levantar una película por muy pequeña que sea es muy difícil, pero creo que lo principal es que un cineasta debe ser un apasionado, sin eso no hay nada”, decía el cineasta que no acostumbraba dar demasiadas instrucciones a sus actores, “siempre es el actor el que me dice qué puede hacer y hasta dónde puede llegar, dirigir es como estar en estado de gracia, nunca he pegado un grito en un set, me siento pleno, lo que más disfruto es decir, cámara, acción y corte, saber qué queda para la eternidad, he hecho una película cada dos años y en un set es donde mejor me siento, soy como un pez en el agua”.
“La pasión es lo más importante en la vida, he tenido la fortuna de amar y ser amado por mujeres excepcionales, los hijos también, pero lo más apasionante de mi vida ha sido hacer películas, en el set el director es Dios… me apasiona cada vez más porque cada vez soy mejor”, expresó Retes en una entrevista transmitida en el programa Taller de Actores Profesionales (TAP) de Canal Once.
Aseguró que él nunca creyó ser un artista, para él artistas eran Luis Buñuel, Akira Kurosawa o Martin Scorsese, “yo me sentía un buen creador, con oficio, pero si quiero llegar, me siento preparado para ello y sé que si tengo un lugar en ese pequeño espacio donde están esos autores cinematográficos, sé que ya pasé a la posteridad por las películas que hice y que marcaron una época, hechas en celuloide y que permanecerán por lo menos 200 años, pero ahora a lo que le tiro es a hacer obras maestras”.
“Estoy satisfecho con mi paso por este mundo, que es el único en el que creo, creo que cuando me toque rendir cuentas lo voy a hacer bien”, indicó el cineasta que este año concluyó sus cintas Identidad tomada y La Réplica, mientras que en pre producción dejó The Fifth Sun, cinta en la que participarían la actriz María Victoria y los actores Mauricio Islas, Jorge Luis Moreno y J.C. Montes-Roldan.
En 2012 el Festival Internacional de Cine en Guadalajara le rindió un homenaje por sus más de 40 años de trayectoria. En la ceremonia, Retes recibió por primera vez el Mayahuel de Plata, máxima distinción que otorga el encuentro fílmico al que el cineasta asistía con regularidad.
“Desde mi primera participación en la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara en 1992, cuando presenté El Bulto, la muestra y ahora el festival han sido fundamentales en mi carrea, desde el 92 cada película que he realizado se ha estrenado aquí, hasta ahora nunca me habían entregado un Mayahuel, ahora lo recibo no por una sino por todas mis películas”, expresó el cineasta.
Días antes, cuando compartió su sentir por recibir esta presea Retes dijo entre risas: “La verdad no me lo merezco, me lo gané porque llevo ocho años pidiendo que me hagan este homenaje.
Sus inicios como cineasta, recordaba en las entrevistas que le realizaban, se dieron gracias a que su hermana era novia de una persona que se dedicaba a hacer comerciales y le llevó una cámara super 8 con cuatro casettes porque había convocatoria al concurso Luis Buñuel.
“Hice una película que ahora ya es un clásico, se llama Sur, porque era mexicano, los western eran gringos, la hice en tres días, la edité con las manos, y ganó ese concurso y otros más en Latinoamérica, eso me hizo sentir muy muy y pedí una entrevista con Rodolfo Echeverría para presentarle mi película, él la ve, se levanta y al día siguiente me hablan para preguntarme qué película quería dirigir, era una lista que incluía una adaptación de una novela que yo sabía que era mi paso ideal del super 8 a 16 mm, esa película fue Chin Chin El Teporocho”.
En ese entonces Gabriel tenía 26 años, un jovencito con anhelos de ser un gran cineasta, y entre los más gratos recuerdos después de haber dirigido Chin Chin El Teporocho en 1976, fue cuando Echeverría organizó una exhibición en los Estudios Churubusco donde estuvieron invitados cineastas de renombre, entre ellos, Luis Buñuel, “cuando los vi llegar y sabía que mi película estaba inconclusa porque no tenía la música y faltaban detalles, entonces pensé, está es mi primera y última película”.
Pero al finalizar la función, salió Luis Buñuel, se acercó a Retes para darle un beso en la frente y en ambas mejillas y le dijo “desde Los Olvidados no ha habido una película de barrio como tú película, nadie ha bajado al mundo de la Ciudad de México como tú”, palabras que cobraron mayor emoción en Gabriel porque estaban rodeados de sus colegas, entre ellos Arturo Ripstein, Luis Alcoriza, Miguel Littin, Sergio Olhovich, Juan Manuel Torres, entre otros, entonces ese reconocimiento de Buñuel fue el mejor espaldarazo que podía tener.
