Nunca será mejor acuñada la frase común de “el cine es un reflejo de la sociedad” con esta segunda entrega de la nueva saga cinematográfica inspirada en el mágico mundo de J.K. Rowling. El comportamiento socio-político contemporáneo a nivel mundial está entrando en un nuevo ciclo de barbarie con la llegada al poder de los sistemas radicales de tendencia tanto de derecha como de izquierda que, al final, no son sino las mismas taras en diferente lado del abanico político. Por supuesto que si la historia nos ha enseñado algo es que hay que saber de ella para no repetir los errores del pasado y esto es justo lo que la autora y el mediocre director David Yates nos presenta con un vistazo al mundo del primer cuarto del siglo XX suavizado en el contexto mágico oculto “a la vista” de los simples mortales o Muggles como se conoce en ese ambiente adoptado por hordas de fanáticos de todo el planeta.

Rowling nos presenta su faceta política y da una opinión sutil de su sentir con respecto a los acontecimientos sociales que están ocurriendo a nivel mundial. Desde luego que David Yates, en su oficio de muchos altibajos, trata hasta donde le es posible de apoyar a la escritora mostrando una película que pudo tener un mensaje poderoso de crítica social y alerta de lo que se puede repetir en el mundo fuera de la sala de cine para dejarnos una cinta de temática desabrida y un ritmo inestable durante las dos horas y cuarto que dura la segunda parte de ANIMALES FANTÁSTICOS.

“SU ARROGANCIA ES LA CLAVE DE NUESTRA VICTORIA”

La película tiene varias aristas analizables donde sobresale la falta de ritmo, los diálogos y situaciones metidas “con calzador” y con algunos personajes que no solo no evolucionan, sino que se estancan al grado que cuando se supone avanzan a otro nivel no hacen sino resaltar lo evidente sin ningún tipo de sorpresa.

Sorpresa que se pierde en general con respecto a la primera y puede ser que haya una lógica en eso dado que siempre en una saga el inicio es la presentación de los personajes, las situaciones a las que se enfrentaran y los probables giros que tendrán dependiendo de sus contextos.

Eso lo sabemos todos.

Lo que jamás esperamos, y es aquí donde la real magia combinada del director y su guionista, nos van mostrando lo que NO nos esperamos y manipulan nuestras sensaciones para tenernos siempre atentos a todo lo que ocurre en pantalla sin saturarnos de recursos de acompañamiento como es lo visual y la música. Es por ello que cuando nos muestran el principio de la película, la promesa de estar frente a algo diferente al mundo que ya conocemos de Rowlings es una bocanada de aire fresco; el ritmo es veloz, emocionante y nunca se desborda; las situaciones fluyen de manera natural y todo lo que sucede en la secuencia está calculado con precisión matemática... Hasta que al término del título de la película todo cae en un sopor inesperado incluso en lo que ya sabemos es la narrativa mediocre de Yates que sigue sin terminar de saber qué hacer con los juguetes mágicos de la autora volviéndolo un producto que nunca termina de ser del todo aceptable dejándonos con el terrible “Pero” al salir de la función.

Por otro lado, el apocado personaje de Newt, que le viene de maravilla al limitado actor Eddie Redmayne, queda a nivel de actor secundario por la simple y espectacular presencia en pantalla de Jude Law como un magnifico Albus Dumbledore y, aunque usted querido lector lo dude, un renovado Johnny Depp que hace del personaje que da título a esta película Gellert Grindelwald un gozo al permitirnos ver no al actor sino a la creación de la autora. Por supuesto que tanto Dumbledore como Grindelwald son el eje central de esta nueva saga donde Newt, Tina Goldstein, Theseus Scamander y el propio Credence Barebone – un Ezra Miller alejado kilómetros del ridículo Flash y más cercano a Kevin  -son únicamente personajes que giran alrededor de estos dos igualmente poderosos polos opuestos. Tanto Law como Depp sobresalen en pantalla no gracias a la dirección de Yates sino a sus propios recursos interpretativos que abarcan toda la pantalla cuando aparecen en ella opacando a todos a su alrededor.

 

“SIMPLEMENTE PREGUNTAS: ¿ESTO ES CORRECTO VERDAD?”

Aún cuando son pocos los momentos intensos y emocionantes en la película, hay otros elementos que la hacen atractiva al espectador y son, desde luego, las referencias a lo que ya conocemos tanto de Hogwarts como de los personajes, casas, anécdotas, familias y árboles genealógicos mostrados en la saga de Harry Potter. Un ejercicio a la memoria del seguidor promedio y un gozo para el fanático acérrimo que reconocerá de inmediato todas y cada una de las situaciones y personajes mencionados por Potter y su entorno personificado en este viaje al pasado de lo que vimos en la vida del mago con la cicatriz de rayo en la frente.

 Por otro lado, la película es un placer para la vista; colorida y con una complejidad de personajes fantásticos que asombra realmente al espectador así como la representación del París de mediados de los años 20 y sin duda, una de las mejores películas para ser vistas tanto en IMAX como en su formato 3D por la sutileza del efecto que termina siendo envolvente y no solo de presencia frontal.  Desde luego que, al igual que en la primera, las “mascotas” y animales de Newt Scamander son lo más divertido de la película robándose cámara cada vez que aparece alguna en escena.

 Y como dije al principio; lo que pudo ser una película con un mensaje notoriamente social e inteligente se quedó en un “ya merito” que solo reforzó la sensación de ser una película de transición – o puente – para una siguiente película que debe, por necesidad, ser espectacular una vez que esta nos dejo con varias situaciones a muy alto nivel emotivo y de descubrimiento que marcan desde este momento la dinámica y situaciones de la tercera parte.

“NO PUEDO LUCHAR CONTRA GRINDELWALD”

En resumen; ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS CRÍMENES DE GRINDELWALD tiene momentos por los que vale la pena las dos horas y cuarto que dura aún cuando no son una constante; lo que tanto profetizo J.K. con respecto a las preferencias de Dumbledore así como el renacimiento de las figuras dictatoriales en movimientos populistas donde los seguidores son el músculo de la represión amparados en la libertad de creencia y desde luego el ver como se mezcla el mundo de los magos y de no magos en momentos claves de la humanidad bajo el telón de un cambio cultural y social entre las dos grandes guerras son lo mejor que presenta el filme que, cinematográficamente hablando deja mucho que desear pero que resultará aceptable para los seguidores de J.K. Y el público en general.

Y repito, es importante que la primera vez que la vean sea o en IMAX o en 3D. La experiencia vale cada peso que pagan por verla en estos formatos.