Te prometo anarquía, una extraña y emotiva historia de amor
POR: ULISES CASTAÑEDA
10-08-2016 16:25:22
El cine mexicano vive un momento creativo importante en su historia. Nunca ha tenido mayor diversidad temática y de tan buena calidad como ahora. En este marco llega como una de las propuestas más interesantes la nueva cinta de Julio Hernández Cordón, Te prometo anarquía, la cual cuenta con una narrativa visual muy llamativa y un guión muy cuidado desde la construcción de la historia hasta el manejo del lenguaje citadino digno de admirarse.
Te prometo anarquía cuenta la historia de amor entre dos jóvenes, Miguel y Johnny, amantes de la patineta, originarios de un barrio bravo de la Ciudad de México, involucrados en la venta de sangre para el mercado negro con pequeños encargos, hasta que un día les llega un encargo grande, que les traerá consecuencias.
Hernández Cordón nos cuenta una historia que tiene muchas capas que cubren y contextualizan la historia de amor que hay entre los dos personajes principales. A través de su historia nos revela una parte oscura de México al abordar el tema de la trata de personas y de refilón el tema de las desapariciones, sin embargo, el realizador decide profundizar en el tema para adentrarse en la historia de amor destinada al fatalismo.
Estamos ante una película que maneja con mucha delicadeza la compleja relación de sus personajes y tiene una gran habilidad para retratar una sociedad que se mueve en las apariencias sin caer en el drama innecesario de la intolerancia social. El ritmo y el tono del filme son manejados con mucha sutileza a tal grado que aunque esté hablando de una relación extraña te identificas con los personajes.
Para no ser actores profesionales, los protagonistas cumplen muy bien con su rol, y transmiten perfectamente las emociones que el director quiere. Se identifica con su secretismo, con la manera de sentir deseos, su fragilidad como animales que se mueven en la sombra de la ciudad y se maravillan con lo extraño que parece que exista una historia de este tipo en el ambiente de patinetos.
Técnicamente también tiene su virtuosismo, sobre todo en el manejo de la cámara y los plano secuencias, es un filme visualmente muy atractivo, que confirma a Julio Hernández Cordón como un director que no teme experimentar para alejarse de los convencionalismos estéticos.
Al mismo tiempo, el filme hace una invitación a revisar el resto de la filmografía de Hernández Cordón, quien ha ditigido Gasolina (2008), Las Marimbas del Infierno (2010) o Hasta el sol tiene manchas (2012). El público encontrará en Te prometo anarquía una historia fresca y emotiva que da muestra de que el cine mexicano tiene propuestas dignas de recomendar.
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El cine mexicano vive un momento creativo importante en su historia. Nunca ha tenido mayor diversidad temática y de tan buena calidad como ahora. En este marco llega como una de las propuestas más interesantes la nueva cinta de Julio Hernández Cordón, Te prometo anarquía, la cual cuenta con una narrativa visual muy llamativa y un guión muy cuidado desde la construcción de la historia hasta el manejo del lenguaje citadino digno de admirarse.
Te prometo anarquía cuenta la historia de amor entre dos jóvenes, Miguel y Johnny, amantes de la patineta, originarios de un barrio bravo de la Ciudad de México, involucrados en la venta de sangre para el mercado negro con pequeños encargos, hasta que un día les llega un encargo grande, que les traerá consecuencias.
Hernández Cordón nos cuenta una historia que tiene muchas capas que cubren y contextualizan la historia de amor que hay entre los dos personajes principales. A través de su historia nos revela una parte oscura de México al abordar el tema de la trata de personas y de refilón el tema de las desapariciones, sin embargo, el realizador decide profundizar en el tema para adentrarse en la historia de amor destinada al fatalismo.
Estamos ante una película que maneja con mucha delicadeza la compleja relación de sus personajes y tiene una gran habilidad para retratar una sociedad que se mueve en las apariencias sin caer en el drama innecesario de la intolerancia social. El ritmo y el tono del filme son manejados con mucha sutileza a tal grado que aunque esté hablando de una relación extraña te identificas con los personajes.
Para no ser actores profesionales, los protagonistas cumplen muy bien con su rol, y transmiten perfectamente las emociones que el director quiere. Se identifica con su secretismo, con la manera de sentir deseos, su fragilidad como animales que se mueven en la sombra de la ciudad y se maravillan con lo extraño que parece que exista una historia de este tipo en el ambiente de patinetos.
Técnicamente también tiene su virtuosismo, sobre todo en el manejo de la cámara y los plano secuencias, es un filme visualmente muy atractivo, que confirma a Julio Hernández Cordón como un director que no teme experimentar para alejarse de los convencionalismos estéticos.
Al mismo tiempo, el filme hace una invitación a revisar el resto de la filmografía de Hernández Cordón, quien ha ditigido Gasolina (2008), Las Marimbas del Infierno (2010) o Hasta el sol tiene manchas (2012). El público encontrará en Te prometo anarquía una historia fresca y emotiva que da muestra de que el cine mexicano tiene propuestas dignas de recomendar.
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