Tiempo después volvió a recibir una llamada de Rodolfo Echeverría, quería que Retes dirigiera una película más, le volvió a mandar varios guiones y él eligió el más caro Nuevo mundo, escrito por Pedro F. Miret y cuya película fue protagonizada por Aarón Hernán y Tito Junco.
Llegó la década de 1980 y con ella la llamada “época negra” del cine mexicano debido a la pésima administración de Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente de México, como directora de Radio, Televisión y Cinematografía. En esa época Retes se sumó al nutrido grupo de cineastas que formaron la Cooperativa Río Mixcoac gracias a la cual se dio paso a la etapa conocida como el nuevo cine mexicano.
En esa etapa fue cuando Retes conoció a Lourdes Elizarrarás, con quien trabajó por más de tres décadas, siendo su primera colaboración juntos Dispárenle a matar, filme que ella escribió y Retes dirigió en 1989. Ella fue no solo su socia sino su compañera de vida, a ella dedicó el Mayahuel de Plata, “Lourdes Elizarrarás, mi socia, mi amiga, mi amante, mi esposa, mi compañera de mil batallas, sin ella, seguramente no sería lo que soy”.
En 1992 llegó El bulto, cinta que escribió y protagonizó con Lourdes, y que para Gabriel marcó un antes y un después en su carrera, “todavía me siguen gritando en la calle: ¡bulto! Y yo les digo ¡Soy Gabriel Retes!”. El cineasta ha reconocido que fue una película que lo rebasó, “esa ya no es una película mía, me rebasó, es una película icónica”.
Dos años después filmó Bienvenido-Welcome, otra de las películas emblemáticas de su carrera, de la que recordamos esa escena en la que él que le han dado el dinero para que realice una película le grita: “Acabo de ver lo que has filmado, quedamos de hacer cine comercial, con sexo, con violencia y tú me sales con cine de calidad”, una dialogo que toma mayor sentido cuando sabemos que Retes fue un cineasta que siempre estuvo alejado de lo convencional y lo comercial.
Con un guion de Guillermo Arriaga, en 1999 filmó Un dulce olor a muerte, y sobre esta película contaba que en el casting se había elegido como protagonista a Gael García Bernal, pero que en ese momento el actor tuvo que irse a estudiar al extranjero con una beca y el papel se lo quedó Diego Luna, lo cual le pareció una excelente idea al director.
Le siguieron Despedida de amor, la segunda parte de Bienvenido-Welcome, Mujeres en el Acto, Arresto domiciliario, el cortometraje Quetzalcoatl y en 2016 La Revolución de los Artistas, en la que toca el tema de la postrevolución mexicana de 1910 y los intelectuales del país en su búsqueda de crear un plan educativo para México.
La última cinta que presentó en el Festival de Guadalajara fue Enamor(d)ados, que recrea personajes históricos de México como Frida Kahlo, Tina Modotti, Antonieta Rivas Mercado, Gerardo Murillo, Dr. Atl, Carlos Pellicer, Nahui Olin, Diego Rivera, José Vasconcelos, Edward Weston, Xavier Villaurrutia, en una obra en la que más allá de mostrar una historia, intenta enaltecer al sector intelectual del país, “lo que quise hacer no fue recrear fielmente lo que verdaderamente pasó en esta época, sino mostrarla centrada y como yo la entiendo”, dijo.
Este año, en su edición 35, el Festival de Cine en Guadalajara tenía programado su más reciente filme Identidad Tomada, lo cual no fue posible debido a que el encuentro fílmico tuvo que posponerse debido al Covid19.
Gabriel Retes siempre luchó con el tema de la exhibición de sus películas en el circuito comercial, su cine de corte independiente no siempre encontraba los espacios de exhibición que él hubiera querido, por ello, decidió crear su propia página gabrielretes.com, en la que además de incluir información sobre su trayectoria y sus películas, están disponibles muchos de los títulos de su filmografía, algunos de los cuales pueden verse de forma gratuita y otros pueden ser rentados.
“Yo quiero ser artista, quiero llegar a serlo, creo que tengo pedazos de arte en mi cine pero no soy Kurosawa”, solía decir Gabriel Retes, actor, director, guionista y productor de cine mexicano que murió este 20 de abril dejando un importante legado y el recuerdo de sus charlas, su facha relajada, su rebeldía, poseedor de un carisma único, siempre compartiendo historias y anécdotas, lo recordamos con su sombrero, su gabardina y un cigarro en la mano.
Sus primeros recuerdos se remontan a los camerinos teatrales, ahí pasó gran parte de su vida, pues fue hijo del director teatral Ignacio Retes y la actriz Lucila Balzaretti, siendo un niño admiraba y se enamoraba de las actrices a las que veía cambiarse y alistarse para entrar a escena.
