José Celestino Campusano y los constrastes del nuevo cine

POR: NANCY MORA

10-03-2016 00:28:06

 


 


Para el realizador argentino José Celestino Campusano el cine es una herramienta maravillosa que puede ser utilizada para despertar emociones tan nobles como la solidaridad, la empatía o el respeto a otras etnias,  pero también puede ser utilizado para generar fascismo:


 


“Hay cine obsceno y ruidoso que bombardea con imágenes y se despliega por el mundo a través de mecanismos netamente mafiosos como son las multisalas el cual propicia que el humano sea un ser paranoico, que se defiende de todo y no confía en nadie… Si un video de mala calidad de cinco minutos logro echar por tierra un gobierno tan corrupto como el de Fujimori, eso nos dice que el audiovisual tiene un valor que ni nosotros sabemos a dónde puede llegar”, expresó el cineasta argentino en entrevista con Encuadres.


 


El director de películas como Paraíso de sangre y Vikingo se encuentra por primera vez en México para compartir sus conocimientos y experiencias; fue invitado por el Festival Distrital para ofrecer el Taller Cinebruto: La potencia e innovación del cine comunitario, cuyo objetivo es que los noveles cineastas mexicanos sepan que se puede hacer cine sin esperar millonarios presupuestos.


 


“Creo que existe una nueva camada de realizadores que poco tienen que ver, en el sentido práctico, con los viejos cineastas porque las nuevas generaciones están inmersas en técnicas transmedia, redes, equipos, creo que el director actual es presa del ego con una mirada que aspira a otra cinematografía pero eso lo sube a un tren de marcada caducidad, porque no es una época de especialistas”, consideró.


 


Campusano sabe que el mundo está pasando por un momento de cambios tecnológicos y los cineastas se han tenido que adaptar a ellos, “también es cierto que es una época de crisis espantosa, una crisis creativa en el cine, en la televisión, en la publicidad, en el presupuesto, lo propios espectadores están mutando, ahora están donde quieren estar, eso no lo regula ningún poder económico, el audiovisual está mutando y depende de cada uno si decide sumarse o no”.


 


ARGENTINA, LIBERTAD CREATIVA


 


En Argentina, explicó, existe un organismo favorecedor, el Instituto Nacional de Cine, el cual impide que sea un funcionario quién decida que se filma o no y son los propios realizadores quienes apoyan la creación cinematográfica “a mí nunca me han cuestionado una toma o una línea de diálogo; la existencia de cooperativas y del cine comunitario ha propiciado que exista no solo una apertura para contar historias sino la posibilidad de tener equipo de buena calidad al que antes era imposible tener acceso para tener imágenes y sonidos óptimos”.


 


Gracias a las cooperativas y al cine comunitario en Argentina se llegan a producir hasta cinco películas en seis meses, “las películas incluyen a la comunidad, todos trabajan tanto en los contenidos como en la producción, personificación y la posterior difusión, esto es un ejemplo de que la manera clasista y piramidal de hacer cine durante más de un siglo está en severa crisis”.


 



 


LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN


 


Además de director, Campusano es guionista, productor y militante social, lo que lo ha llevado a crear películas en las que refleja la realidad que le ha tocado vivir, “he tenido múltiples experiencias,  he luchado contra la policía abusiva, los políticos corruptos o las empresas contaminantes, todo eso me ha dado un bagaje y un contacto con la realidad, con distintos sectores de la sociedad”.


 


Desde los inicios de su carrera cinematográfica, con cortometrajes como Ferrocentauros (1991), Culto suburbano (2000) y Veneno de ángel (2004), Campusano se caracterizó por romper esquemas, su cine es vivencial, sus actores son gente de la comunidad y sus historias son las que lo han marcado en la vida, porque está convencido de que la mejor historia para filmar es la que sucede a cada instante ante nuestros propios ojos.


 


Un ejemplo de ello es su película Fango (2012),  la cual él mismo describe como una película experimental que maneja un ritmo muy particular, “tiene un nivel dramático original, es una película que se realizó sin guión, se generó así misma, filmando escenas que después fueron escritas y cada escena daba pie a la siguiente, es un método que a me resulta agradable porque implica un contacto directo y permanente con la realidad”.


 


Mientras que su más reciente trabajo Placer y Martirio (2015), que le valió el premio a Mejor Director en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), se basa en la  historia de personas que él mismo conoce.


 


Su filmografía también incluye Legión, Tribus urbanas motorizadas (2006) Vil romance (2008), Vikingo (2009), Paraíso Sangre (2011) Fantasmas de la ruta (2013) y El perro molina (2014).


 


PRÓXIMOS PROYECTOS


 


Campusano tiene varios proyectos en puerta, el primero de ellos se titula Arrullo de Araña, en la cual transita en un ámbito que no había abordado hasta ahora: el laboral. “Creo que es la película más políticamente incorrecta que he realizado hasta el momento”.


 


La cinta está en proceso de edición y podría estrenarse en el Festival de Cine de Mar de Plata. Después iniciará el rodaje de Desde el umbral, una producción multiprovicial comunitaria que reunirá a técnicos de todo Argentina, con locaciones en la Patagonia norte, “es un drama épico-histórico que no se ha visto en el cine argentino”.



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