Del 25 al 30 de septiembre, la UNAM ofreció un ciclo de cine sobre los sucesos ocurridos en 1968, año que marcó un punto de quiebre en la historia de México. Uno de los materiales ahí exhibidos fue Olimpia de José Manuel Cravioto, producción que ahora fue parte del 16° Festival Internacional de Cine de Morelia.

Esta película cuenta, desde las perspectivas de cuatro personajes con trasfondos totalmente distintos, los sucesos del Movimiento Estudiantil de 1968; además, utiliza la técnica de animación conocida como rotoscopia, la que consiste en pintar sobre los cuadros filmados para modificar la textura con un sentido narrativo. “Pensé que lo más adecuado era el camino de la rotoscopia. Una película para recrear el 68 hubiera sido una de millones y millones de pesos, entonces pensé que esto sería un camino creativo ideal…”, comentó el director. Asimismo, declaró que la inspiración para utilizar la técnica provino de A Scanner Darkly de Richard Linklater.

Reveló también que este trabajo fue filmado a ocho cuadros por segundo y requirió ocho meses de arduo trabajo. “Convocamos a la mayoría de las instituciones de la UNAM, además integramos a la Facultad de Artes y Diseño, creamos un programa de servicio social y dimos algunas opciones de titulación, así juntamos a un gran equipo de artistas/estudiantes divididos en talleres”.

Sobre la filmación Cravioto añadió que la cinta fue filmada en un 80 % en instalaciones de la UNAM, en un periodo de 12 días. “Buscamos locaciones que tuvieran algo de la época o que se hubiera mantenido”, agregó. La institución no sólo sirve como locación, también como personaje en sí, pues el peso histórico de la Máxima Casa de Estudios es respetado en el argumento.

En su oportunidad, el elenco de este largometraje también se expresó sobre su participación en el proyecto. "Lo que creo que hace esta película muy distinta de los otros proyectos del 68, es que esta película es sobre la vida de cuatro personajes muy distintos, eso fue muy interesante para mí", dijo Daniel Mandoki, quien interpreta a un joven conflictuado entre seguir las reglas impuestas por su padre, un general retirado, y su convicción de pertenecer al movimiento. Sobre la construcción de Raquel, su personaje, Nicolassa Ortiz dijo que aparte de la teoría, de los motivos de la lucha, ella investigó y quiso mostrar cómo vivían y eran los jóvenes en esa época.

Para definir su cinta, el director mencionó que “esto es una ofrenda para esa gente que salió a tomar fotos, a dibujar. Esta ofrenda cinematográfica es para honrar a aquellos jóvenes que salieron a decir que querían un país mejor, también hacer la pregunta de si a 50 años se ha logrado o no”.

Olimpia forma parte de la Sección de Largometraje Mexicano en este FICM.