Sus inicios como actor fueron en teatro, en obras dirigidas por su papá, mientras que su debut como actor de cine fue en la película Ardiendo en el sueño (1968), filmada por Paco Ignacio Taibo II. Siempre estuvo fascinado por el mundo de la actuación, el teatro y el cine. El camino no fue fácil, en más de 40 décadas de trayectoria vio diversos cambios en la industria cinematográfica, tuvo la fortuna de filmar películas icónicas como Chin Chin El Teporocho, El bulto, La Ciudad del desnudo, en ocasiones apoyado por IMCINE y a veces levantando sus propios proyectos de manera independiente, participó en más de 50 películas como actor y dirigió un total de 33 películas entre cortos y largometrajes.
“Levantar una película por muy pequeña que sea es muy difícil, pero creo que lo principal es que un cineasta debe ser un apasionado, sin eso no hay nada”, decía el cineasta que no acostumbraba dar demasiadas instrucciones a sus actores, “siempre es el actor el que me dice qué puede hacer y hasta dónde puede llegar, dirigir es como estar en estado de gracia, nunca he pegado un grito en un set, me siento pleno, lo que más disfruto es decir, cámara, acción y corte, saber qué queda para la eternidad, he hecho una película cada dos años y en un set es donde mejor me siento, soy como un pez en el agua”.
“La pasión es lo más importante en la vida, he tenido la fortuna de amar y ser amado por mujeres excepcionales, los hijos también, pero lo más apasionante de mi vida ha sido hacer películas, en el set el director es Dios… me apasiona cada vez más porque cada vez soy mejor”, expresó Retes en una entrevista transmitida en el programa Taller de Actores Profesionales (TAP) de Canal Once.
Aseguró que él nunca creyó ser un artista, para él artistas eran Luis Buñuel, Akira Kurosawa o Martin Scorsese, “yo me sentía un buen creador, con oficio, pero si quiero llegar, me siento preparado para ello y sé que si tengo un lugar en ese pequeño espacio donde están esos autores cinematográficos, sé que ya pasé a la posteridad por las películas que hice y que marcaron una época, hechas en celuloide y que permanecerán por lo menos 200 años, pero ahora a lo que le tiro es a hacer obras maestras”.
“Estoy satisfecho con mi paso por este mundo, que es el único en el que creo, creo que cuando me toque rendir cuentas lo voy a hacer bien”, indicó el cineasta que este año concluyó sus cintas Identidad tomada y La Réplica, mientras que en pre producción dejó The Fifth Sun, cinta en la que participarían la actriz María Victoria y los actores Mauricio Islas, Jorge Luis Moreno y J.C. Montes-Roldan.
En 2012 el Festival Internacional de Cine en Guadalajara le rindió un homenaje por sus más de 40 años de trayectoria. En la ceremonia, Retes recibió por primera vez el Mayahuel de Plata, máxima distinción que otorga el encuentro fílmico al que el cineasta asistía con regularidad.
“Desde mi primera participación en la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara en 1992, cuando presenté El Bulto, la muestra y ahora el festival han sido fundamentales en mi carrea, desde el 92 cada película que he realizado se ha estrenado aquí, hasta ahora nunca me habían entregado un Mayahuel, ahora lo recibo no por una sino por todas mis películas”, expresó el cineasta.
Días antes, cuando compartió su sentir por recibir esta presea Retes dijo entre risas: “La verdad no me lo merezco, me lo gané porque llevo ocho años pidiendo que me hagan este homenaje.
Sus inicios como cineasta, recordaba en las entrevistas que le realizaban, se dieron gracias a que su hermana era novia de una persona que se dedicaba a hacer comerciales y le llevó una cámara super 8 con cuatro casettes porque había convocatoria al concurso Luis Buñuel.
“Hice una película que ahora ya es un clásico, se llama Sur, porque era mexicano, los western eran gringos, la hice en tres días, la edité con las manos, y ganó ese concurso y otros más en Latinoamérica, eso me hizo sentir muy muy y pedí una entrevista con Rodolfo Echeverría para presentarle mi película, él la ve, se levanta y al día siguiente me hablan para preguntarme qué película quería dirigir, era una lista que incluía una adaptación de una novela que yo sabía que era mi paso ideal del super 8 a 16 mm, esa película fue Chin Chin El Teporocho”.
En ese entonces Gabriel tenía 26 años, un jovencito con anhelos de ser un gran cineasta, y entre los más gratos recuerdos después de haber dirigido Chin Chin El Teporocho en 1976, fue cuando Echeverría organizó una exhibición en los Estudios Churubusco donde estuvieron invitados cineastas de renombre, entre ellos, Luis Buñuel, “cuando los vi llegar y sabía que mi película estaba inconclusa porque no tenía la música y faltaban detalles, entonces pensé, está es mi primera y última película”.
Pero al finalizar la función, salió Luis Buñuel, se acercó a Retes para darle un beso en la frente y en ambas mejillas y le dijo “desde Los Olvidados no ha habido una película de barrio como tú película, nadie ha bajado al mundo de la Ciudad de México como tú”, palabras que cobraron mayor emoción en Gabriel porque estaban rodeados de sus colegas, entre ellos Arturo Ripstein, Luis Alcoriza, Miguel Littin, Sergio Olhovich, Juan Manuel Torres, entre otros, entonces ese reconocimiento de Buñuel fue el mejor espaldarazo que podía tener.
Tiempo después volvió a recibir una llamada de Rodolfo Echeverría, quería que Retes dirigiera una película más, le volvió a mandar varios guiones y él eligió el más caro Nuevo mundo, escrito por Pedro F. Miret y cuya película fue protagonizada por Aarón Hernán y Tito Junco.
Llegó la década de 1980 y con ella la llamada “época negra” del cine mexicano debido a la pésima administración de Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente de México, como directora de Radio, Televisión y Cinematografía. En esa época Retes se sumó al nutrido grupo de cineastas que formaron la Cooperativa Río Mixcoac gracias a la cual se dio paso a la etapa conocida como el nuevo cine mexicano.
En esa etapa fue cuando Retes conoció a Lourdes Elizarrarás, con quien trabajó por más de tres décadas, siendo su primera colaboración juntos Dispárenle a matar, filme que ella escribió y Retes dirigió en 1989. Ella fue no solo su socia sino su compañera de vida, a ella dedicó el Mayahuel de Plata, “Lourdes Elizarrarás, mi socia, mi amiga, mi amante, mi esposa, mi compañera de mil batallas, sin ella, seguramente no sería lo que soy”.
En 1992 llegó El bulto, cinta que escribió y protagonizó con Lourdes, y que para Gabriel marcó un antes y un después en su carrera, “todavía me siguen gritando en la calle: ¡bulto! Y yo les digo ¡Soy Gabriel Retes!”. El cineasta ha reconocido que fue una película que lo rebasó, “esa ya no es una película mía, me rebasó, es una película icónica”.
Dos años después filmó Bienvenido-Welcome, otra de las películas emblemáticas de su carrera, de la que recordamos esa escena en la que él que le han dado el dinero para que realice una película le grita: “Acabo de ver lo que has filmado, quedamos de hacer cine comercial, con sexo, con violencia y tú me sales con cine de calidad”, una dialogo que toma mayor sentido cuando sabemos que Retes fue un cineasta que siempre estuvo alejado de lo convencional y lo comercial.
Con un guion de Guillermo Arriaga, en 1999 filmó Un dulce olor a muerte, y sobre esta película contaba que en el casting se había elegido como protagonista a Gael García Bernal, pero que en ese momento el actor tuvo que irse a estudiar al extranjero con una beca y el papel se lo quedó Diego Luna, lo cual le pareció una excelente idea al director.
Le siguieron Despedida de amor, la segunda parte de Bienvenido-Welcome, Mujeres en el Acto, Arresto domiciliario, el cortometraje Quetzalcoatl y en 2016 La Revolución de los Artistas, en la que toca el tema de la postrevolución mexicana de 1910 y los intelectuales del país en su búsqueda de crear un plan educativo para México.
La última cinta que presentó en el Festival de Guadalajara fue Enamor(d)ados, que recrea personajes históricos de México como Frida Kahlo, Tina Modotti, Antonieta Rivas Mercado, Gerardo Murillo, Dr. Atl, Carlos Pellicer, Nahui Olin, Diego Rivera, José Vasconcelos, Edward Weston, Xavier Villaurrutia, en una obra en la que más allá de mostrar una historia, intenta enaltecer al sector intelectual del país, “lo que quise hacer no fue recrear fielmente lo que verdaderamente pasó en esta época, sino mostrarla centrada y como yo la entiendo”, dijo.
Este año, en su edición 35, el Festival de Cine en Guadalajara tenía programado su más reciente filme Identidad Tomada, lo cual no fue posible debido a que el encuentro fílmico tuvo que posponerse debido al Covid19.
Gabriel Retes siempre luchó con el tema de la exhibición de sus películas en el circuito comercial, su cine de corte independiente no siempre encontraba los espacios de exhibición que él hubiera querido, por ello, decidió crear su propia página gabrielretes.com, en la que además de incluir información sobre su trayectoria y sus películas, están disponibles muchos de los títulos de su filmografía, algunos de los cuales pueden verse de forma gratuita y otros pueden ser rentados.